Día Mundial contra el cáncer de mama

Las pacientes piden que el programa de cribado empiece a los 45 años en Aragón

Señalan que limitar el programa de 50 a 69 años deja casos «sin detectar», algunos ya en fase de metástasis

En 2022 se diagnosticaron en Aragón 863 tumores malignos de mama, el más frecuente en mujeres

Las pacientes que sufren o han padecido un cáncer de mama, cuyo Día Mundial se celebra hoy, saben que este tumor puede surgir a cualquier edad en la fase adulta. Aunque la probabilidad sigue siendo mayor en unas franjas que en otras, ninguna mujer está exenta de padecerlo antes o después de los 50 a 69 años que se fijan como criterio en Aragón para poder participar en el programa de cribado.

Por este motivo y porque la detección precoz es «la gran arma» para abordar esta enfermedad, desde la Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama (Amac-Gema) reclaman que el plan de cribado se amplíe entre los 45 y los 74 años en la comunidad. «Hay tumores que se detectan a los 70 años, por ejemplo, donde tristemente ya debutan en la enfermedad con cáncer metastástico porque está muy avanzado. Hay que aumentar la población susceptible de someterse a una revisión porque este simple gesto puede ser clave», afirma María Jesús Rivas, presidenta de Amac-Gema.

“Se tiene que combinar la prevención con la investigación”, dice María José Rivas, presidenta de Amac-Gema

En Aragóndurante 2022 se detectaron 863 tumores malignos de mama, el cáncer más frecuente entre las mujeres. «Seguimos reclamando que esta enfermedad sea abordada en su complejidad, con una atención integral y un criterio multidisciplinar. Se tiene que combinar la prevención con la investigación», señala Rivas.

Desde Amac-Gema dejan el balón en el tejado del Departamento de Sanidad en cuanto al estudio de la ampliación del cribado, un programa que, de todos modos, funciona muy bien y cuenta con una gran respuesta por parte de las aragonesas. De hecho, entre octubre de 2022 y septiembre de 2023 el Salud envió más de 78.700 invitaciones para someterse a una mamografía y, finalmente, casi 58.200 mujeres acudieron a la exploración. Es decir, la participación fue del 74%, según los datos de la consejería.

De las 58.200 mamografías realizadas en el último año en Aragón, en un 95% de los casos los resultados fueron de absoluta normalidad, con la única indicación de un control a los dos años. Por su parte, 2.291 mujeres (un 4% del total) tuvieron que someterse a una nueva mamografía intermedia, a los seis y doce meses, y solo en 510 casos (0,9%) se detectó una imagen sospechosa de malignidad, por lo que fueron derivadas al hospital para confirmar el diagnóstico de cáncer de mama y el tratamiento si procedía.

 6% de casos metastásicos

Aunque se trata de uno de los cánceres con mayor tasa de supervivencia a los cinco años (supera el 85%), sigue habiendo un 6% de diagnósticos en los que ya hay metástasis. «Hablamos de situaciones donde no hay cura, por eso la innovación debe ganar terreno», indica Rivas.

Otra de las reclamaciones de las pacientes está en la «equidad» en el acceso a las pruebas y a los tratamientos. «No es justo que, según donde hayas nacido, tengas más o menos opciones. Y ya no solo hablo de quien vive en la zona rural, sino que también pasa en una ciudad como Zaragoza. Por ejemplo, si tu hospital de referencia es el Miguel Servet, entonces sí podrás tener una radioterapia intraoperatoria. Sin embargo, si vives a la otra orilla del Ebro o tu hospital es otro, olvídate porque la intraoperatoria solo está en el Servet. Es injusto no tener esa oportunidad», lamenta Rivas. «La equidad exige corregir desigualdades territoriales», insiste.

También existen «dificultades» (a nivel nacional) en el acceso a nuevos medicamentos «que pueden salvar vidas», asegura la presidenta de Amac-Gema. «Son seguros, otorgan calidad de vida y son viables, pero es muy complejo llegar a ellos por los largos procedimientos hasta que se aprueban. Hasta cinco años vista no hay opciones. Es un proceso largo y eso supone mucha pérdida por el camino en todos los sentidos», apunta Rivas. En este sentido, aquí el balón estaría, sobre todo, en el tejado de la industria farmacéutica.

Amac-Gema organizó ayer, precisamente, una jornada en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza bajo el epígrafe Desescalada en los tratamientos. Durante la misma se abordó el cómo «cada vez más» las terapias son «menos agresivas, benefician a más personas y se alejan de efectos secundarios fuertes», dice Rivas.

 Factores de riesgo

Según estimaciones de la Red Española de Registros de Cáncer, la incidencia de cáncer de mama en 2022 en España fue de 144 casos por cada 100.000 mujeres y año (34.750 casos nuevos). La tasa en Aragón, según fuentes de Sanidad, sería «muy similar» a la cifra nacional.

El conocimiento actual sobre la epidemiología del cáncer de mama es limitado y, a pesar de la multitud de estudios realizados, los factores de riesgo clásicos explicarían menos del 50% de los casos observados. Por tanto, por ahora se descarta la posibilidad de prevenir su aparición, uno de los mayores retos de la investigación.

Además, muchos de esos riesgos no son modificables, como es el caso de la edad, la predisposición genética o el sexo. Donde sí se puede poner voluntad por parte de uno mismo es en llevar un estilo de vida saludable, algo que reduce la posibilidad de padecer este tipo de cáncer.

No fumar, reducir el consumo de alcohol, seguir una dieta mediterránea, hacer actividad física, evitar el sobrepeso y, en caso de tener hijos, practicar la lactancia materna son acciones que evitarán una parte de los cánceres de mama, pero no todos. De ahí la importancia de participar en el programa de cribado de Aragón en el momento en el que se recibe la invitación. «Pedimos su ampliación y lo hacemos porque funciona. Reduce la morbilidad y la mortalidad prematura y es crucial para abordar las desigualdades sociales porque se ofertan en el sistema público y de manera gratuita», recalca Rivas.