14 casos piloto para adaptar el Pirineo al cambio climático

Se pone en marcha en Aragón el mayor proyecto para adaptar la cordillera al nuevo escenario de calentamiento global, con una dotación de casi 20 millones de euros.

La Comunidad de Trabajo de los Pirineos lidera a través del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC) un proyecto pionero, Pyrenees4clima, que busca la adaptación de esta zona de montaña transfronteriza al nuevo escenario de calentamiento global, dotado con 19,5 millones (el 60% subvencionado por la Unión Europea) y a ejecutar durante los próximos ocho años, hasta el 2030. En él hay implicados siete territorios (AragónCataluñaPaís VascoNavarraAndorra y las regiones francesas de Nueva Aquitania y Occitania), y numerosas entidades de los tres países, donde se realizarán un total de 33 casos demostrativos en diferentes temáticas de cara a aprobar una Estrategia Pirenaica del Cambio Climático. Se trata de  proponer hojas de ruta de adaptación, que permitan mantener el valor económico de las actividades en el Pirineo.

Tras su lanzamiento en Jaca a finales de enero, con la participación de responsables políticos y de algunas de las 41 entidades beneficiaria, ahora se ha puesto en marcha, según el Gobierno de Aragón, que lo destaca como «el mayor proyecto emprendido para adaptar los Pirineos al cambio climático».

De los más de 30 casos demostrativos a lo largo de toda la cordillera, 14 se desarrollarán en varias zonas de la provincia de Huesca para abordar temas como la gestión de riesgos o la mejora de la agricultura y la ganadería.

Uno de los casos que ya está en marcha se desarrolla en Formigal y consiste en buenas prácticas de restauración ecológica de suelos degradados mediante semillas locales, a cargo del Conservatorio Botánico Nacional de Midi-Pyrénées. Se ha formado un grupo de trabajo de recolección de semillas locales silvestres. También en Formigal se lleva a cabo otro de los ejemplos demostrativos para ver la transición de las estaciones de esquí de montaña hacia modelos económicos más resistentes, liderado por la Agence des Pyrénees (ADP).

En el valle de Benasque y Panticosa, los casos se centran en la construcción de estructuras sencillas con madera pata atajar los riesgos naturales, liderados por la AECT Pirineos-Pyrénées y el CSIC-Museo Nacional de Ciencias Naturales, que probarán cómo el bosque puede servir para la protección contra los aludes o los deslizamientos. También se prevé desarrollar un sistema de alerta para situaciones de emergencia.

En la cabecera del río Gállego y en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se explorará la vulnerabilidad de los territorios de alta montaña al cambio climático.

En Jaca y Canfranc tienen que ver con nuevos productos turísticos para estimular el uso del tren, las grandes rutas transfronterizas de senderismo (por ejemplo, el Camino de Santiago). Y en la primera ciudad, un piloto liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología recreará paisajes resilientes, promoviendo la ganadería extensiva, el pastoreo y los sistemas silvo-pastorales.

En La Fueva se intentará disminuir el matorral para prevenir incendios y recuperar pastos y se ha planteado un estudio de la cría extensiva de cerdos autóctonos y otras especies.

En BiescasLigüerre de CincaGraus y el valle del Ara se llevarán a cabo experiencias lideradas por el CITA para fomentar la recuperación de prácticas agrícolas tradicionales y nuevos cultivos más adaptados al cambio climático. Pyrenees4clima ya ha contactado con agricultores colaboradores y se han realizado diferentes visitas a las parcelas piloto seleccionando las especies y variedades más idóneas para cada territorio.

En Aragón, participan como socios el Departamento de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Fundesa, varios entes del CSIC (el Instituto Pirenaico de Ecología, el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Unidad de Zaragoza del Centro Nacional Instituto Geológico y Minero de España) y la AECT Pirineos-Pyrénées.

Además, por parte de la Dirección General de Educación Ambiental se está trabajando en el diseño del Pacto de las Alcaldías en municipios de montaña del Pirineo, para que los gobiernos locales se corresponsabilicen con los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero y adopten un enfoque común para la mitigación y adaptación al cambio climático.

Las experiencias piloto tienen así aplicaciones en el turismo, la agricultura, la ganadería o la gestión de los bosques. En este último caso, por ejemplo, se persigue evitar incendios y al mismo tiempo conseguir un valor añadido de la madera o la biomasa, porque la generación de mayor masa boscosa también absorbe más recursos hídricos. «Vamos a trabajar juntos 8 años y esto va a generar mucho conocimiento en la acción climática y por tanto va a ser un faro donde el resto del territorio puede tomar ejemplo», destacó Eva García, coordinadora del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático cuando se lanzó el proyecto en Jaca a finales de enero, con la participación de responsables políticos y de algunas de las 41 entidades beneficiarias externas: centros de investigación aplicada, universidades, empresas públicas especializadas, asociaciones, empresas y fundaciones, entre otros.