Un equipo de técnicos se ha acercado a la Basílica del Pilar de Zaragoza para estudiar las bóvedas, tras el reciente desprendimiento de un trozo de escayola de una de sus cúpulas
Este lunes por la mañana, un equipo de técnicos se ha acercado a la Basílica del Pilar de Zaragoza para estudiar las bóvedas, tras el reciente desprendimiento de un trozo de escayola de una de sus cúpulas. Los técnicos elaborarán un proyecto de intervención en el que se estimarán las medidas que deban tomarse para subsanar este daño.
El accidente tuvo como consecuencia la lesión de uno de sus visitantes, después de que el trozo de escayola le impactara en la nariz, y la necesidad de acordonar esa zona, a fin de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos que se acerquen a ver la Basílica.
A fin de realizar un estudio detallado del estado de las bóvedas, se ha barajado la posibilidad de utilizar drones que sobrevuelen tanto el interior como el exterior. No obstante, para el portavoz del Cabildo, José Antonio Calvo, esta medida podría resultar insuficiente.
LA CÚPULA DAÑADA HA SIDO LA «REGINA PATRIARCHARUM»
La cúpula afectada ha sido la “Regina Patriarcharum”, una de las cúpulas pintadas por Ramón Bayeu en 1781. Esta cúpula se encuentra a la entrada de la Basílica, muy cerca de la puerta principal, por lo que la zona tiene una gran afluencia de visitantes.
Es por ello especialmente necesario que se trabaje con cautela. Así pues, desde este lunes los visitantes han podido utilizar la puerta principal para entrar a la catedral, pero, a la hora de salir, se les ha informado que debían aproximarse a la puerta que se encuentra al otro extremo, también en la Plaza del Pilar.
De momento, se desconocen más detalles, a la espera de que el arquitecto estudie el caso y proponga un proyecto específico en el que se expliquen los planes de actuación para la restauración de la bóveda, así como el tiempo que podrían durar estos trabajos.