Lo primero que nos tenemos que preguntar es si conocemos las reglas del juego con las que hemos de jugar a estudiar. Algunos creen que jugar a estudiar es aburrido, pero es porque no saben jugar. En este juego, como en otros muchos, lo importante es saber como se gana, y que hay que hacer para ganar.
Sin embargo, muchos ni siquiera conocen que el estudio puede ser un juego, y menos las reglas para poder ganar. En este juego el objetivo es aprender. Se estudia para aprender, así es como se gana en este juego. Cualquier otra finalidad impide que se desarrolle con normalidad y ya no resulta divertido y, por supuesto, deja de ser ya, para ellos, un juego. Estudiar para aprobar es un error, ello facilita el saltarse las reglas de este juego, hacer trampas y, en consecuencia, fracasar en los estudios.
¿Cuales son los campos de juego del estudio? El colegio, la escuela, instituto o universidad; en casa; la academia e incluso en cualquier lugar donde podamos pensar. Se aprende en las clases atendiendo al profesor, tratando de hacerse y hacerle buenas preguntas para comprender y si es posible recogiendo en esquemas y apuntes (anotaciones) las ideas principales de la clase. Claro es que, para ello, hay que escuchar, prestar atención, tener lápiz, papel y goma de borrar para recoger las mejores ideas y pensamientos.
Se aprende, en las horas que dedicamos a estudiar (analizando, sintetizando, memorizando y relacionando lo aprendido con lo que sabemos para poder alcanzar así, la mejor comprensión, y la capacidad de obtener un pensamiento creador a través de nuestra imaginación. Se precisa desarrollar nuestra capacidad de atención y concentración. Si estamos dispersos no hay forma de conseguir pensamientos inteligentes.
Silencio; espacio suficiente en la mesa de estudio; las herramientas adecuadas: diccionario, papel, lápiz, goma de borrar; eliminando cualquier objeto que nos pueda distraer y nos haga perder la necesaria concentratación. En este juego, como en otros, hay que estar bien colocado en el campo de juego, con los útiles necesarios (zapatillas adecuadas al terreno, pendientes del balón, con concentración y siempre con una buena dosis de espíritu de sacrificio para poner el esfuerzo necesario para jugar bien y poder ganar).
La luz, la temperatura, lus ruidos, la TV del cuarto de al lado, el movil, el ordenador, la imaginación que se dispersa etc., son los factores ambientales que afectan a nuestro rendimiento y que hemos de superar con inteligencia al procurar jugar en el campo mas adecuado y no en un patatal.
El enemigo a batir son las asignaturas que hemos de aprender y que se nos presentan como el K2 del montañero. Con inteligencia, perseverancia y, poco a poco, iremos superando las dificultades y problemas que son los que van creando en nosotros las fortalezas y el músculo físico y mental para poder superar grandes metas. ¡Cuidado con la imaginación!… Que no se nos pide alcanzar las cumbres del Himalaya, sino aprender las materias que nos permitan superar con brillantez el curso en el que estamos matriculados.
El tiempo de juego: el de las clases y el tiempo disponible para estudiar, sin dejar otras necesidades y obligaciones. Los tiempos varían según la edad y la categoría de los adversarios y la táctica la mas adecuada para aprender (el que sabe no debe ni puede suspender). Hay que estudiar a los rivales que nos encontramos en la liga (las asignaturas) y en este juego tenemos la posibilidad de elegir nosotros el orden con el que nos vamos a enfrentar a ellas y el tiempo que vamos a dedicar a cada una.
Todo juego y, el estudio lo es, ofrece una serie de dificultades y resistencias que hay que superar, obstáculos que hemos de vencer. Dificultades que plantean las propias características del juego, el tamaño y cualidades de los rivales a batir y, es ese reto que hace mas meritorio el triunfo. ¿Por qué? Porque, es necesario superarnos nosotros mismos, para estar al nivel de los logros que queremos alcanzar.
Algunos se sorprenden, en el juego del estudio, porque encuentran dificultades ¿En que juego no las hay? Otros, consciente o inconscientemente dicen que no les gusta estudiar. ¿No será que no saben jugar y se aburren? ¿Acaso no se quieren esforzar? Yo pienso, que si se ponen a jugar a su nivel y van aprendiendo, poco a poco, enseguida, les encantará jugar porque a todos nos encanta saber y ser mejores.
En cualquier juego, los jugadores entrenan, se ejercitan física y, o, mentalmente para estar a la altura de los objetivos que pretenden alcanzar y, generalmente, durante mucho tiempo y bajo los consejos de un buen entrenador. No es bueno intentarlo solos. Si os parece, en próximo artículo, seguiremos detallando las reglas de este apasionante juego.