Mano de obra extranjera para suplir la escasez de trabajadores en España

España vive en una paradoja laboral. En el país que lidera el paro juvenil de la Unión Europea, donde la tasa de desempleo supera el 13% y duplica a la media del Viejo Continente, las empresas tienen dificultades para cubrir determinadas vacantes. Ahora unos 109.000 empleos se quedan sin cubrir al año y el 55% de las compañías tiene dificultades para contratar. Pero la previsión es que más de un millón de ofertas se queden desiertas en los próximos años, tal y como publicó este periódico.

Ante los problemas del mercado nacional, las empresas buscan soluciones a la escasez de trabajadores en el exterior. Sectores como la construcción o el transporte, dos de los más afectados por la escasez de personal, han resucitado en los últimos meses fórmulas como la contratación en origen para sacar adelante los encargos.

Popularizada durante los años de la burbuja inmobiliaria, la contratación en origen representa una serie de procedimientos enfocados a conseguir, de forma simultánea, visados de residencia y de trabajo. Empresarios españoles están tirando cada vez más de esta figura, ‘fichando’ trabajadores en Colombia, Brasil, Cuba, Perú o Marruecos.

El problema es que por el momento es un proceso complejo. El Gobierno amplió la orden Gecco (Gestión Colectiva de Contrataciones en Origen) para que incluya también a actividades como la construcción. El programa es ahora muy utilizado en el sector primario para la captación de temporeros, y en la práctica regulariza con mayor exactitud la contratación en origen.

Aún así, en la construcción creen que el programa tiene margen de mejora. «No es lo mismo recolectar fresas que montar paredes», explica a este periódico el director de formación y empleo de la Fundación Laboral de la Construcción, Javier González.

En el sector tienen la esperanza de que tras el verano se publique una convocatoria específica de la orden Gecco para la construcción. «La población extranjera es fundamental para la construcción y llegó a alcanzar el 25% de las plantillas. El sector está echando mano de ellos, pero también trabaja mucho para atraer a jóvenes y mujeres, que solo representan por ahora el 9,6%del total», añade González.

La realidad es que las contrataciones en origen trascienden a la construcción. El transporte, otra de las actividades lastradas por la falta de mano de obra, también está sosteniéndose con trabajadores extranjeros. «Es un sistema que lleva tiempo creciendo y cada vez se utiliza más. Algunas de nuestras empresas se ven obligadas a traer personal de fuera, lo que implica hacer la tramitación de permisos, certificación profesional y demás trámites», reconoce el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic), Ramón Valdivia.

Valdivia menciona la importancia que tendría para superar la falta de mano de obra en el transporte de mercancías la inclusión del sector en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura. Pero reconoce que por el momento es proceso complejo «porque es algo que tiene que hacerse de forma muy regional y provincial y en lo que tiene que estar de acuerdo no solo la patronal sino también la Administración y los sindicatos».

Sectores vinculados al campo o a la construcción han ido tirando de inmigrantes que se fueron con la pandemia. «Estos trabajadores sufren jornadas interminables, se trata de un trabajo muy duro y la actividad no resulta atractiva», explica Sara García, secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO.

A finales de 2021, el Gobierno modificó la orden de contratación en origen y en el año 2020 ya se acometieron cambios en la normativa para flexibilizar la llegada de temporeros extranjeros al campo español. Desde el sindicato USO instan a dar más pasos en aras de avanzar en la legislación. «Se debe garantizar una regulación adaptada a la realidad del mercado para evitar casos de explotación o incluso algunos que llegan a rozar el esclavismo de extranjeros», denuncia García.

Las pymes también reclaman al Gobierno que se faciliten los cauces para cubrir esas plazas tanto en el ámbito nacional como en el extranjero. Fuentes de Cepyme aseguran que las empresas pequeñas no tienen departamentos para iniciar una contratación en origen. Por otro lado, los procesos burocráticos suponen una gran traba debido a que el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura no es flexible y obstaculiza el poner en marcha un proceso de contratación fuera de nuestras fronteras. Además, la homologación de títulos para poder trabajar en España es un proceso que requiere de mucho tiempo y recursos.

Trabajo en remoto

En el ámbito tecnológico, las empresas también se están reinventando para contratar a trabajadores en remoto de otros mercados internacionales. «Se busca talento fuera de nuestras fronteras ante la carencia de este tipo de profesionales en el mercado y empresas. En Akkodis llevamos años gestionando flujos transnacionales de estos profesionales y la continua recualificación de los mismos», explica, por su parte, Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. El teletrabajo internacional abre así un nuevo reto, pero hace falta ganar seguridad jurídica ya que persiste cierto vacío legal en estos contratos. «No son trabajadores desplazados, sino que es necesario clarificar aspectos como el régimen fiscal y de seguridad social aplicables», puntualiza Blasco.

Pero, también se da el camino en la dirección contraria y empresas norteamericanas o europeas fichan a talento español, un movimiento que agrava aún más la crisis de vacantes sin cubrir en nuestro país. «España se está convirtiendo en una fábrica de programadores de Europa», sentencia Víctor Manuel Gómez, CEO de 4geeks Academy. «En nuestra academia contamos con estudiantes que están siendo fichados para empresas francesas y que ganan unos 30.000 euros en su primer sueldo, es decir, por encima de lo que se paga para un primer sueldo de programador en nuestro país», apostilla Gómez.

De hecho, los salarios mileuristas que se pagan con frecuencia a los jóvenes que salen de la universidad son una de las razones detrás de la fuga de talento. «Se dan casos con frecuencia en los que empresas norteamericanas captan perfiles tecnológicos en nuestro país, a los que pagan mucho menos que a sus locales, ofreciendo salarios mucho más competitivos que los españoles y dando la posibilidad de que, además, no tengan que moverse de casa», zanja Susana Marcos, CEO de Peoplematters. «Esto complica aún más la falta de perfiles y está volviendo locas a muchas empresas que luchan por hacer ofertas de valor a sus empleados suficientemente atractivas para que se queden a la vez que no encarecen el coste de sus plantillas», agrega Marcos.