Guillermo del Valle: «No venimos a hacerle el juego a la derecha, pero tampoco se puede pactar con Junts»

Tilda al PSOE de izquierda «confederal» y denuncia que ha abandonado la causa de la igualdad con sus pactos con separatistas

Guillermo del Valle (Madrid, 1989) lidera Izquierda Española, partido que ha nacido en 2024 para ser alternativa al PSOE y poner freno a la complicidad de la izquierda con el separatismo.

¿Por qué cuesta que en España cuaje una izquierda jacobina?

En primer lugar, porque hay una cierta confusión histórica porque se ha asumido una equivalencia entre la Dictadura y España. Nosotros, que somos favorables a exhumar los restos de Franco, también creemos que hay que exhumar esa patrimonialización de España por parte de la Dictadura porque eso es una herencia franquista. Hay una parte de la izquierda que ha asumido que España es igual a Franco. En segundo lugar, está el cortoplacismo electoral: el proyecto político de la izquierda era para transformar y el poder es un instrumento para ello, pero, en este populismo imperante, parece que el poder es un fin para no se sabe bien qué. Si la aritmética sale, se pacta con quien sea: ahora se ha formado una mayoría progresista con Junts y PNV y eso es una paradoja porque es muy complicado defender los derechos históricos y forales de autonomías como Navarra o el País Vasco desde una perspectiva socialista y progresista.

¿Cómo se puede dar la vuelta a esta «equivalencia entre Franquismo y España»?

Lo primero que hay que hacer es plantear el marco con naturalidad: todo el mundo debería de asumir con naturalidad el espacio público compartido, la nación política. La nación política no está basada en identidades obligatorias: es una cuestión política, en un territorio todos somos ciudadanos españoles. Nos ha llevado la historia hasta aquí, tampoco hace falta darse grandes golpes de pecho. Hay que asumir con naturalidad España como nación de ciudadanos, no como nación identitaria o étnica como a veces plantea Vox. Es una nación basada en ideas universales, como justicia, igualdad y libertad. No hay que exaltar lo divisivo. Indudablemente, queremos una sanidad y una educación pública, sin un gramo de privatización, pero comunes. ¿Por qué no se puede defender en España a la vez lo público y lo común?

Se presentan como alternativa al PSOE: ¿qué diferencias más destacaría?

La deriva identitaria, populista y posmoderna que está afectando a buena parte de la izquierda oficial nos separa. Nosotros defendemos la igualdad, mientras el PSOE hoy está defendiendo la España confederal con el pacto fiscal para Cataluña. Critican a Ayuso en su competencia fiscal a la baja en el impuesto de Sucesiones y de Patrimonio y nosotros coincidimos con el PSOE en eso, pero no es coherente criticar lo de Ayuso y defender el federalismo asimétrico en Cataluña o el Concierto Económico en el País Vasco. Es tan contradictorio que le hacen el juego a la derecha. Claro que hay que combatir esa idea neoliberal e individualista, pero hay cosas muy concretas que afectan a la gente: ¿Por qué la prueba del talón a los recién nacidos no está cubierta en todas las autonomías? ¿Por qué no defendemos un catálogo sanitario común? ¿Por qué no defendemos vivienda pública de verdad con una ley a nivel nacional que no permita a las autonomías bloquear su implementación? La izquierda confederal ha abandonado la causa de la igualdad. Son diferencias profundas con el PSOE, pero no estamos en desacuerdo con todo y estamos a favor de la subida del SMI o de unas leyes laborales que protejan a los trabajadores.

Si entran en las instituciones, ¿pactarán con el PSOE?

Si entramos en las instituciones, que vamos a entrar y van a depender de nosotros, no vamos a bloquear medidas sociales como hace Junts. Pero explicaremos que con esta gente no se pueden hacer medidas de progreso: no venimos a hacerle el juego a la derecha y pactar con el PP, pero no se puede pactar tampoco con Junts.

Las elecciones europeas de 2014 impulsaron a Podemos, ¿pueden seguir el mismo camino?

Izquierda española no viene aquí por una coyuntura concreta a presentarse a unas elecciones. Viene a ocupar un espacio porque creemos que hay una necesidad política por el abandono de la igualdad. Soy muy optimista sobre el resultado que se puede obtener porque Izquierda Española va desde la izquierda más transformadora, de sindicatos, IU o socialistas históricos, hasta la parte socialdemócrata que viene de Ciudadanos.

Imagino que hay quien les ha comparado con Ciudadanos. ¿Qué le dicen a ese votante?

La gran diferencia aquí es que este no es un partido que nazca de la transversalidad ni de un equilibrio complicado entre socialdemocracia y liberalismo. En Ciudadanos, los liberales económicos terminaron siendo hegemonía. Nosotros estamos a la izquierda, pero indudablemente hay algunas coincidencias. Hay gente en Izquierda Española procedente de IU, como Ángel Pérez o Juan Francisco Martín Seco. Nosotros aspiramos a ser una formación de izquierdas.

¿A cuánto votante crítico con el PSOE por sus pactos con Junts y Bildu pueden atraer?

Me da la sensación de que bastante por la reacción de algunos partidos o personas de la izquierda oficial, como Óscar Puente o Íñigo Errejón, que manejan encuestas y creen que esto es muy serio.

¿Qué hay que hacer con el independentismo?

Al nacionalismo no se le puede combatir con nacionalismo sino con claridad y firmeza. La mejor forma de combatir el nacionalismo es diciendo lo que son y el nacionalismo identitario es primo hermano del racismo y la xenofobia: es la ideología de la extrema derecha. No se trata de ilegalizar a nadie, sino de combatir ideológicamente, no asumir el marco que impongan, que no sean el medidor de progresismo o la centralidad. El nacionalismo es profundamente reaccionario y hay que decirlo, sin aspavientos, sin otros nacionalismos retrógrados. A mí me parece aberrante la idea de España que tiene Vox, a veces nacional católica y otras veces joseantoniana.