Con la llegada de estas fechas, la Iglesia recuerda las peculiaridades de estas importantes celebraciones del calendario litúrgico: dos días distintos, de los cuales uno es precepto
Con la llegada de la popular y pagana fiesta de Halloween, la Iglesia se prepara para recordar, en su lugar, la importancia de celebrar la Festividad de Todos los Santos, una tradición católica en nuestro país. Esta celebración, sin embargo, es distinta del Día de los Fieles Difuntos: días distintos, con motivos y deberes espirituales diferentes.
El 1 de noviembre se celebra quizás el día más festejado de los dos, el Día de Todos los Santos. Fiesta donde la Iglesia católica recuerda y homenajea a todos los santos, conocidos y desconocidos que actúan como modelos e intercesores para los cristianos.

Niños disfrazados de santos para celebrar «Holywins»Aciprensa
En la Solemnidad de Todos los Santos, los católicos celebramos el ejemplo de vida de quienes ya se encuentran en el cielo. La Iglesia establece este día como día de precepto, es decir, la asistencia a misa es obligatoria.
Día de los Difuntos
Cada 2 de noviembre, la Iglesia católica conmemora a todos los fieles difuntos, es decir, a quienes han fallecido y cuyo destino final ante Dios aún desconocemos. De esta manera, recordamos a nuestros familiares y allegados que nos han dejado, rezando por la purificación de sus almas.
En este día, miles de personas en todo el mundo visitan los cementerios para honrar con flores y oraciones la memoria de sus seres queridos.
Con respecto a este día suele existir cierta confusión. El 2 de noviembre, por lo general, es laborable, y la visita a los cementerios suele realizarse el día anterior, coincidiendo con la Solemnidad de Todos los Santos, que es festivo y día de precepto. Esto ha provocado que muchas veces se asocie la visita a los cementerios con la festividad de Todos los Santos. Sin embargo, conviene tener presente que se trata de dos celebraciones distintas.
Ganar indulgencia plenaria
Para rezar de una manera más especial por los fallecidos, la Iglesia ofrece la posibilidad de ganar una indulgencia plenaria por el alma de un ser querido, cumpliendo las condiciones habituales necesarias para obtenerla.
Esta oportunidad se ofrece del 1 al 8 de noviembre, visitando un cementerio o rezando desde una capilla o iglesia por las almas de los difuntos. La decisión de ampliar los días para visitar los cementerios se tomó con el fin de evitar aglomeraciones durante la época del COVID, y hasta la fecha se mantiene.
«Entre el 1 y el 8 de noviembre se concede indulgencia plenaria, aplicable únicamente a las almas del purgatorio, al fiel cristiano que visite devotamente el cementerio y realice oración por los difuntos», señaló el delegado diocesano de Salamanca, el sacerdote Emilio Vicente de Paz.
Además, las condiciones para obtener la indulgencia son las habituales: la confesión sacramental, la comunión eucarística, la disposición interior a rechazar todo pecado y la oración por las intenciones del Papa.

El padre Ramón Navarro Gómez explica cómo ganar indulgencia plenaria en el Día de Todos los Santos Conferencia Episcopal
La indulgencia plenaria hace que el alma vaya directamente al cielo, en el caso de que aún se encuentre en el purgatorio. La indulgencia «devuelve» el alma al estado en el que estuvo al recibir el Bautismo.












