Alberto Núñez Feijóo: «Hay que bajar impuestos para dar oxígeno a las familias»

Esta es una entrevista iniciática, de pregunta directa a quien acaba de llegar, aunque no es un recién llegado. Se trata de averiguar líneas maestras, porque ya habrá tiempo de atacar los hechos. Nos movemos en el tiempo del proyecto. El nuevo presidente del PP acaba de salir de un primer encuentro de casi tres horas con el presidente del Gobierno y hace pocos días que ha ganado su actual posición. Se esfuerza por mostrar un talante cordial, ese que resumió en una frase certera: «No vengo a insultar a Sánchez, vengo a ganarle». No obstante, no oculta su sorpresa porque el presidente utilizara a la prensa primero para filtrar el orden del día del encuentro y después para criticarle en el avión que le llevó a Rabat.

Alberto Núñez Feijóo (Orense, 1961) recibe a ABC en la planta séptima de la sede de Génova. El despacho que Pablo Casado llenó de libros está hoy vacío, como si la anterior etapa se hubiera desvanecido. Por la ventana entran los rayos de sol, aunque en la calle hace frío. El todavía presidente de la Xunta quiere adelantar a mayo el proceso de sucesión en Galicia para centrarse en su labor de oposición. El eje central, la situación económica, a pesar de que fue el último tema en la reunión que mantuvo con Sánchez:

—El presidente me trasladó que dejáramos para el final los temas económicos. Albergué inicialmente alguna esperanza de que sería porque podríamos concretar algo, pero al final comprobé que era absolutamente refractario a los temas económicos. Él considera que lo que ha hecho es lo correcto y tuve la sensación de que esto es lo que va a hacer.

—¿Usted se fía del señor Sánchez?

—Me gustaría contestar en unos meses. Tengo que fiarme del presidente del Gobierno de España, porque es el presidente del Gobierno de España.

—En el Sahara ha dado un volantazo sin contar con nadie…

—Es evidente que lo que ha hecho en la política internacional y muy concretamente la ruptura de un consenso de 45 años con nuestra posición equilibrada entre Argelia, Marruecos, Sahara y Naciones Unidas acredita que es muy difícil (fiarse). Ningún presidente del Gobierno se ha atrevido a hacer esto. La política internacional española no es de un hombre; en este momento, la política exterior es él. No es su partido, no es su Gobierno, no son las Cámaras, no es el consenso internacional. Eso es muy pésimo antecedente.

—Si usted llega a La Moncloa, ¿volverá a la posición anterior?

—Yo creo que es lo más inteligente para España: las posiciones de equilibrio y respetuosas con nuestros socios. Lo que desde luego yo no haría es hacer política exterior a bandazos. Su postura es absolutamente rupturista. Pero, en fin, por contestar a la primera pregunta, yo quiero ser respetuoso con el presidente del Gobierno, lo voy a ser. Y si algún día llego a una conclusión de dudar de una forma contundente de su palabra, no tendré ningún inconveniente en decirlo. Pero lo que está claro es que los hechos sobre la política internacional española en algo tan elemental como es el Sahara desacredita la fiabilidad de un dirigente.

El nuevo presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, durante la entrevista con ABC
El nuevo presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, durante la entrevista con ABC – Ángel de Antonio

—Usted buscaba acuerdos en economía; el presidente, en el Poder Judicial. Ha puesto incluso fecha. ¿Habrá acuerdo?

—Hemos pactado la respuesta y es literalmente «retomamos las conversaciones».

—¿Con qué líneas rojas por su parte?

—Retomar las conversaciones es retomar las conversaciones. No he ido un paso más. Pero no es lo prioritario. La cuestión es si los españoles vamos a tener alguna noticia para llegar a fin de mes los próximos meses con la inflación más alta de los últimos 38 años o no.

—El Gobierno ha aprobado un decreto para la urgencia económica, no tiene intención de cambiarlo y les reclama el apoyo. ¿Qué van a hacer ustedes?

—A mí no me ha pedido el apoyo.

—¿No le ha pedido el apoyo?

—El presidente me ha dicho: «He visto tus declaraciones sobre la actualización de la tarifa y nosotros no estamos de acuerdo, no lo vamos a hacer, no vamos a bajar impuestos».

—Sin embargo, en la Cumbre de Presidentes se comprometió por escrito a bajar impuestos.

—Sí, en La Palma. Yo le he explicado cuál es nuestra postura, que es meditada, sensata, no para disminuir los ingresos, sino para reactivar el consumo. Y estoy convencido de que si a los españoles les devolvemos con efectos retroactivos desde el mes de enero una parte de la retención del impuesto sobre a la renta, la mayoría lo van a gastar. Por lo tanto, vamos a recaudar. Lo que hacemos es que le metemos un poco de oxígeno a las economías familiares, porque es que hay gente que con un 10% más de inflación y con un 30% más del precio de la energía no pueden llegar. Me quedé muy sorprendido del ‘efecto frontón’ de no aceptar ninguna propuesta. Oiga, su política económica no está para dar lecciones a nadie, de sus previsiones económicas no se ha cumplido ninguna. ¿De verdad que no va a cambiar usted toda una política económica errónea que se ha confirmado durante todos estos años? Parece ser que la respuesta es no, en ningún caso. Es difícil acompañar a alguien que no quiere ser acompañado.

Núñez Feijóo en la sede del PP durante la entrevsita con ABC
Núñez Feijóo en la sede del PP durante la entrevsita con ABC – Ángel de Antonio

—El pronóstico económico es feo. Probablemente lleguen los recortes. Usted, como candidato a presidir el Gobierno, ¿está dispuesto a asumir recortes en el momento que viene?

—Yo creo que los recortes se pueden evitar si no cae la recaudación, si no se acaba el consumo, si volvemos otra vez a mandar un mensaje de confianza en la economía y la inversión extranjera se recupera, si los precios de la energía son competitivos y las fábricas y las industrias siguen produciendo. Por tanto, de lo que se trata es de evitar los recortes: que no se caiga la recaudación fiscal. Y si seguimos así, se caerá la recaudación fiscal por un problema de falta de actividad empresarial. El tema de recortes es que la gente no se crea que ya llega el centro-derecha a recortar. Los recortes que hay que hacer son los burocráticos no los de servicios al ciudadano.

—ABC publicó el martes: la inflación obligará a Sánchez a pagar 10.000 millones más en pensiones ¿Han hablado de pensiones?

—No, no, no hemos hablado de pensiones. Lo que le dije es que no va a poder soportar el gasto que está consolidando, con carácter general. España no lo puede pagar porque no lo va a ingresar. Está jugando con que no vuelvan a entrar en vigor las reglas fiscales; con que el incremento de los tipos de interés que va a hacer el Banco Central Europeo a partir del verano no sea muy alto para no tener que incrementar los gastos financieros del Estado; y con que la guerra de Ucrania sea, digamos, el papel de celofán donde envolver una hemorragia de gasto público que endosará a la legislatura siguiente. Una carrera hacia delante.

—¿Ha percibido usted algún ‘input’ sobre cuándo van a ser las elecciones generales?

—No. Yo creo que este Gobierno vive al día. Si no tiene que hacer ningún ajuste intentará llegar hasta el final. Si por el contrario le imponen ajustes y la coalición se rompe, probablemente consultará. Yo supongo que habrá elecciones cuando más le interese exclusivamente, cuando la demoscopia le venga mejor.

—¿Cuando usted habla de ajustes se refiere a que Europa nos imponga recortes?

—Por supuesto, claro. Es que Europa tiene que ver cómo un país que está a la cola en crecimiento y en la cabeza en inflación, en déficit y en deuda va a seguir cumpliendo los objetivos y las reformas estructurales.

—¿Usted apoya que se corte toda relación con Rusia para dejar de financiar indirectamente la guerra de Ucrania aunque afecte a la vida diaria de los europeos?

—Yo creo que Europa tiene mecanismos para mejorar su eficiencia energética y hay una obligación que nos imponen los valores de la Unión Europea para cortar cualquier tipo de relación con Rusia. Creo que sí. Ahora, Europa tendrá que hacer un ajuste en la transición ecológica, hacer un ajuste en las emisiones. Lo que no puede pedirle Europa a los ciudadanos europeos es ‘ustedes tienen que pagar todos los costes y los gobiernos no vamos a cambiar de política’. Porque si no, se produce una desafección hacia Europa y después se producen resultados electorales antieuropeos. Europa tiene que enfriar su ambición en una transición energética porque, si no, tensionará las economías familiares y la capacidad productiva de la Unión Europea y se desplazará hacia Asia todavía más la industria que ya se ha desplazado en años anteriores.

— Suenan campanas de elecciones en Andalucía. Ya sé que usted va a decir que será cuando quiera Juanma Moreno, ¿pero a usted qué le interesa?

—Ganar en Andalucía, eso es lo que a mí me interesa. El presidente Moreno tiene todo el derecho, no solo el derecho, sino que tiene la responsabilidad indelegable de tomar decisiones al respecto; y las va a tomar en función de los intereses de Andalucía.

—Usted ha diseñado un modelo de partido completamente distinto al anterior en la relación de la presidencia con los barones autonómicos, a los que les va a dar muchísima más autonomía. También será así en Madrid, entiendo.

—Sin duda. España es una nación, eso es indiscutible. Segundo, nosotros somos un partido nacional y es evidente que España lo necesita, porque si España no tiene un partido nacional no va a tener una política nacional. Y la única opción de gobierno que tiene España es un partido nacional, que es el PP. Lo demás es una coalición, es una conglomeración de partidos, es una confederación de partidos, es el PSC más el PSOE. Nosotros no. Y dicho esto, partiendo de la base de que esto es un partido nacional, la organización territorial del partido se basa en las comunidades autónomas. Y en relación con Madrid yo no tengo ninguna duda, y lo dije hace mucho tiempo. Lo que me parecería sorprendente es que la presidenta de la Comunidad de Madrid no quisiera presidir el partido en Madrid. Por tanto, si el congreso de Madrid puede ser en mayo, mejor que en junio.

—¿Le ha llamado o ha llamado usted a Santiago Abascal?

—No.

—¿Y tiene previsto verse con él?

—Yo no. Insisto: Santiago Abascal es un dirigente de un partido político con el que yo discrepo. Santiago Abascal habla mucho del PP y yo también; él para criticarlo y yo para ensancharlo. Pero si Santiago Abascal tiene interés en hablar conmigo, yo no tengo ningún inconveniente en hablar con el presidente de Vox. Es que he hablado con el señor Iglesias cuando estaba. Como tampoco tengo ningún inconveniente en hablar con Pere Aragonès, y lo he hecho, es verdad que de una forma más de saludo que de otra cosa.

—¿El acuerdo con Vox en Castilla y León es el camino a seguir?

—Nosotros le planteamos al PSOE si nos dejaba gobernar solos. La respuesta fue ‘no, en ningún caso’. Eso nos llevó a buscar estabilidad en el Gobierno en Castilla y León. Hemos firmado un acuerdo con luz, taquígrafos, conocido, transparente y publicado. Vamos a darle una oportunidad a la estabilidad en Castilla y León.

—Dos de los grandes fracasos electorales en la época de Casado como presidente son Cataluña y el País Vasco, donde el PP ha quedado como un partido casi residual. ¿Cuál es su estrategia para levantar el partido?

—Sí, es evidente que esas dos elecciones nos salieron muy mal, algunas por decisiones precipitadas, como fue en el País Vasco; y otras probablemente por no entender o no hacernos entender en Cataluña. Yo voy a hablar con los compañeros del País Vasco y de Cataluña para ver cómo podemos ser más útiles y cómo podemos acreditar a la gente que la decadencia en la que ha entrado Cataluña no va a ser solucionada con el independentismo, ni con el nacionalismo, ni con los que pactan con el nacionalismo y el independentismo, que son los socialistas catalanes. Porque al final el Partido de los Socialistas de Cataluña es un partido bisagra para gobernar España y para gobernar Cataluña. A nosotros nos interesa no tanto gobernar como servir en nuestro país y creemos que desde esos planteamientos tan ambivalentes y tan tibios, a lo mejor se sirve el partido, pero no se sirve el país.

—¿Cuál es el lugar que debe ocupar el PP en Cataluña?

—Hay un espacio para volver otra vez a tener un proyecto nacional en Cataluña y un espacio para que Cataluña deje de vivir de espaldas a España y vuelva a recuperar el liderazgo que tuvo durante mucho tiempo en la política económica, por ejemplo. Cataluña ha dejado de ser una potencia económica. Madrid claramente supera ya a Cataluña en todos los indicadores. Yo creo que los catalanes se han dado perfectamente cuenta. Seguir con una decadencia política empobrece la sociedad catalana. Y eso yo lo he percibido.

—En el momento en que se ha producido esta crisis en el PP, que ha derivado en este nuevo congreso extraordinario, el proceso de congresos regionales estaba inconcluso. ¿Contempla usted cambios de liderazgos?

—Los congresos se han de hacer para fortalecer el partido, no para controlar el partido. El objetivo no es tener el liderazgo orgánico del partido, sino tener el liderazgo social como instrumento útil a la sociedad. Y estas son las herramientas. A mí no me interesa tener controlado el PP de estas comunidades autónomas. No, no, no, yo no voy a juzgar a los dirigentes políticos por si son más afines o no; yo sólo les voy a juzgar por una cosa: por sus resultados electorales, y una persona que pierda las elecciones no puede permanecer en su puesto. Aquí se viene a ganar. Y ganar significa mejorar los resultados electorales.

Núñez Feijóo en la sede del PP
Núñez Feijóo en la sede del PP – Ángel de Antonio

—¿Eso se aplicará de modo retroactivo? Le pongo nombres: Alejandro Fernández o Carlos Iturgaiz.

—Esos son los antecedentes. Cada uno tiene su biografía política. Cuántas veces se ha presentado usted, qué resultados tiene, que resultados tenía antes y qué resultados tiene ahora. Vamos a objetivar las cosas. No digo que esto sea como el fútbol, pero lamentablemente la colección de derrotas no le interesa a ningún político. Si un político quiere tener una biografía llena de derrotas, yo, desde luego, como compañero, le diré ‘oye, apártate de esa biografía, a lo mejor hay otro escenario para ti: puede ser un buen parlamentario, pero no puede ser un buen líder’. Bueno, vamos a intentar hacer esto. ¿Usted cree que yo habría seguido en Galicia si en vez de ganar las cuatro elecciones hubiese perdido las cuatro? Ni hubiese sido presidente de Galicia ni estaríamos aquí haciendo esta entrevista.

—Por cierto, ¿hasta cuándo lo va a ser? ¿Hasta que concluya el periodo de sesiones del Parlamento gallego?

—No, no, lo vamos a adelantar. Yo voy a intentar adelantarlo, voy a intentar que en el mes de mayo todo el mundo esté trabajando en sus puestos.

—Quiero preguntarle por esta sede. ¿Está a la venta todavía?

— Yo no sé si está a la venta. Se lo digo en serio. Hablaré con la directora financiera en la casa. De los errores se aprende, no se reniega. Nosotros hemos cometido errores, sí. Hombre, ¿un organismo vivo de 45 años no comete errores? Yo no conozco a nadie. Ahora, ¿qué tal si los comparamos con los demás? En este despacho estuvo el presidente Fraga y este partido nació para redactar la Constitución y nunca nos hemos apartado de su cumplimiento: no hemos pactado con gentes que están en contra de la Constitución, no llegamos nunca al Gobierno con votos que lo que quieren es la derogación de la Constitución. Yo creo que todos esos valores al final se van a poner de moda. Fíjese: estas modas cortas de políticos que hacen una enmienda a la totalidad de lo que hicieron nuestros padres cuando se dieron la mano estoy convencido de que a corto plazo no tienen recorrido y, además, todos los políticos que estaban de moda, pues ya casi no queda ninguno. Por tanto, hablaremos con la gerencia del partido, vamos a ver en qué situación financiera estamos. Ya sé que no estamos en una buena situación financiera, eso ya me lo han dicho.

—Durante su presidencia va a tener que gestionar noticias sobre casos de corrupción en su partido. El viernes sin ir más lejos conocimos la última sentencia de Gürtel.

—Hay cosas que hemos hecho mal, hay gente que ha utilizado el partido para enriquecerse, hay gente que ha utilizado el PP para crecer económicamente. Y después hay otras muchas cosas que no son exactas y hay algunas que no son verdad. Allá donde hemos metido la mano, quien lo haya hecho que lo pague. Allá donde nos han calumniado e injuriado, nos defenderemos. Y por supuesto, esto ya no puede formar parte del presente.