Aragón es de las «más estrictas» de España en la aplicación de la normativa antiincendios para residencias

El trágico incendio ocurrido en 2015 en la residencia Santa Fe marcó un antes y un después en materia de seguridad y llevó al Gobierno autonómico a endurecer el control y las inspecciones

Aragón es «de las más estrictas» de España en la aplicación de la normativa en prevención de incendios en residencias de mayores, ha asegurado Gustavo García, coordinador de Estudios de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, al valorar el trágico fuego registrado en un centro de Villafranca de Ebro, que se ha cobrado la vida de diez residentes. «La inspección de centros se aplica con más rigor que en ningún otro sitio», ha apuntado. Así ocurre, ha recordado, a raíz de otro fatal siniestro que se produjo en el centro Santa Fe de Cuarte de Huerva en el verano de 2015, donde murieron 9 personas a causa de un fuego.

Este suceso marcó un antes y un después en el sector. El Gobierno autonómico «revisó y reforzó» las medidas de seguridad para evitar este tipo de sucesos, ha explicado García. Incluso se llegaron a cerrar algunos centros en los que se detectaron incidencias tras las inspecciones que se efectuaron.

La norma actual, de carácter estatal al formar parte del código técnico de la construcción, incide especialmente en la sectorización horizontal o vertical, es decir, la instalación de puertas con cierre automático u otros mecanismos para evitar que se propaguen las llamas y el humo.

Detectores de incendios

A la espera de esclarecer las causas de lo ocurrido en Villafranca de Ebro, García ha subrayado la importancia de los detectores de humo. «Son fundamentales. Es la primera medida en todos los centros. No sé si en este caso los tenían o no, o si han fallado, pero se suelen revisar de arriba a abajo», ha apuntado. En segundo lugar, ha considerado también vital «tener una conexión directa con los Bomberos».

«Estas dos medidas y la sectorización son de alguna manera las tres medidas más importantes para la prevención de incendios en un centro residencial, que son más estrictas que en cualquier otro establecimiento con sus características al acoger población vulnerable», ha explicado. «Habrá que analizar qué ha ocurrido aquí, si ha fallado algo, la causa del incendio. Como en toda catástrofe», ha aseverado.

El experto en innovación de nuevos modelos residenciales ha considerado que ahora lo primordial es «atender lo mejor posible» a los residentes del centro incendiado. En este sentido, se ha felicitado de que también los cuidadores de Villafranca sean trasladados junto a los usuarios de una residencia Vitalia de Huesca. «Esto es muy bueno para estas personas, que están viviendo una situación de estrés fuerte. Si los quitas de su sitio y los llevas a otro que para ellos es desconocido, entonces eso desorienta a personas con algún deterioro cognitivo», ha explicado.

Este centro residencial de Huesca es nuevo. Se ha terminado de construir y acondicionar hace aproximadamente un mes y está pendiente de licencia de apertura. Ya se utilizó hace dos semanas para acoger a los ancianos que fueron desalojados por la DANA de un centro de Santa Fe. Entonces, el Gobierno de Aragón aprobó abrirlo de manera provisional y excepcional sin necesidad de movilidad ningún otro recurso, al igual que va a ocurrir ahora.

Por último, Garcías ha hecho hincapié en que considerar que los incendios en residencias son algo «absolutamente excepcional». «El problema es que son casos muy llamativos porque es población muy vulnerable. Si esto ocurre en otro sitio, como un hotel o una residencia juvenil, es mucho más fácil desalojar a la gente». Por estos motivos, ha agregado, la normativa de prevención «es lógicamente más exigente».