Los líderes europeos preparan en Versalles una declaración de unidad y firmeza frente a la invasión rusa

Una Europa más fuerte militarmente y menos dependiente energéticamente. Ese es el objetivo de los dirigentes que se reúnen hoy y mañana en Versalles (Francia) en un ambiente especialmente grave por la invasión militar de Rusia en Ucrania. En su habitual carta de invitación, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel dice claramente que ahora «es más urgente que nunca que demos pasos decididos hacia la construcción de nuestra soberanía, la reducción de nuestras dependencias y el diseño de un nuevo modelo de crecimiento e inversión».

Aunque oficialmente se trata de una reunión informal de la que siempre se sospechó que su único objetivo era permitir al presidente francés Emmanuel Macron lucirse en plena campaña electoral, la presión de los acontecimientos ha cambiado completamente el escenario y ahora se trabaja en un documento que será conocido como Declaración de Versalles y en el que pretenden definir la orientación de la UE ante un escenario completamente nuevo marcado por la guerra.

Hasta el punto de que varios países han señalado la existencia del artículo 42.7 del Tratado de Lisboa que prevé la obligación que asumen los países miembros de asistir y defender militarmente a cualquiera de los Veintisiete en caso de agresión. El asunto se ha suscitado porque entre los escasos miembros de la UE que no lo son de la OTAN figuran Suecia y Finlandia, contra los que Moscú ha proferido claras amenazas.

Por ello, uno de los elementos esenciales será una exhibición de unidad en la idea de seguir presionando al régimen de Vladímir Putin a través de las sanciones económicas, las más rotundas jamás impuestas y también las más difíciles de resistit por los propios europeos. Ya se han aprobado cinco tandas de sanciones económicas, la última de las cuales entró en vigor ayer mismo. En total hay señaladas 862 personas y 53 entidades de Rusia y Bielorrusia. La UE ha usado también por primera vez dinero comunitario para pagar armas ofensivas para ayudar a Ucrania.

El tema de los refugiados aparece también en el orden del día, teniendo en cuenta que ya pasan de dos millones los ucranianos que han entrado en territorio europeo, aunque la inmensa mayoría se están quedando en los países fronterizos, Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumanía.

En algún momento, los líderes hablarán también de las solicitudes de entrada en la UE enviadas por Ucrania y luego por Moldavia y Georgia, tres antiguas repúblicas soviéticas.