Roger Noriega: «EEUU se equivocó al no dar la importancia debida a Hugo Chávez»

Roger Noriega, Assistant Secretary Bureau of Western Hemisphere Affairs, after speaking to the Washington Times at the State Department, Thursday, August 28, 2003.(Credit Image: The Washington Times/ZUMAPRESS.com)

Una negociación sí, pero no como hasta ahora. Es decir, «dura» y «no en los términos que dicte Maduro». Ése es el resumen de la opinión hacia las conversaciones sobre Venezuela que tiene Roger Noriega, uno de los arquitectos de la política de EEUU hacia América Latina durante las presidencias de Ronald Reagan, y George Bush ‘padre’ e ‘hijo’. Embajador en la Organización de los Estados Americanos (OEA) con el segundo Bush, que también le hizo asistente para las Américas del Secretario de Estado, el punto más controvertido de la biografía de Noriega fue redactar, en 1996, la famosa Ley Helms-Burton, que establecía sanciones contra las empresas de terceros países – incluyendo a los hoteleros españoles – que invirtieran en Cuba.

Esa parte de la ley nunca ha sido puesta en práctica, porque supondría una crisis diplomática de EEUU con sus aliados que Washington nunca ha querido librar, pero resume el carácter ‘duro’ para algunos y comprometido para otros de este hijo de mexicanos, republicano anti-Trump, que ahora se dedica a la consultoría – frecuentemente, vinculada con América Latina – en Washington.

 

 Entrevista:

¿Está Venezuela en el camino de países centroamericanos, como El Salvador, Honduras, y Guatemala, a los que muchos consideran ‘estados fallidos’?
Yo creo que Venezuela está mucho peor que cualquiera de esos países, porque es víctima de una cultura del crimen transnacional. EEUU debería haberlo visto venir.
¿Por qué se equivocó?
Porque no le dimos la importancia que debía a la intención de Hugo Chávez de ser una verdadera amenaza para Estados Unidos. Chávez empezó un proceso en 2005, cuando empezó a usar fondos públicos para traficar en cocaína, que luego vendía, para financiar a las FARC [la guerrilla de Colombia]. Así pagaba su guerra ‘por delegación’ contra Colombia, y en especial contra Álvaro Uribe [el entonces presidente de ese país]. Todo el aparato estatal venezolano, y toda la economía del país, quedaron inundados en dinero de la droga. El crimen se disparó hasta un extremo que ni siquiera el propio Chávez pudo controlar. EEUU no solo se equivocó, sino que tiene responsabilidad, porque ese narcoestado que es hoy Venezuela paga las facturas gracias a los 50 millones de dólares [42 millones de euros] diarios que saca de vender petróleo a EEUU.
¿Debería entonces EEUU imponer un embargo petrolero a Venezuela?
No. Sería mejor sanciones concretas contra los criminales.
¿Por qué?
Porque la economía venezolana se está desintegrando. Solo deberíamos aplicar un embargo para dar la puntilla al chavismo. De lo contrario, el embargo serviría para que EEUU fuera culpado de los fracasos del régimen, exactamente igual que en Cuba. Es mejor actuar contra los corruptos en Venezuela y contra la gente en el sector financiero internacional que blanquea el dinero de esos políticos ladrones.
¿Está hablando de Goldman Sachs y su compra de bonos venezolanos en mayo?
Desde luego, esa operación no ayudó, y yo creo que Goldman lamenta haberlo hecho. Además, el Gobierno de Donald Trump le dio bien duro al banco, así que Goldman captó el mensaje. Pero hay más bancos, entre ellos bastantes europeos, que están blanqueando el dinero de la elite venezolana. Sería muy útil inmovilizar ese dinero y dárselo en el futuro a un Gobierno legítimo de Venezuela.
Eso requeriría una enorme cooperación internacional.
Ya hay una iniciativa del Banco Mundial y una unidad del Departamento de Justicia de EEUU para recuperar los activos de regímenes cleptocráticos. Venezuela, además, ha sido saqueada a gran escala. Yo he oído cifras entre 300.000 millones y el billón de dólares (de 253.000 a 840.000 millones de euros) evadidos del país, por lo que sería necesaria una gran cooperación internacional. Pero es necesario. Desde que este régimen inició el pillaje del país, Venezuela ha ingresado 1,4 billones de dólares [cerca de 1,2 billones de euros] por venta de petróleo, y esos recursos no han sido empleados en el país, ni tan siquiera en mantener la propia industria petrolera, que ahora necesita 100.000 millones de dólares para poder seguir funcionando dentro de 5 años. Todo ese dinero que ha sido robado pertenece al pueblo de Venezuela, que debe emplearlo para reconstruir su propio país.
¿Cómo puede producirse una transición en Venezuela cuando los países vecinos han estado mirando hacia el otro lado durante años?
Eso se está acabando, porque los presidentes van 5 años por detrás de la opinión pública de sus países. Y esas opiniones públicas están encontrándose todos los días en la calle a exiliados y refugiados venezolanos, así que la gente de la región sabe de qué tipo de régimen estamos hablando, aunque los presidentes no quieran darse por enterados. Los regímenes sudamericanos han tenido una actitud de cinismo hacia el régimen de Chávez y Maduro, pero ahora eso solo se dan con los de Bolivia y Nicaragua. Incluso el apoyo de Ecuador [al chavismo] está flaqueando.
¿Cuál debería ser el papel de las Fuerzas Armadas venezolanas en esa transición?
Aunque todo el aparato de seguridad ha sido purgado por el régimen con la inestimable ayuda de los cubanos, la represión y la destrucción de la economía por el régimen ha agotado a los militares. Una fuente me ha dicho que alrededor del 70% de los soldados están contra el Gobierno, y que una buena parte de los que lo apoyan solo lo hace por sentido del deber, por lo que en el futuro puede ser convencida de que su lealtad es con la Constitución, no con Maduro. Evidentemente, hay un núcleo de generales corrupto, pero no está claro qué tipo de lealtad pueden esperar de los oficiales de rango medio, que tienen que mantener a sus familias con 50 dólares (42 euros) al mes.
¿Está defendiendo un golpe de Estado?
No, estoy defendiendo que el pueblo de Venezuela examine a qué debe ser leal y se dé cuenta de que ésta debe estar con la Constitución, que ha sido violada. Nadie quiere ese escenario, incluyendo a los militares. Pero, cuando hay un régimen despiadado, no hay otra solución.
¿No daría eso una imagen terrible del país?
Con toda honestidad: la gente que conoce Venezuela estaría bastante aliviada si las Fuerzas Armadas asumieran sus responsabilidades para defender el pueblo de un narcoestado y restaurar el orden democrático convocando elecciones. Es una de las pocas opciones que quedan: asegurar que las sanciones funcionen, y dejar que las Fuerzas Armadas consideren sus opciones.