Rusia lanza su ofensiva en la región ucraniana de Jarkiv

Comienzan las acciones de reconocimiento por varios puntos de un frente que fue reforzado por los defensores

De momento, todo ha sucedido según el guión. Tal y como previeron las unidades de inteligencia de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el invasor ruso ha intentado, tras la celebración del Día de la Victoria, abrir un nuevo frente en la región de Jarkiv, la misma zona de la que fue expulsado durante el otoño de 2022. De momento, tropas de la Z han cruzado la frontera en varios puntos fronterizos: Strelecha, Krasne, Pylna y Borysivka. Fuentes ucranianas dicen que los han rechazado. Fuentes rusas aseguran que han tomado estas aldeas pegadas a la línea fronteriza. En las próximas horas sabremos quién miente.

Todo ha comenzado con un gran bombardeo a primera hora de la mañana de todas las áreas fronterizas con misiles tipo Grad y proyectiles de artillería. Después, unidades de infantería con escaso apoyo de blindados han irrumpido por las fronteras desde Rusia. Las fuerzas ucranianas las estaban esperando y en ningún caso han superado los tres kilómetros de penetración. El único lugar en el que la lucha continúa es en la ciudad de Vovchansk, muy cerca de la garita fronteriza, donde los pocos habitantes que quedaban han sido evacuados.

Para los analistas militares ucranianos, se trata de un ataque de reconocimiento en una zona de 65 kilómetros de largo para localizar las posiciones de defensa de Ucrania. Por tanto, parece el primer paso de una ofensiva mayor destinada a avanzar hacia el sur. Los militares ucranianos ya habían señalado que tenían localizada una gran concentración de tropas, más de 40.000 soldados, al otro lado de la frontera esperando a actuar. El comandante de la unidad Kraken de Ucrania, Konstantin Nemichev, eleva esta cifra a los 50.000 miembros. Desde luego, el ataque de hoy no tenía esa fuerza.

¿Qué busca Rusia al abrir ese nuevo frente? Fuentes de inteligencia ya revelaron hace meses que Vladimir Putin creó un nuevo cuerpo de ejército el pasado año para desplegar en toda esa zona. Tiene tres opciones: la primera es crear una zona de amortiguación de varios kilómetros entre Rusia y la frontera con Ucrania para evitar las habituales infiltraciones del Ejército Libre de Rusia, esos voluntarios antiPutin que luchan en el ejército de Ucrania.

La segunda implica un uso mucho más masivo de las fuerzas blindadas, que es intentar rodear y aislar Jarkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, cortando la carretera principal que llega de Kiev. Esta maniobra de embolsamiento ya fracasó en las primeras semanas de la guerra a un alto coste para las fuerzas rusas. El Instituto de Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) cree que «el ejército ruso carece de las fuerzas necesarias para apoderarse de la ciudad de Jarkiv, pero que las operaciones ofensivas rusas contra esa ciudad o Sumy atraerían y concentrarían fuerzas ucranianas de otras partes más críticas de la línea del frente». O sea, que puede tratarse de una maniobra de distracción.

La tercera es aún más complicada: intentar tomar la ciudad desde el norte. Jarkiv es una población enorme, con un centro de arquitectura zarista rodeado de barrios obreros e industriales. Las torres de edificios de lugares como Saltivka, parcialmente destruido durante las primeras semanas de la guerra, suponen toda una fortaleza. Rusia aún no ha conseguido conquistar ninguna capital de provincia de Ucrania y la única que tuvo en sus manos, Jersón, la perdió en 2022. A estas alturas de guerra, tras el desgaste de más de dos años, tomar la ciudad de Jarkiv no sólo depende de los recursos de las tropas de la Z, sino de cuantas brigadas sea capaz Ucrania de mover hasta allí sin desproteger otras zonas del frente, como remarca el analista Franz Stefan Gady.

DEFENSAS REFORZADAS

Desde hace unos meses, y en previsión de esta ofensiva de verano, Ucrania había reforzado todas las defensas de la zona, cavando nuevas líneas de trincheras, levantando búnkeres y campos minados. Las inauguró el propio Volodimir Zelenski en una visita cuyas imágenes se publicaron recientemente.

El objetivo de estas construcciones no es impedir que los rusos avancen, sino que lo hagan más lentamente y con más bajas. El analista militar John Helin cree que toda esta operación ha escrito en su cuenta de la red social X: «No creo que los rusos tengan reservas lo suficientemente grandes como para intentar capturar la propia Jarkiv, pero podríamos ver el inicio de operaciones más limitadas destinadas a amenazar el flanco vulnerable y que los ucranianos tengan que usar sus reservas«.

La ciudad de Jarkiv está a 30 kilómetros de Rusia. Durante las primeras semanas de la invasión, el ejército de Putin trató de conquistarla en vano, dejando en sus alrededores restos de varios batallones pero también causando grandes destrozos en la ciudad, especialmente en los barrios periféricos por los que trató de entrar y en los edificios gubernamentales del centro, que fueron reventados con misiles desde el otro lado de la frontera.