Los andamios ya cubren la cúpula Regina Patriarcharum, pintada por Ramón Bayeu en 1782 mientras se prepara la rehabilitación del conjunto barroco de pinturas en torno a la Santa Capilla
Las obras de restauración de la basílica del Pilar en Zaragoza, de cara a la celebración del bimilenario de la venida de la virgen, que la tradición sitúa en el año 40, avanzan «a buen ritmo». Aunque en un primer momento estaba previsto que las dos torres en las que se ha actuado estuvieran sin andamios para el 12 de octubre, finalmente solo se ha podido terminar a tiempo una de las intervenciones. Sin embargo, según ha avanzado el deán del cabildo, Juan Sebastián Teruel, su remate está «próximo».
Una vez completado este primer ciclo de intervenciones, las restauraciones seguirán en el interior del templo. En este momento los visitantes ya pueden ver andamios bajo la cúpula Regina Patriarcharum, pintada por Ramón Bayeu en 1782 junto a la entrada principal. De forma paralela se prepara la rehabilitación del conjunto barroco de pinturas en torno a la Santa Capilla.
El templo del Pilar, que recibe más de cuatro millones de visitantes al año, atesora un patrimonio histórico artístico de incalculable valor, que con las intervenciones previstas, para las que se está buscando financiación, se pretende devolver a su esplendor original. La inversión realizada en las dos torres que se han obrado ha sido de dos millones de euros.
Entre las actuaciones que también están a punto de terminar se encuentra la restauración de capilla de la Confesión o de San Joaquín. En ella se van a colocar dos nuevas esculturas, una del fundador del Opus Dei y otra de Santa Genoveva Torres, que se están terminando en Madrid en un estilo contemporáneo. Y se trabaja en la consolidación del retablo, el mausoleo y de un lienzo que se asigna a Francisco Bayeu, aunque fuera repintado en los años 80 del siglo pasado. La actuación está prevista que se inaugure el próximo mes de diciembre.
Para el 2026 el cabildo también tiene intención de intervenir en las torres del lado de la ribera, tanto en la que alberga el ascensor que se usa para acceder al mirador, como la que se encuentra aguas abajo del Ebro.
La institución religiosa señala que todo se está haciendo con fondos propios procedentes de donaciones de los fieles, pero están abiertos a explorar otras vías de financiación mediante patrocinios y la colaboración con las administraciones públicas para hacer frente a los meses de obras que quedan por delante. Por el momento, tanto desde el Gobierno de Aragón como desde el Ayuntamiento de Zaragoza se han mostrado dispuestos a colaborar, según han avanzado este viernes en la presentación de los planes del bicentenario.