Feijóo exige a Sánchez que baje ya el IRPF a 17 millones de españoles

 

EL ninguneo y el desprecio con los que Pedro Sánchez despachó su propuesta fiscal en apenas diez minutos, durante la reunión de tres horas en La Moncloa el pasado 7 de abril, no ha desanimado a Alberto Núñez Feijóo. El presidente del PP lleva dos semanas elaborando un extenso documento sobre su plan fiscal, en el que han participado unos 25 expertos, entre ellos varios exministros y exsecretarios de Estado de anteriores gobiernos del PP. En la propuesta, que Feijóo hará llegar a Sánchez mañana, viernes, se plantea devolver hasta 10.000 millones de euros a los españoles, procedentes del exceso de recaudación que se está produciendo a causa de la subida masiva de los precios en España.

Feijóo convocó ayer por primera vez en Génova al Comité Ejecutivo Nacional del PP, órgano interno en el que participan todos los barones y presidentes regionales del partido junto a los principales dirigentes, para explicarles los detalles del documento en el que sigue trabajando.

El día anterior había expuesto las líneas generales a las organizaciones empresariales y sindicales, en una maratoniana jornada de reuniones en su despacho de la séptima planta de la sede nacional del partido. Feijóo abrió así una nueva etapa de diálogo abierto y búsqueda de entendimiento con los agentes sociales, que en los últimos tiempos de la etapa de Casado se habían distanciado del PP.

La rebaja de impuestos es ya la principal bandera de un nuevo PP centrado en la gestión, en los hechos y en las propuestas, más que en las palabras, en los discursos y en las críticas. El equipo de Feijóo está volcado en un plan «que aplicaría mañana mismo si estuviera en el Gobierno». No son palabras huecas, insisten, sino algo realista. De ahí las horas de trabajo que tiene detrás, sobre todo por parte del vicesecretario de Economía, Juan Bravo, que en estos inicios de la presidencia de Feijóo ya se ha destapado como uno de los puntales más sólidos de este PP.

Quizás porque el plan de Feijóo no es una mera relación de medidas imaginarias, que cualquiera en la oposición puede poner sobre la mesa, sino que cada una de ellas está justificada y presupuestada, y quizás porque, según subrayan en el PP, no supondría recortar ni un solo euro de los servicios públicos ni de lo previsto en las cuentas públicas del Gobierno, el presidente del PP ha conseguido irritar al PSOE y al Ejecutivo. La izquierda reaccionó ayer con virulencia ante la propuesta de una bajada de impuestos, que relacionó de forma inmediata con supuestos recortes en el estado del bienestar.

«Lo que no nos cuenta Feijóo es quién pagaría esa bajada de impuestos que propone, ¿los pensionistas rebajando sus pensiones o quizá recurriría el PP a un recorte como ya practica Moreno Bonilla o Díaz Ayuso?», se preguntó la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados, en una declaración sin preguntas.

Más recaudación

Pero el plan de Feijóo va por otro camino muy diferente. Parte del hecho cierto de que en enero y febrero se ha producido un incremento de la recaudación de 7.500 millones de euros por encima de lo previsto, debido al alza de los precios. Aún no tienen los datos de marzo, pero en el PP prevén que pueda llegarse ya a los 9.000 millones. Ante ese hecho, que castiga de manera directa a los españoles y beneficia al Gobierno – «se está forrando», dijo Feijóo recientemente–, el PP propone devolver a los ciudadanos «lo que es suyo». El montante total estaría entre los 7.500 y los 10.000 millones de euros.

En su plan, Feijóo propone actuar en cuatro líneas: racionalizar el gasto burocrático, rediseñar los fondos europeos para hacerlos más ágiles, acometer reformas estructurales para promover el crecimiento económico y bajar los impuestos de forma selectiva, inmediata y temporal.

Su medida estrella es bajar el IRPF a las rentas que estén por debajo de los 40.000 euros, con carácter retroactivo desde el 1 de enero. Además, Feijóo plantea una ayuda directa de entre 200 y 300 euros para personas vulnerables, cuyos salarios estén por debajo de los 17.000 euros. Estas rebajas fiscales beneficiarían al 80 por ciento de los contribuyentes, es decir a unos 17 millones de ciudadanos.

Junto a esa bajada del IRPF, el plan de Feijóo también toca el IVA, lo que afectaría de forma lineal a todos los españoles: la población diana sería el cien por cien. Exige, sobre todo, acometer una rebaja urgente del IVA sobre el gas natural y la energía eléctrica. Feijóo no entiende a qué espera el Gobierno para hacerlo, ya que Europa permite fijarlo en el 5 por ciento de forma inmediata, según advirtió.

Junto a estas medidas, el líder del PP plantea actuar sobre el impuesto de Sociedades, y dar libertad para amortizar inversiones en eficiencia energética o transformación digital.

«Estas propuestas serían exactamente iguales a las que haríamos si estuviéramos en el Gobierno», insistió Feijóo ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP. El documento aún no está cerrado, ya que, según comentaron en Génova, continúan recibiendo y estudiando aportaciones externas, algunas de ellas procedentes de antiguos miembros del Ejecutivo.

Feijóo, como todos en el PP, es plenamente consciente de que «no va a ser fácil» que Sánchez acepte sus propuestas económicas. Pero el destinatario real de este plan, en realidad, no es el presidente del Gobierno, sino el conjunto de los españoles, a los que el líder del PP quiere hacer llegar el mensaje de que existe una alternativa real y seria, que más allá del griterío diario de la política tiene una propuesta que hacer frente de la crisis. Es un mensaje que envía al votante de centro-derecha, para que compare con la acción de otros partidos, pero también al de centro-izquierda distanciado del Gobierno de Sánchez.

En clave interna

En la reunión de ayer en Génova, Feijóo, que tuvo una intervención abierta a los medios y otra cerrada, destacó que la política del PP ya ha cambiado, y «los españoles han empezado a percibir que es un cambio tranquilo, sereno y razonable». El PP, dijo, ha solucionado sus problemas y se ha levantado, «unido e ilusionado», con propuestas «sólidas y solventes». En el Comité tomaron la palabra Isabel Díaz Ayuso, para agradecer la prontitud con que se ha convocado el congreso de Madrid, Cuca Gamarra y Alfonso Fernández Mañueco, este desde su coche atrapado en la nieve en Segovia.