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La dirigente ‘popular’ también ha señalado que «el PSOE y Vox se necesitan, y por eso Sánchez alimenta los extremismos»
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«El presidente del Gobierno va de abolicionista y se ha lucrado con los negocios de la prostitución»
Patricia Rodríguez Calleja (Ávila, 1977) es diputada del PP y miembro de la Comisión de Derechos Sociales y Consumo del Congreso de los Diputados. En los últimos meses, ha destacado por su tono incisivo pero elegante durante las sesiones de control al Gobierno. Recibe a El Debate en la Sala de la Chimenea de la Cámara Baja, y en la entrevista ha advertido que el Ejecutivo «instrumentaliza a las mujeres para recuperar el voto femenino».
–El PP contabilizó que Sánchez en el Senado dijo 52 veces frases evasivas como «no me consta» o «no tengo constancia». ¿Pensaba el PP que el presidente del Gobierno iba a dar explicaciones sobre su mujer, su hermano, Ábalos o Koldo?
–Él, cuando defiende su inocencia, lo hace con tanto ímpetu que no es creíble. En el Senado ha tenido la oportunidad de demostrarlo con hechos y contestando a las preguntas. Pero como no lo ha hecho, es evidente que, a mi juicio, tiene algo que ocultar. Cuando uno da evasivas al final parece que ha estado muy bien asesorado por sus abogados, y supongo que estará pendiente del siguiente paso.
–De hecho, cuando fue preguntado por el senador Miranda sobre su hermano, se quejó y espetó al presidente de la comisión «qué tiene que ver eso con el objeto de la comisión». ¿Cómo interpreta usted esta postura?
–Ha quedado demostrado que cuando una persona como el presidente Sánchez está rodeado de corrupción –no solo de su partido o de sus colaboradores más cercanos, como pueden ser Cerdán, Ábalos o Koldo– sino que también afecta a su entorno familiar, creo que es ahí dónde más nervioso se pone. Por eso, a veces ni siquiera ha sido capaz de tirar de esa coletilla de la evasiva y ha intentado que se elimine la pregunta.
Pero es que todo forma parte del mismo entorno corrupto, que afecta directamente a su familia, a su hermano, a su mujer –los dos procesados– que afecta a una institución tan importante como la Fiscalía General del Estado –con el fiscal general procesado– y que afecta a sus colaboradores más cercanos tanto del Gobierno como del partido. Al final, efectivamente, cuando es algo de su familia, quizá intenta evitar que se le pregunte, pero es inevitable porque todo forma parte de lo mismo: de la corrupción del entorno del presidente del Gobierno.

La diputada del PP Patricia Rodríguez durante su entrevista con El Debate Alfonso Úcar
–El jefe del Ejecutivo trató entre algodones a José Luis Ábalos. Dijo que es un «político sólido» y negó que lo cesara por sus hábitos cuando la UCO ha demostrado que era un consumidor habitual de prostitución. ¿Cree que no es más duro por miedo?
–Estoy convencida de que Sánchez tiene miedo a Ábalos. Pasó muchas horas en el coche (Peugeot) con Ábalos y Koldo –con esas conversaciones tan horribles para las mujeres que tenían entre ellos– y con Santos Cerdán, que ya está en la cárcel. Con las horas y horas que pasaban en el coche nadie puede pensar que estaban hablando del tiempo o rezando el rosario.
Está claro cuáles eran sus conversaciones, qué perfil de hombre es y la confidencialidad que había entre ellos. Ábalos conoce mucho a Sánchez, y Sánchez conocía y conoce mucho Ábalos. Entonces, se tienen un respeto mutuo. De hecho, en la Cámara lo podemos comprobar. La mayoría de las veces que Ábalos viene a votar siempre vota con el Partido Socialista.
–El presidente del Gobierno reclamó en el Senado abolir la prostitución, como ha hecho otras muchas veces, y acto seguido aseguró que los negocios de su suegro no eran ilícitos. ¿De qué forma valora usted esta postura?
–Nadie puede pensar que este Gobierno quiera acabar con la prostitución. En este campo han perdido toda la credibilidad. Es conocido que el número uno ha bebido y se ha lucrado del negocio de la prostitución de su suegro. Y es evidente que su entorno más cercano consumía prostitución, y además trataban a las mujeres prostituidas como meros objetos: así se dirigían a ellas, así hablaban de ellas y así se las repartían. Con lo cual, yo creo que no puede declararse abolicionista de la prostitución con ese historial. No es creíble. No se puede ir de abolicionista y haber vivido de los negocios de la prostitución, o haber estado sentado en un coche muchas horas con personas que sabes que consumían prostitución.
Nosotros votamos en contra de la actual legislación del aborto
–Esta semana, en el Pleno del Congreso, manifestó a la ministra de Igualdad que «la causa de las mujeres es solo un cálculo político para ustedes». ¿Por qué lo cree?
Intentan tapar todo y nadie asume responsabilidades. Vuelven a sacar un tema que divide y polariza a la sociedad, el de blindar constitucionalmente el aborto. Yo le preguntaba al Gobierno en qué página de su programa electoral aparecía esa cuestión que de repente se ha vuelto imprescindible. Al final te das cuenta de que instrumentalizan a las mujeres y las intentan utilizar para recuperar el voto femenino, ocultando temas que realmente les preocupan y sacando cuestiones que quizá sea lo que más polariza a la sociedad, que es lo que más les beneficia a ellos.
–¿El PP está de acuerdo con la actual legislación del aborto?
–Nosotros votamos en contra de la actual legislación del aborto. Se modificó la ley del 2010 en el 2022, y el PP votó en contra.
–Cambiando de tercio, ¿hay una pinza entre Vox que el PSOE?
–Creo que sí. Se necesitan. De hecho, cuando Pedro Sánchez alimenta los extremismos sabe perfectamente que está alimentando a Vox. Pedro Sánchez les necesita.
Yo vengo de Castilla y León. Desde que Vox salió –voluntariamente– del Gobierno de Castilla y León ha votado más veces con el PSOE que con el Partido Popular. Luego vienen aquí y dicen ‘no, es que con el PSOE no se puede nada’. Hágaselo usted mirar. En Castilla y León, en Extremadura, desde que salieron del gobierno, han votado más veces con el PSOE que con el Partido Popular. Eso es un poco pinza.

La diputada del PP Patricia Rodríguez durante su entrevista con El Debate Alfonso Úcar
–¿Se trata distinto la polémica de las pulseras antimaltrato y la de los cribados de cáncer en Andalucía?
–Estamos frente a un Gobierno y un partido sanchista –porque no se puede decir socialista– que instrumentaliza el dolor. Usa el dolor de las personas. Lo hemos visto en la dana, o en los cribados.
Pero qué diferente manera de asumir una responsabilidad. El presidente Juanma Moreno pide perdón, cesa a la consejera –es decir, asume responsabilidades– y después establece un plan inmediato de atención a todas esas mujeres. Tres pasos. Vamos a ver esos tres pasos en la ministra de Igualdad. Vamos a seguir esos pasos: salta el escándalo a través de un informe de la Fiscalía, que no es cualquier cosa. Ella esgrime que la Fiscalía se excedió; así que la culpa es de otros. Y luego pide perdón por el ruido que se ha montado, no por su falta de responsabilidad y su falta de rigor ante un problema como este, que se conocía y lo ocultaron.










