El científico se encontraba en su estación base del continente blanco cuando encontró el perfil de una mujer en la aplicación de citas por excelencia
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La Antártida es uno de los lugares más asombrosos de la Tierra. Un territorio inhóspito, pues sus condiciones climatológicas dificultan la existencia de habitantes en el lugar, así como una zona de estudio para las investigaciones científicas u ocupada por personal militar. Sin embargo, hace años ocurrió lo que nadie nunca imaginó: un científico consiguió el primer «match» en Tinder de la historia del continente blanco.
Dos personas a la vez en la Antártida en una aplicación, a tan solo cuarenta y cinco minutos de distancia la una de la otra. En la red social de citas por excelencia para conocer personas (y lo que surja), millones de personas consiguen ampliar su red de contactos por cualquier parte, ya sea estando en su ciudad natal o viajando por el mundo. Lo que nadie se imaginaba, era que pudiera ocurrirle a este científico estadounidense en el lugar más rocambolesco de todo el planeta.
Y es que, si bien se puede visitar el continente helado como otro lugar turístico más, al ser un destino remoto, caro o protegido no se puede hacer por cuenta propia, sino contratando un crucero y solo con fines pacíficos y con agencias que cuenten con permisos para hacerlo.
Allí no hay hoteles, y en definitiva, los únicos alojamientos posibles son los barcos de expedición. Asimismo, la Antártida se rige por el Tratado Atlántico, que implica que en la mayoría de casos, solo se puede visitar con fines científicos.
Así ocurrió el primer «match» de la historia de Tinder en la Antártida: qué pasó con la cita «que rompió el hielo»
Por eso, lo que el científico estadounidense no se imaginaba cuando en diciembre de 2021 se instaló Tinder «por diversión» es que hiciera «match» allí, en la Antártida: nada menos que una mujer que estaba a 45 minutos de distancia en helicóptero del lugar en el que estaba de la estación base de McMurdo. Ella, entre los Valles Secos de la Antártida.
Si bien no apareció ningún perfil cerca de él, amplió el radio de geolocalización para comprobar si había posibilidad de coincidir con alguien. Dio con la mujer que «le encontró». «Es alucinante, estaba muy emocionado por la tontería» dijo cuando fue entrevistado por un medio estadounidense. Y se dio el encuentro.
No obstante, el científico confesó que fue una cita «breve», debido a que la mujer tenía que irse al día siguiente del continente. A pesar de ello, él esperaba coincidir para «convertirse en el primer ligue de Tinder de la historia de la Antártida».













