La primera cuestión a tener en cuenta es que un discurso o una charla etc… no es un texto, un escrito realizado para ser leído sino para ser escuchado y, de alguna manera, visualizado por los oyentes.
Ello ha de hacernos pensar, a la hora de su confección, en personas que nos van a ver y escuchar.
Ya tratamos en capítulos anteriores, en concreto en el capítulo II, sobre “cómo elegir el mensaje”, hicimos referencia a los “estudios previos”, “las conclusiones”, “las características del qué”, investigamos cómo elegir “la finalidad del discurso” y “el tema” para hablar a nuestro público; Estudiamos “el argumento” e incluso “las unidades de exposición”… todo ello nos facilita la tarea que ahora vamos a realizar.
Sabemos cual es la finalidad de nuestro discurso:
FINALIDAD |
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También hemos decidido cuál va a ser el tema que vamos a desarrollar:
TEMA |
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Ahora nos toca redactar (ordenar) el argumento y como todas las cosas necesitamos en un principio, de un buen comienzo (el capítulo IV nos habla de ello y nos sugiere algunas maneras de hacerlo y el capítulo V trata el tema de la atención, ambos nos pueden ayudar a elegirlo:
COMIENZO |
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Ya tenemos la atención de nuestro auditorio y les hemos impresionado favorablemente; ahora se trata de argumentar, de tratar de convencer y de persuadir al público elegido.
¿Es un buen punto de partida para llegar a alcanzar el objetivo deseado? ¡adelante!
¿Y si no es un buen comienzo y luego encuentro otro mejor? Bueno pues se cambia. ¿vale?.
¿A donde vamos?… ¿Cual es la idea central que queremos transmitir a nuestro auditorio?
IDEA CENTRAL |
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¿Qué características afectivas dirigidas a la persona primitiva de nuestros oyentes deben matizar e integrar el qué?
CARACTERÍSTICAS DEL QUÉ |
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Teniendo estos puntos siempre presentes empiece a argumentar
PLANTEAMIENTO
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2 3 4 5 6 7 8 ¿? |
Seguramente no habrá necesitado tantos argumentos, pero si cree conveniente utilizar alguno mas ¡Hágalo!
¿Está suficientemente bien planteado el tema?… ¿Está claro?…
¿Sigue un orden lógico para el oyente?… ¿Está bien concretado?… ¿Convence?… ¿Está bien reconocida la parte afectiva del mensaje?… ¿Persuade?
Es momento de intercalar cuando sea conveniente alguno o varios de los subgéneros explicados: descripciones, cuadros, retratos, paralelos, narraciones, caracteres, parábolas, fábulas,…
El planteamiento puede, si se estima necesario dividirse en dos o más partes. Ya está planteado el discurso. ¿Le convence…? ¿Le gusta?…
¿Es demasiado corto? ¿Largo quizás?…
Calcule el tiempo que tiene asignado para toda la charla y vea, según las características de la misma, el que se conviene asignar al planteamiento.
DESARROLLO O NUDO
Del conocimiento del público a quién nos dirigimos, de la situación que afecta a público y al sujeto promotor y del conocimiento y finalidades éste con la presente comunicación extraeremos, como en el planteamiento, las ideas y sentimientos que han de integrar el desarrollo o nudo del mismo.
1
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 ¿? |
Seguramente no habrá necesitado tantos argumentos, pero si cree conveniente utilizar alguno más ¡Hágalo!
¿Está suficientemente bien desarrollado el tema?…¿Está claro?…
¿Sigue un orden lógico para el oyente?…¿Está bien concretado?…¿Convence?… ¿Está bien recogida la parte afectiva del mensaje?…¿Persuade?.
Es momento de intercalar cuando sea conveniente alguno o viarios de los subgéneros explicados: descripciones, cuadros, retratos, paralelos, narraciones, caracteres, parábolas, fábulas,…
El desarrollo o nudo puede, si se estima necesario, dividirse en dos o más partes. Ya está bien desarrollado el discurso. ¿Le convence…? ¿Le gusta?…
¿Es demasiado corto? ¿Largo quizás?…
Calcule el tiempo que tiene asignado para toda la charla y vea, según las características de la misma, el que le conviene asignar a esta parte.
CONCLUSIÓN O SENSIBILIZACIÓN DEL QUÉ (La idea central del discurso)
Hemos llegado al momento cumbre del discurso. Tenemos que plasmar de la forma más completa y perfecta posible la idea central que queremos transmitir a nuestro auditorio.
EL QUÉ Y LAS CARACTERÍSTICAS DEL QUÉ |
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Todo lo que hemos preparado hasta ahora ha sido para dar más realce a este mensaje y a este momento, de acuerdo con la finalidad elegida.
EL FINAL
Ya hemos dicho lo que teníamos que decir, ya hemos comunicado nuestro mensaje, nuestro público ha recibido una influencia efectiva porque se han producido los cuatro factores fundamentales de toda comunicación: exposición, percepción, retención y decisión (vid. capítulo V: La influencia correcta en el auditorio). Ahora tenemos que finalizar, hemos de realizar un final.
El final ha de estar muy próximo a la conclusión y ha de ser breve. Se puede finalizar de muchas maneras. Depende del tipo de discurso que hemos pronunciado y de la finalidad del mismo, así como de la situación que afecta al público en aquel preciso momento.
Se puede, y en la mayoría de los casos se deben, dar las gracias al promotor del acto de comunicación, a quienes lo han hecho posible y sobre todo al público.
Se puede y se debe buscar algún argumento y acontecimiento para que el público retenga y recuerde el mensaje fundamental de nuestro discurso.
Se puede y se debe, en la mayoría de los casos, dejar relajado y sonriente a nuestro auditorio.
Un pensamiento de alguien famoso, un poema, una breve anécdota, una distendida y sencilla reflexión son, entre otras muchas, formas de terminar el discurso.
FINAL |
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Con esta reflexiones hemos pretendido facilitarle la tarea y le resulte más sencillo hacer un esquema a partir del cual comience a escribir el su discurso.
En todo caso recuerde que un factor fundamental es el factor tiempo. Calcule adecuadamente la extensión del mismo. No le duela dejar de decir muchas cosas. El que mucho abarca poco aprieta.