La percepción global de la sociedad sobre la actividad del sector es cada año más baja, según un nuevo índice que trata de medir el descontento a partir de los mensajes en redes sociales y medios digitales
España recibe cada día más turistas. En los primeros cinco meses de este 2025 llegaron al país más de 35 millones de extranjeros, un 5,5% más que en 2024, que fue el año que más visitantes recibió en su historia. Y Aragón ha superado la barrera de los cuatro millones de visitantes. Un sector al alza, que representa más del 13% del PIB, pero que cada vez cuenta con una peor reputación por la subida de los costes y su impacto social.
Así lo constata la consultora LLYC, que trata de medir ese descontento a partir de los mensajes publicados en redes sociales, foros especializados y medios digitales. Igual que el Reino de Bután no mide su PIB, sino su Índice de Felicidad Nacional Bruta para buscar un turismo más responsable y sostenible; la consultora ha desarrollado lo que denominado Barómetro de Percepción Turística para medir el sentimiento de la población sobre el turismo.
El análisis se realiza trimestralmente desde 2022. Y la conclusión, como cabría esperar tras las manifestaciones y el clima en las ciudades más turísticas, no es buena. España suspende con un 4,7 sobre 10 en su percepción sobre el turismo, según los datos del segundo trimestre de 2025. Es la peor puntuación desde que se ha empezado con estas mediciones en el primer trimestre de hace tres años, cuando obtuvo un notable (7,2).
A esta mala media contribuyen principalmente las comunidades que se encuentran en la costa mediterránea y por las grandes ciudades. Aragón, con un 7,1 es una de los territorios de interior en los que la percepción todavía es positiva, aunque según se desprende de la lectura de los mensajes en redes sociales asuntos como el impacto de la turistificación en Zaragoza o la masificación en determinadas zonas del Pirineo, asociada al alto coste de los alojamientos, hacen temer que la buena racha de puntuaciones pueda verse truncada.
La seguridad y la masificación son los principales temas de conversación y de preocupación alrededor del turismo. De hecho, desde 2023 la temática que más crece en los intercambios de mensajes es la gentrificación, entendida aquí no tanto como la pérdida de la vida de barrio, sino como un problema de acceso a la vivienda. No en vano, el alza del precio en los centros de las grandes ciudades y las manifestaciones contra el turismo masivo han protagonizado el debate público en los últimos meses.


Cómo se percibe el turismo por comunidades. / El Periódico
Aragón, en la primera mitad del año, la conversación en las redes sociales ha virado hacia los problemas de las infraestructuras, con menciones a la necesidad de mejorar las conexiones de transporte y las instalaciones turísticas. Según el indicador, la falta de inversión podría limitar el crecimiento del turismo en la comunidad y afectar la experiencia de los visitantes. En comparación con el trimestre anterior, se ha observado un aumento en las demandas de mejoras en infraestructuras, lo que refleja una preocupación creciente por la capacidad de Aragón para sostener su atractivo turístico.
La profesora de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza, Victoria Sanagustín, explica a este diario que la llegada masiva de visitantes provoca «una disminución en la calidad de vida en la localidad» con un aumento de precios y una degradación en los servicios que afectando a la satisfacción de los visitantes como al ánimo de los residentes, algo que ya se aprecia en las zonas más turísticas y que provocan que el 15,5% de los mensajes muestren un sentimiento negativo respecto a la experiencia de visitar la comunidad.
En términos globales, la seguridad ha sido siempre uno de los principales atractivos de España como destino turístico, frente a sus principales competidores del Mediterráneo como Turquía, Marruecos o Egipto. Sin embargo, siempre según este barómetro, para los españoles se ha convertido en un problema, sobre todo en zonas como Baleares, Canarias, Barcelona, Madrid y la Comunidad Valenciana.
En estos lugares la seguridad y la delincuencia son dos de los temas que más preocupan, después de que se hayan reportado incidentes varios de robos y hurtos en las zonas turísticas de Ibiza, Mallorca o Tenerife, o incluso agresiones, «como el intento de degollar a una turista en el centro de Valencia».
O «los problemas de seguridad y salubridad» del aeropuerto de Barajas «que afectan tanto a trabajadores como a viajeros» y que han «erosionado la percepción de seguridad del aeropuerto, una de las principales puertas de entrada turística».
Cataluña y Extremadura son los dos extremos del termómetro turístico. La primera es la principal comunidad de recepción de turistas internacionales y el segundo destino de los nacionales, sin embargo, es la zona con peor reputación en este ámbito, con un índice de 3 sobre 10, debido a las protestas contra el turismo masivo, «a la pérdida de identidad en Barcelona» y a «la elitización del turismo, que amenaza con desplazar a los residentes locales y cambiar la esencia de la ciudad», entre otras cosas.
En el lado contrario está Extremadura, una de las regiones que menos visitas recibe, tanto de extranjeros como de nacionales, pero obtiene una puntuación de 7,2 sobre 10, con la cultura y la naturaleza como las principales temáticas del discurso digital.