El cáncer de colon en jóvenes preocupa mucho a los expertos: esta es su hoja de ruta

En 2030 será la primera causa de muerte en menores de 49 años de Estados Unidos y el ‘peligro de contagio’ a otros países es real

El cáncer de colon es el tercero más frecuente en los países desarrollados. Cada año, cerca de dos millones de personas son diagnosticadas de esta enfermedad, pero las previsiones apuntan a un aumento provocado por el envejecimiento de la población y el estilo de vida, marcado por dietas pobres en fibra y sedentarismo. La parte positiva es que el diagnóstico precoz es sencillo –un test de heces para examinar la presencia de sangre oculta– y que hay programas de cribado para la población que ayudan a identificar a posibles afectados cuando todavía el cáncer no ha dado la cara.

Los expertos vaticinan que en 2030 el cáncer de colon será la primera causa de muerte en personas de 20 a 49 años en Estados Unidos

Pero, y aquí comienza lo que interesa, desde hace unos años se viene observando que cada vez hay más casos de cáncer de colon y recto entre menores de 50 años, que es la edad recomendada para empezar a hacer exámenes periódicos que revelen la posible presencia de lesiones cancerosas. Ante este rejuvenecimiento del cáncer colorrectal, los expertos plantean la conveniencia de empezar a hacer el screening a los 45 años, una necesidad que en Estados Unidos es más imperiosa que en Europa –los expertos piensan que, en 2030, este cáncer será la primera causa de muerte en Estados Unidos en personas de entre 20 y 49 años–.

A esta situación no se ha llegado de un día para otro y los científicos se han propuesto descubrir qué nos ha traído hasta aquí. En un nuevo artículo que se publica hoy en la revista Science, un equipo de investigadores del Instituto del Cáncer Dana-Farber describen las complejidades de la enfermedad y la investigación necesaria para trazar la hoja de ruta hacia su comprensión.

Foto: Foto: Lazo identificativo del cáncer de colon/IStock

«La creciente incidencia del cáncer colorrectal de aparición temprana es extremadamente preocupante, y es urgente que la comunidad científica se reúna para comprender mejor las causas subyacentes y la biología», apunta la doctora Kimmie Ng, directora del Centro de Cáncer Colorrectal de Inicio Temprano, en el Dana-Farber.

Un desafío único

Los autores del artículo de Science explican que el cáncer colorrectal de aparición temprana difiere del cáncer de aparición tardía en varios aspectos. El primero es que la enfermedad de inicio joven es, a menudo, más agresiva; se presenta en el lado izquierdo del colon en lugar del derecho, y suele acompañarse de sangrado rectal y dolor abdominal.

placeholderEl dolor abdominal es un síntoma de cáncer de colon en jóvenes. (iStock)
El dolor abdominal es un síntoma de cáncer de colon en jóvenes. (iStock)

Sin embargo, a nivel molecular, los estudios arrojan resultados contradictorios que sugieren similitudes y diferencias en las mutaciones genéticas que provocan ambos tipos de tumores. Esto probablemente se deba a la complejidad de la enfermedad, especulan los autores, y las investigaciones futuras deberían tener en cuenta esta variabilidad.

También se necesitan más estudios para determinar si los factores de riesgo de cáncer colorrectal para los jóvenes son similares a los de los adultos mayores. La obesidad y la exposición ambiental a determinados agentes, por ejemplo, se han asociado con la enfermedad de inicio joven, pero otros factores también podrían desempeñar un papel, como son el aumento del uso de antibióticos o la frecuencia de las cesáreas, que podrían influir en el microbioma.

Así pues, para comenzar a comprender los factores de riesgo, los autores sugieren que las investigaciones deben incluir una combinación de medidas genéticas, exposiciones ambientales, dieta y estilo de vida, interacciones del sistema inmunitario y la composición del microbioma.

Sospechar el cáncer en jóvenes

Una diferencia clara es que el cáncer de colon de inicio temprano se suele descubrir cuando ya está avanzado, y eso está relacionado con que las campañas de cribado poblacional en Estados Unidos comienzan a los 45 años, por lo que la enfermedad, a menudo, pasa desapercibida en las personas más jóvenes.

«Es importante no descartar la idea de que una persona joven pueda tener cáncer colorrectal, a pesar de que sea más común en adultos mayores»

Por eso, Marios Giannakis, oncólogo gastrointestinal y coautor del artículo, hace hincapié en que «es importante no descartar la idea de que una persona joven pueda tener cáncer colorrectal, a pesar de que sea más común en los adultos mayores».

Dada la complejidad de la neoplasia de inicio temprano, los autores subrayan que la investigación debe ser multidisciplinaria y abarcar diferentes áreas simultáneamente. Por ejemplo, los estudios de asociación del genoma completo, cuyo objetivo es encontrar genes de riesgo para la enfermedad, también deben incluir datos sobre exposiciones ambientales que igualmente puedan aumentar el riesgo.

placeholderHay que estudiar la relación entre genes y medioambiente. (iStock)
Hay que estudiar la relación entre genes y medioambiente. (iStock)

Estos tipos de análisis pueden mostrar nuevas formas de identificar a los jóvenes que tienen un alto riesgo de enfermedad de aparición temprana y, por tanto, deben someterse a pruebas de detección de CRC.

Foto: Una prueba no invasiva más barata es igual de efectiva para detectar el cáncer de colon. (iStock)

Los estudios clínicos también deben incluir la recolección de muestras de sangre, tejido y heces de los pacientes a lo largo del tiempo para arrojar luz sobre el papel de las células inmunitarias, las exposiciones ambientales y el microbioma en el inicio, la progresión y la respuesta al tratamiento de la enfermedad. Ng y Giannakis apuestan por establecer colaboraciones globales destinadas a facilitar la recolección de estos especímenes.

Los firmantes del artículo de Science también piden un mayor esfuerzo para garantizar la inclusión en los estudios de cáncer de colon temprano a todas las poblaciones, ya que estos muestran que las minorías subrepresentadas –como los negros no hispanos– tienen una carga desproporcionada de cáncer de colon de inicio joven y una tasa de mortalidad más alta en comparación con los blancos no hispanos.