Solo el 36% de los alumnos que se matricularon en FP Básica consiguieron finalizar la titulación

Entre las novedades que introdujo la implantación de la Lomce se encuentra la puesta en marcha de un nuevo título: la formación profesional básica, cuyo objetivo era ofrecer un aprendizaje mínimo para empezar a trabajar. Su puesta en marcha implicó la desaparición de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). La diferencia fundamental entre ambas titulaciones era que con el PCPI no se obtenía el graduado en ESO y, por lo tanto, aquellos alumnos que deseaban continuar con su formación académica debían presentarse a la prueba de grado medio. Con la FP Básica (de dos cursos y dirigida a jóvenes de entre 15 y 17 años) sí que se consigue el título oficial y el acceso a una FP Media es totalmente directo.

Estos cambios fueron criticados por los colectivos de profesores, que consideraban que esta iniciativa iba a fracasar. Cuatro cursos después de su puesta en marcha se ha demostrado que, con el planteamiento inicial, no se ha logrado dar una salida profesional a la mayoría de los matriculados. Según los datos publicados por el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest), en el curso 2014-2015 había inscritos 1.438 estudiantes, de los cuales, solo 771 siguieron sus estudios durante el segundo año. Lo que implica que cerca de la mitad suspendieron a abandonaron el ciclo antes de terminarlo.De estos 771 inscritos en el segundo curso, un total de 529 consiguieron finalizar con éxito la FP Básica que estaban cursando. Tal y como evidencian las cifras expuestas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportesolo el 36,8% de los matriculados en la primera promoción (1.438) lograron terminar su formación con éxito.

La segunda promoción mejoró ligeramente estas cifras. En el curso 2015-2016 se matricularon un total de 1.590 alumnos en primero de FP Básica, de ellos, 993 consiguieron pasar al segundo curso. Esto supone un 62,45% del alumnado, casi diez puntos porcentuales por encima de los registrados en la promoción anterior (un 53,6% de los estudiantes pasaron de 1º a 2º en el curso 2014-2015). De momento, se desconoce cuántos de estos 993 jóvenes habrán terminado la FP, ya que ni el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ni el Gobierno de Aragón han publicado todavía esta información.

Cambios en busca de mejoras

No obstante, teniendo en cuenta los resultados académicos de los dos primeros cursos, el departamento dirigido por Mayte Pérez decidió modificar la estructura horaria de algunas especialidades. El objetivo era hacer estos ciclos más atractivos para los estudiantes y adaptarlos a las necesidades del mercado laboral. De los 21 títulos que se ofertaban en Aragón en el curso 2016-2017, una decena de ellos se adaptaron a este nuevo horario. Con esta distribución, los estudiantes de primero añadieron una hora al cómputo de asignaturas propias de la titulación y otra a Prevención de Riesgos Laborales (que hasta ese momento no existía). Por el contrario, estas dos horas se eliminaron de los módulos de Comunicación y Sociedad y de Ciencias Aplicadas.

En segundo, la modificación se realizó en Comunicación y Sociedad, que dejó de tener siete horas para pasar a seis. Esta hora se trasladó a la asignatura de Orientación Laboral, que tampoco existía hasta este cambio. Tutoría mantuvo las dos horas; los módulos propios de la titulación, 15 y Ciencias Aplicadas, seis. Cabe destacar que aún no se han publicado los resultados académicos del curso 2016-2017, por lo que se ignora si estas modificaciones han tenido algún efecto en el volumen de aprobados.

“La FP Básica sigue siendo uno de los fracasos de la Lomce por dos cuestiones: la falta presupuesto y de consenso con los claustros de profesores”, destaca Alfonso Zafra, representante de Educación de CSIF Aragón. Desde su punto de vista, aunque se han realizado esfuerzos por intentar que al menos la mitad de los estudiantes consigan finalizar esta etapa educativa con éxito, “existen cuestiones que son difícilmente superables si no se realiza un cambio de la normativa a nivel estatal”. Sin embargo, parece que esta opción tampoco será posible a corto plazo puesto que las negociaciones relativas al Pacto Educativo (donde se esperaba que se alcanzara un consenso para aplicar una nueva legislación educativa) se han estancado.

¿Cuál es el perfil de los estudiantes?

Otro de los problemas con los que se encuentra la FP Básica es «la falta de motivación de los alumnos e incluso de los profesores». No hay que olvidar que los jóvenes que acceden a esta formación lo hacen porque no han alcanzado el nivel de secundaria y la abandonan en 2º o 3º. En concreto, según los datos facilitados por el Iaest, más del 60% de los estudiantes de FP Básica no ha llegado a cursar 3º de ESO, mientras que el 31% no ha empezado 4º. El resto está calificado como “otras situaciones”. Esta tendencia apenas ha variado en los tres cursos de los que se tiene datos (hasta el 2016-2017). “El objetivo de esta titulación es ayudar a alumnos que tienen dificultades académicas y que buscan una manera rápida de formarse para incorporarse al mundo laboral”, recuerda Zafra.

La mayoría de ellos (cerca del 20%) se decantan por estudiar la rama de Servicios Administrativos. Otro casi 20% apuestan por formarse en el mundo de la Electricidad y la Electrónica. Cocina y Restauración, Informática y Comunicaciones y Mantenimiento de Vehículos forman parte del resto de las opciones más demandadas (alrededor de un 10% cada una). Todas ellas llevan ofertándose desde el primer curso en el que se puso en marcha esta titulación.