Recomposición de alianzas al más alto nivel y con la energía como baza. El primer ministro de Italia, Mario Draghi, firma este lunes en Argel un acuerdo para incrementar el suministro de gas natural argelino. Un movimiento con dos detonantes: la búsqueda de una fuente alternativa al gas ruso, del que dependía hasta ahora Roma, con el trasfondo de la guerra en Ucrania; y la crisis diplomática de Argelia con España, principal socio energético de la UE, a raíz del histórico cambio de posición del Gobierno en el contencioso del Sáhara Occidental.
Draghi está acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio, quien ha relanzado en los últimos meses las relaciones con el Gobierno argelino. Las visitas han sido constantes. No obstante, Argel puso fecha al encuentro de este lunes tras el pasado 18 de marzo, cuando la Casa Real marroquí filtró la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI en la que apoyaba el plan de autonomía marroquí, quebrando 47 años de posición respecto a la ex colonia español y su proceso de autodeterminación.
A juicio de Di Maio, el pacto rubricado este lunes permitirá a Roma abordar «el chantaje ruso a través del gas», representado -entre otras cuestiones- en la «inaceptable» demanda de que el pago del suministro se efectúe en rublos. La UE se plantea, además, incluir el veto a la importación de gas ruso en una nueva ronda de sanciones económicas contra el Kremlin, a pesar de la oposición de Alemania y algunos Estados miembro del este de Europa.
En la delegación italiana a Argel, también figuran el máximo directivo de la multinacional energética italiana Eni y el ministro de transición energética, Roberto Cingolani. El titular de Energía reconoció la semana pasada que Italia se halla en estos momentos en conversaciones con hasta siete países para garantizar el suministro de gas. Las negociaciones, avanzó, se hallan en «una fase muy avanzada».
El gas es una de las represalias que tiene a su alcance Argel, en respuesta al giro del Gobierno de coalición en el litigio del Sáhara Occidental. A principios de este mes la petrolera estatal argelina Sonatrach se comprometió a mantener los precios del gas con sus socios europeos, salvo con España. La compañía no descartó revisar los precios con su cliente español, la multinacional Naturgy. El Ejecutivo español admita ya ese escenario de subida de precios.
Roma no oculta que aspira a sustituir a España como el socio energético del país árabe. “Italia considera a Argelia un socio estratégico integral con el que Italia pretende seguir reforzando la cooperación política y económica, con especial atención a las cuestiones energéticas”, subrayó el ministerio de Asuntos Exteriores italiano en un comunicado a finales de marzo.
España tiene en Argelia a su principal suministrador de gas. El año pasado el 45 por ciento de las importaciones españolas de gas procedían del país árabe. Un posición estratégica amenazada ahora por el interés creciente de Italia, que busca reducir su dependencia gasística con Moscú, de la que proviene hasta el 43 por ciento de sus compras internacionales, en plena invasión rusa en Ucrania.