El Banco de España tumba el optimismo del Gobierno: inflación cercana al 10% hasta verano y riesgo de recesión

Entrará España en una recesión como consecuencia de la guerra en Ucrania y de la espiral de los precios energéticos? Ese escenario que hace apenas dos o tres meses se descartaba de plano es ahora, si no probable, posible, una vez comprobada la evolución de los acontecimientos a raíz de la invasión rusa de Ucrania. Así lo ha advertido este martes el Banco de España en la presentación de la actualización de sus proyecciones para la economía española.

La entrada de España en recesión – entendida como dos trimestres consecutivos de decrecimiento – no es el escenario central de los analistas de la entidad, pero según admite la entidad si es una opción si se materializan los riesgos que amenazan la actividad económica: básicamente, que los precios de la energía sigan al alza, que Rusia decida cerrar el tráfico comercial con Occidente o que a nivel local empresas y trabajadores opten por tratar de recuperar el terreno que les ha comido la inflación de forma inmediata ensanchando sus márgenes (las empresas) o presionando para subidas salariales que hagan recuperar el poder adquisitivo (los trabajadores).

El escenario central presentado este martes por el Banco de España no va por ahí. Entiende que la economía española crecerá poco, pero crecerá. Lo hará menos de lo que el propio organismo estimó en diciembre, según sus nuevas proyecciones. Un 4,5% este año, frente al 5,4% antes previsto o frente al 7% que todavía figura en la previsión del Gobierno, a revisar a finales de abril; y un 2,9% en 2023, frente al 3,9%, estimado hace apenas tres meses. En 2024 la economía recuperaría parte del terreno perdido con un crecimiento del 2,5%, frente al 1,8% calculado en diciembre. La recuperación de los niveles de PIB anteriores a la pandemia no llegaría hasta el tercer trimestre de 2023.