La nueva Romareda empezará a construirse en el verano de 2024

El Ayuntamiento de Zaragoza adjudicará el contrato para su construcción y explotación en septiembre. La empresa adjudicataria deberá pagar, como mínimo, un canon de 36 millones al consistorio y tener el campo a finales de 2028

Verano de 2024. La nueva Romareda comenzará a construirse durante el periodo estival del próximo año y los trabajos se prolongarán hasta 2028, un año antes de la celebración del Mundial de Fútbol. El estadio tendrá, como mínimo, 42.500 asientos, zonas comerciales y hospitality, pantallas gigantes y espacios VIP. El Gobierno de Zaragoza ha aprobado los pliegos para la construcción y explotación del campo, que saldrá a licitación en los próximos días y tendrá que estar adjudicados en septiembre.

El documento concreta los plazos y el canon que el adjudicatario –previsiblemente el Real Zaragoza, el único que ha mostrado interés hasta ahora en construir el estadio—deberá pagar al ayuntamiento. La operación, tal y como aprobó el pleno municipal el miércoles, será mediante el otorgamiento de un derecho de superficie a 75 años y un canon de 36.189.247 millones que tendrá que pagar la empresa ganadora durante los años de cesión, mejorable al alza. Un canon al que se le restan los 5,3 millones que costará derribar la antigua Gerencia de Urbanismo y el Cubo.

Esta cuantía es el resultado la enajenación de los 47.399 metros cuadrados de superficie deportiva, con un coste de 504 euros el metro cuadrado, de los 20.500 de terciario (600) se han cuantificado en 36,1 millones, ha explicado Serrano.

El ayuntamiento comenzará a cobrar este canon en 2029, ya que los pliegos incluyen una carencia de cinco años, los que costará construir la nueva Romareda. A partir de entonces, la adjudicataria (el club) deberá abonar la parte correspondiente, que será “creciente”, de manera que cada año se aplicará un coeficiente de corrección del 0,8%.

Los plazos

Los pliegos, que saldrán a licitación en los próximos días, fijan en el 15 de septiembre la fecha máxima para presentarse al concurso público, que se resolverá en un máximo de dos semanas. A partir de entonces, el club (salvo sorpresa mayor) tendrá cuatro meses (hasta el 15 de enero) para presentar el proyecto básico y el de demolición y, una vez aprobados, otros seis para presentar el definitivo (15 de junio).

Así que en verano de 2024 se podrán iniciar las obras del nuevo estadio, aunque las de demolición podrían iniciarse en enero. Según ha explicado el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, los trabajos serán lentos y laboriosos.

Serrano ha explicado que los pliegos contemplan garantías para que, en el caso de que haya problemas durante la construcción del estadio, la ciudad no salga perdiendo. Por un lado, el Zaragoza tendrá que presentar una fianza provisional del 1% sobre los 36 millones de la enajenación cuando resulte adjudicataria y otra definitiva del 5% sobre el coste de construcción del campo, que podría superar los 140 millones. Además, como el derecho de superficie puede ser hipotecado, el ayuntamiento incluye otra cláusula que exige un aval sobre el total de la operación, “eliminando cualquier riesgo”, ha matizado Serrano, que ha explicado que fue el Interventor el que lo propuso.

Las condiciones del ayuntamiento

En los pliegos también aparece la obligación de garantizar la celebración de todos los partidos del Real Zaragoza en el campo durante los cuatro años de obras, aunque no precisa un número mínimo de espectadores. Una vez inaugurado el nuevo estadio, tendrá que tener siempre disponibles, como mínimo, 40.000 asientos de los 42.500 que se proyectan en los pliegos. El club también asume el compromiso de permitir que el ayuntamiento celebre, al menos, tres grandes eventos al año en las instalaciones, siempre y cuando no coincidan con la competición.

Por otro lado, el licitador aceptará que durante todo el proceso haya un supervisor municipal controlando el desarrollo de las obras y que se cumple con todo lo acordado. «Vigilará el cumplimiento de todas las condiciones contractuales, supervisando la redacción del proyecto, la ejecución de las obras y la explotación de las mismas con sujeción al pliego contractual», según los pliegos.

Las ofertas

Serrano ha explicado que el derecho de superficie a 75 años puede mejorarse y reducirse. Este aspecto se tendrá en cuenta en la baremación, igual que la ampliación del número de asientos, así como todas las cuestiones técnicas y estéticas.” Los criterios establecidos en los pliegos para la elección del adjudicatario tienen en cuenta consideraciones de índole económica y social y se definen tanto por la calidad técnica de los proyectos que se presentarán, así como por la mejor viabilidad económica y financiera de la actuación”, señalan desde Urbanismo.

Los criterios de evaluación otorgan el 51% del peso de la valoración a los aspectos relativos a la mejora del canon, a la disposición anual del estado en favor de la ciudad, a la reducción de los plazos de proyectos y obras y a la reducción del plazo de duración del derecho de superficie, detallan desde la concejalía.