Mary E. Brunkow (EE. UU.), Fred Ramsdel (EE. UU.) y Shimon Sakaguchi (Japón) reciben este galardón por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica, el mecanismo que impide que el sistema inmune ataque al organismo
Sus descubrimientos han sido decisivos para entender cómo funciona el sistema inmunitario y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves
Llega la terapia CAR-T ‘acorazada’ para los linfomas más resistentes
Los científicos estadounidenses Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell y el japonés Shimon Sakaguchi ha sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre cómo el cuerpo controla el sistema inmunitario.
Los tres fueron distinguidos por sus «descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica», anunció el comité del Nobel en un comunicado.
«El premio Nobel de Fisiología o Medicina de este año trata sobre cómo controlamos nuestro sistema inmunitario para poder combatir todos los microbios imaginables sin provocar enfermedades autoinmunes», explicó Marie Wahren-Herlenius, profesora del Instituto Karolinska.
Mary E. Brunkow, del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle (EE. UU.), Fred Ramsdell, de Sonoma Biotherapeutics, (EE. UU.) y Shimon Sakaguchi, de la Universidad de Osaka (Japón) reciben este galardón por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica, el mecanismo que impide que nuestro poderoso sistema inmunitario ataque al propio cuerpo. «Un trabajo fundamental en el conocimiento de cómo se regula el sistema inmune», dijo Marie Wahren-Herlenius.
Así lo cree Pilar Martín, líder del grupo de investigación de Moléculas Reguladoras de los Procesos Inflamatorios en el CNIC. En declaraciones SMC, Martín afirma que se reconoce «un descubrimiento absolutamente esencial para la inmunología moderna: la identificación y caracterización de las células T reguladoras (Tregs) y su papel en el mantenimiento de la tolerancia inmunológica periférica».
Para Martín, este hallazgo «ha revolucionado nuestra comprensión de cómo el sistema inmune mantiene el equilibrio entre defensa y tolerancia. Gracias a las Tregs, el cuerpo puede prevenir respuestas autoinmunes, controlar la inflamación crónica y regular la respuesta a antígenos inocuos de la microbiota o alérgenos. Su disfunción se ha relacionado con múltiples enfermedades autoinmunes, cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas».
El sistema inmunitario nos protege todos los días de virus, bacterias y otros microbios. Sin él, no podríamos vivir. Pero si se produce un exceso en su funcionamiento, puede atacar nuestro propio cuerpo y causar enfermedades, como las enfermedades autoinumnes.
La inmunología es una ciencia muy transversal que abarca a todos los órganos, tejidos, etc., destaca Marcos López Hoyos, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL) y profesor de Inmunología de la Universidad Cantabria. «La noticia es una más que pone de relevancia el papel de la inmunología en los avances de la Medicina (2018: checkpoint inhibitors; 2023: vacunas mRNA; 2025: tolerancia periférica). El premio de 2025 reconoce la importancia de los mecanismos de tolerancia inmunitaria para el control y homeostasis de la respuesta inmunitaria», asegura.
Este Nobel premia un descubrimiento fundamental que conecta la biología básica con la medicina de precisión y la inmunoterapia moderna
El sistema inmune, explica López-Hoyos. Mantienen un equilibrio exquisito entre responder y tolerar. Estas células se descubrieron en los años 70, pero se ‘olvidaron ‘ hasta que en el año 1995 Sakaguchi las identificó y caracterizó.
Los tres galardonados descubrieron cómo el sistema inmunitario se mantiene bajo control, identificando las células T reguladoras, los «guardias de seguridad» que impiden que nuestras defensas destruyan nuestros propios tejidos. Sus hallazgos sentaron las bases de un nuevo campo de investigación y han impulsado el desarrollo de nuevos tratamientos para el cáncer, las enfermedades autoinmunes y el rechazo en trasplantes, algunos de los cuales ya se están evaluando en ensayos clínicos.
«Sus descubrimientos han sido decisivos para entender cómo funciona el sistema inmunitario y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves», señaló Olle Kämpe, presidente del Comité Nobel.
Durante décadas, los investigadores creyeron que la tolerancia inmunitaria se debía únicamente a un proceso de «selección central» en el timo, donde se eliminan los linfocitos T que reaccionan contra las propias células del cuerpo.
La noticia es una más que pone de relevancia el papel de la inmunología en los avances de la Medicina
Pero en 1995, Shimon Sakaguchi desafió esa visión al demostrar que el sistema inmunitario es más complejo: descubrió un nuevo tipo de linfocito T, las células T reguladoras, que actúan fuera del timo y mantienen el equilibrio inmunitario mediante un control periférico.
Su trabajo mostró que, además de los mecanismos centrales, existe un sistema de «vigilancia» que calma al resto de células inmunitarias, evitando respuestas descontroladas que pueden dañar órganos y tejidos.
La segunda pieza clave del descubrimiento llegó en 2001, cuando Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell identificaron el gen Foxp3, responsable de una grave enfermedad autoinmune en una cepa de ratones conocida como scurfy.
Al estudiar el gen en humanos, demostraron que mutaciones en FOXP3 provocan el síndrome IPEX, una enfermedad rara y mortal que afecta a niños pequeños.
Dos años más tarde, Sakaguchi unió ambas líneas de investigación: demostró que Foxp3 controla el desarrollo de las células T reguladoras, confirmando así su papel esencial en la tolerancia inmunitaria periférica.
Los descubrimientos de los tres laureados han transformado la inmunología moderna. Gracias a ellos, se ha abierto el camino hacia nuevas terapias que modulan el sistema inmunitario con precisión.
Así, señala Martín, en cáncer, por ejemplo, «la presencia de Tregs puede suprimir la respuesta antitumoral, lo que ha llevado al desarrollo de estrategias terapéuticas para modular su actividad. Por otro lado, los tratamientos con inmunoterapia, como los inhibidores de puntos de control inmunitarios (checkpoint inhibitors), pueden romper esta tolerancia periférica y desencadenar efectos adversos inmunorrelacionados (irAEs), afectando múltiples órganos».
Sus descubrimientos han sido decisivos para entender cómo funciona el sistema inmunitario y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves
En enfermedades autoinmunes, se intenta aumentar o activar estas células para frenar el ataque del propio sistema de defensa, mientras que en trasplantes y terapias celulares, se están desarrollando tratamientos basados en la expansión o modificación de células T reguladoras del propio paciente para prevenir el rechazo de órganos.
Un poco sorprendido se muestra Óscar de la Calle, profesor titular de Inmunología de la Universidad Autónoma de Barcelona y secretario general de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) porque señala que hay otros avances en el campo de la inmunología, como las CART-T, que han cambiado el paradigma en el tratamiento de muchos tumores, o la utilización de la inmunología en terapia génica, que parecían más proclives a recibir esta galardón.
Sin embargo, considera un reconocimiento justo este premio ya que, dice, complementa el Nobel de Medicina de 1960 que premió los trabajos en tolerancia central.
Además, añade, «el galardón premia la colaboración entre investigación básica y aplicada, ya que este conocimiento conduce a un beneficio clínico directo sobre el paciente. En España -asegura-, el equipo de Rafael Correa, del Hospital Gregorio Marañón, trabaja con células Treg para prevenir el rechazo inmunológico y prolongar de forma indefinida la supervivencia del órgano trasplantado».
Una revolución silenciosa en inmunología
Hoy, tres décadas después de aquellas observaciones pioneras, los hallazgos de Brunkow, Ramsdell y Sakaguchi constituyen un pilar de la medicina moderna. Han revelado cómo el sistema inmunitario se autorregula, cómo se evita el caos en nuestras defensas, y cómo estos mecanismos pueden aprovecharse para curar.
Con su trabajo, los tres científicos han proporcionado un conocimiento fundamental sobre cómo el sistema inmunitario se mantiene bajo control, un descubrimiento que, en palabras del Comité Nobel, «ha conferido el mayor beneficio a la humanidad». «Sus hallazgos han sentado las bases para un nuevo campo de investigación y han impulsado el desarrollo de nuevos tratamientos, por ejemplo para el cáncer y las enfermedades autoinmunes», explicó el jurado.
Martín concluye que «este Nobel premia un descubrimiento fundamental que conecta la biología básica con la medicina de precisión y la inmunoterapia moderna».