La rebelión de Wagner debilita la imagen de Putin en Rusia e insufla ánimo a las tropas ucranianas

Kiev ve en la insurrección una ventana para seguir con su contraofensiva, mientras Putin se enfrenta a una crisis reputacional dentro de su país

Tan solo 24 horas han servido para mostrar que la fortaleza de Putin no es tan alta dentro de Rusia. En un día, Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, consiguió crear una crisis sin precedentes en el país que cerca estuvo de acabar en una guerra civil. Porque tan solo una negociación ‘in extremis’ con Alexánder Lukashenko por medio impidió que los mercenarios llegasen a las puertas de Moscú.

La imagen de Putin, de quien se llegó a decir que huyó de Moscú a San Petersburgo al mediodía -el Kremlin salió muy rápido a desmentirlo y su avión, en efecto, despegó-, ha quedado muy mermada. Al fin y al cabo, bajo su mandato más de 5.000 soldados sin bandera marcharon a la capital sin resistencia, más allá de los nidos de ametralladora que instaló el ejército ruso a la entrada de Moscú.

Quizá por este motivo todavía no se conozca ‘el premio’ que ha obtenido Prigozhin de esta situación. El jefe de Wagner dio la orden de regresar a las bases porque según él, «iban a desmantelar el grupo Wagner», algo que según la negociación, no terminará sucediendo. Pero es un botín demasiado pequeño para frenar en seco un levantamiento que tenía como objetivo llegar a Moscú y poner en jaque al poder establecido.

Fuentes rusas señalan, aunque sin una confirmación oficial, que el Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, será cesado de su cargo. Un antiguo anhelo de Prigozhin, ya que este acusó a la mano derecha militar de Putin de perjudicar al grupo Wagner en diversas ocasiones, como en Bajmut, donde el ministerio no proporcionó suficientes balas a los mercenarios para poder operar, lo que les produjo una situación de indefensión. Además, le acusa de bombardear bases de Wagner situadas en la retaguardia del frente en Ucrania. Su cese sí sería un premio lo suficientemente goloso por cesar el desafío al régimen de Putin y exiliarse en Bielorrusia.

Estas mismas fuentes apuntan otro nombre, el de Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor General del Ejército en Rusia. Según medios estatales rusos, su cese sería otra de las condiciones de Prigozhin para frenar la marcha hacia Moscú, aunque todas estas quinielas no son más que rumores, dada la absoluta opacidad comunicativa de Rusia y su esacasa libertad de prensa.

Ucrania ve la luz

La rebelión de Wagner ha sido vista desde Ucrania como una ventana de oportunidad en plena contraofensiva. Así lo señaló la viceministra de Defensa del país, Hanna Maliar. Por su parte, Volodomir Zelensky afirmó que «Rusia está sumida en el caos». Esto solo insufla fuerzas al ejército ucraniano, que está en plena contraofensiva -reconocida por el propio Kremlin- tras más de un año de conflicto bélico.

La marcha de Prigozhin permitió a Ucrania realizar una ofensiva general y avanzar en varios frentes. Así lo comunicó el Grupo Este de las Fuerzas Armadas de Ucrania, cuyo resultado permitió recuperar territorios en Orijovo-Vasilivka, Bajmut, Bohdanivka, Yagidne, Klishchiivka y Kurdiumivka. A sí mismo,

Asimismo, Hanna Maliar dio cuenta de «intensos combates» en el sur con unas fuerzas rusas «a la defensiva» y realizando «grandes esfuerzos» para frenar la ofensiva de las Fuerzas Armadas ucranianas. El informe de Maliar incluye además «pérdidas significativas» en personal, armas y equipo por parte de la Federación Rusa.

Todo ello en un contexto de avance ucraniano. Este lunes, de hecho, se recuperaron terrenos en la región de Donetsk que estaban en manos rusas desde el conflicto del Dombás en 2014. El comandante adjunto del mando operativo este, el general Oleksander Tarnavski, indicó que las fuerzas ucranianas han liberado zonas próximas a Krasnogorivka, una pequeña ciudad situada a solo 15 kilómetros de Donetsk capital, algo que no se había comunicado «por ciertos motivos tácticos».