El ministro de Exteriores marroquí juega con España delante de Albares

Mohamed VI no está cumpliendo algunos de los compromisos que alcanzó con Sánchez a cambio del giro sobre el Sáhara. El ministro español ha viajado a Rabat, pero se ha encontrado con una pared

Marruecos ha dado la enésima larga cambiada a España, en presencia de José Manuel Albares. El ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, volvió a dejar para más adelante un compromiso que Mohamed VI debería haber cumplido allá por el mes de febrero: la reapertura de la aduana comercial de Melilla, que lleva cinco años y medio cerrada por decisión del país vecino, y la apertura de una nueva en Ceuta.
El ministro de Exteriores español viajó este jueves a Marruecos para engrasar las relaciones con el reino alauita, que se está haciendo de rogar en el cumplimiento de varios acuerdos que ambos gobiernos cerraron en la pasada Reunión de Alto Nivel, celebrada los días 1 y 2 de febrero en Rabat. Especialmente, ése de las aduanas comerciales, vital para los españoles de ambas ciudades autónomas.
Después de su encuentro, los dos ministros comparecieron juntos. A Bourita le preguntaron por el asunto y él contestó: «No es un problema de compromisos o político, es un problema de implementación técnica». Sin embargo, ocurre que ésa es la misma excusa que lleva dando Marruecos a España desde principios de año.
Se suponía que esas dos aduanas comerciales eran una de las principales contrapartidas que Pedro Sánchez había sacado a Mohamed VI a cambio de su postura respecto al Sáhara Occidental, junto con el control de la inmigración ilegal. Y se suponía también que la la Reunión de Alto Nivel de febrero debía haber servido para concretar un calendario.
Pedro Sánchez y Mohamed VI, en su reunión del pasado mes de abril

Pedro Sánchez y Mohamed VI, en una reunión en abril de 2022La Moncloa

Sin embargo, la cita acabó sin fechas concretas. Marruecos arguyó que había cuestiones técnicas que resolver y el Gobierno de España asumió el retraso con la mejor de las caras. La delegación española disculpó a Mohamed VI y sostuvo entonces que había que ir poco a poco para no volver al «contrabando ni comercio atípico».
Pero casi 11 meses después, Albares se encontró este jueves con que su homólogo marroquí daba idéntica excusa que entonces, y además ante la prensa. A lo que el ministro español respondió: «Por nuestra parte todo está listo para que puedan empezar a operar, no son necesarias más pruebas piloto», en evidente discrepancia con Bourita.

Una llamada de atención

El Gobierno de Sánchez es consciente de que Marruecos está rehuyendo compromisos cerrados desde hace casi un año. De hecho, el pasado 28 de noviembre el presidente telefoneó al primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, para recordárselo. El mensaje que colgó después Sánchez informando de esa conversación era del todo diplomático, pero sí hacía alusión a la necesidad de impulso de «una agenda bilateral ya acordada». Porque Marruecos no está cumpliendo su parte.
Tampoco se sabe nada de la visita oficial a la que, en teoría, Mohamed VI iba a invitar al presidente español en compensación por haberle dejado plantado en febrero en Rabat. El rey marroquí ni siquiera estaba en su país en aquel entonces, sino que solventó el trámite con una conversación telefónica con Sánchez. Aun así, en la Moncloa afirman que ambos tienen una «magnífica relación».
España, por el contrario, sí ha cumplido compromisos, como poner toda la carne en el asador para que la candidatura conjunta con Portugal y Marruecos se hiciera con el Mundial de 2030. En octubre, la FIFA dio su bendición y ahora Rabat quiere que la final se juegue allí.
En su viaje a Marruecos, Albares también realizó la obligada ofrenda ante las tumbas de Mohamed V y Hassan II, visitó el colegio español de Rabat y se reunió con empresas españolas en Marruecos.