La nueva ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia parece estar produciendo avances. Y una de las opciones para acabar la guerra puede ser la posibilidad de que Ucrania se convierta en un estado neutral y desmilitarizado.
Ambos gobiernos trabajan sobre un plan de 15 puntos que garantizaría un alto el fuego y la retirada de las tropas rusas siempre que Kiev se comprometa con la neutralidad, según adelantó este miércoles el diario “Financial Times”.
El periódico británico, que cita a tres fuentes implicadas en las negociaciones, señala que las misiones de ambos países abordaron el lunes este borrador de acuerdo, que implicaría que Ucrania renuncia a incorporarse a la OTAN y a acoger bases militares extranjeras a cambio de recibir la protección de países como Estados Unidos, Turquía o el Reino Unido.
Sin embargo, el “FT” recuerda que tanto esas garantías de protección por parte de países occidentales como el futuro estatus de los territorios ucranianos ocupados por Rusia desde 2014 suponen escollos importantes en el desarrollo de las conversaciones.
Kiev reivindica que el modelo de neutralidad aceptable para el país debe ser “propio” y no inspirarse en otros como los de Suecia o Austria -como a priori pretende Moscú-, aunque abre la puerta a abandonar su reclamación de integrarse en la Alianza Atlántica.
El plan de 15 puntos prevé que Ucrania mantenga sus fuerzas armadas, pero permanezca al margen de alianzas militares con otros países.
Igualmente, según esa misma fuente, se garantizarían derechos de protección para la lengua rusa en Ucrania, cuyo uso está muy extendido aunque el ucranio es la única lengua oficial.
El borrador aborda de igual manera asuntos humanitarios, según un asesor de Zelenski citado por el FT, quien reconoce que Kiev estaría dispuesto a abordar por separado el estatus de Crimea y de los territorios del Donbás, cuya independencia fue reconocida por Moscú antes del comienzo de la invasión, el pasado 24 de febrero.
Pese a todo, el acuerdo contemplaría en cualquier caso una retirada total de las tropas rusas del territorio por el que han avanzado desde el día de la invasión.
En este sentido, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov ha dicho que se “está cerca” de obtenerse un acuerdo con Ucrania sobre las garantías de seguridad que reclama Moscú, aunque insistió hoy tras reunirse con Cavusoglu en que el objetivo de Moscú sigue siendo la desmilitarización de Ucrania.
Esta mañana, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicaba que convertir Ucrania en un estado neutral al estilo de Austria o Suecia era una alternativa que se ha puesto sobre la mesa negociadora entre ambas partes. “El modelo austríaco o sueco de lo que es un estado desmilitarizado se está discutiendo para Ucrania y puede verse como una opción para un compromiso”, explicó Peskov, según las agencias rusas.
Austria y Suecia, que no tienen ninguna base extranjera en su territorio, son dos de los países europeos con ejército propio pero no están adheridos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Rusia lleva años pidiendo una estatus especial para Ucrania con el fin de que no entre en la OTAN ni acoja bases militares extranjeras. Ahora, parece que Kiev podría renunciar a su ingreso en la OTAN, tal y como sugirió ayer el presidente Zelenski.
Pero Kiev reclama otra cosa. La parte que negocia con Rusia ha dicho que la opción ucraniana es establecer un modelo de neutralidad propio para su país y no uno basado en el de otros países como Suecia o Austria. “El modelo de neutralidad de Ucrania solo puede ser ucraniano”, dijo este miércoles de forma tajante Mykhailo Podoliak, al asesor del presidente Zelenski, y miembro de la delegación ucraniana en las negociaciones con Moscú, según la agencia Interfax-Ukraine.
El modelo de Austria
Para Austria, que destina el 0,6% de su PIB a gasto militar, el ingreso en la OTAN ha estado hasta ahora fuera de su agenda política. De hecho, la tan cacareada “neutralidad” austriaca se celebra como la fiesta nacional de la república alpina. Johannes Pleschberger, de Euronews, decía recientemente: “La guerra en Ucrania, que está a sólo 400 km de Viena, ha provocado un cambio en la posición de Austria: en lugar de sus tradicionales buenas relaciones con Rusia, la república alpina une ahora sus esfuerzos con Occidente. Pero está por ver si Austria establece una defensa nacional adecuada y con qué rapidez”.
Este modelo austriaco es el que ahora pone sobre la mesa Rusia. “Se está discutiendo la preservación y el desarrollo del estatus neutral de Ucrania, la desmilitarización de Ucrania, toda una gama de temas relacionados con el tamaño de las fuerzas armadas ucranianas”, dijo el asesor del Kremlin, quien precisó que “Ucrania está proponiendo las versiones austriaca y sueca de un estado neutral desmilitarizado, que es un estado que tiene un ejército y una armada”.
“Todos estos temas se están discutiendo a nivel de liderazgo de los ministerios de Defensa de Rusia y Ucrania”, continuó Medinsky. El asesor y miembro de la delegación rusa en negociaciones, recordó que “Ucrania mantiene la neutralidad en este momento. La neutralidad está consagrada en la declaración de soberanía de Ucrania y fue la condición bajo la cual Ucrania se separó de la Unión Soviética, reiteró
“Ciertamente, el tema clave para nosotros es el estado de Crimea y Donbass y algunos problemas humanitarios, incluida la desnazificación, los derechos de las personas de habla rusa y el estado del idioma ruso, entre otros”, dijo Medinsky, según Tass. Rusia y Ucrania celebran hoy la sexta ronda de negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz tras la invasión de territorio ucraniano ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero.
Caso finlandés
Otra alternativa para el futuro estatus de Ucrania ha sido el finlandés, planteado por politólogos y dirigentes políticos. Aunque el término “finlandización” se acuñó en los años sesenta del siglo pasado, su origen está en el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua firmado entre Finlandia y la Unión Soviética en 1948, tras la victoria de Stalin sobre el país nórdico en un conflicto bélico paralelo a la Segunda Guerra Mundial. Este tratado, vigente hasta 1992, obligó a Finlandia a repeler posibles ataques militares a la Unión Soviética a través de su territorio y le impuso una neutralidad en política internacional que era estrechamente supervisada desde Moscú.
Muchos países se han mostrado escépticos sobre esta eventual solución, ya que supondría una grave injerencia en la soberanía nacional de Ucrania, pero quizá el que más claramente la rechaza es Finlandia, que tiene aún muy recientes los 44 años de “finlandización” soviética durante la Guerra Fría.
El último en repudiar la idea públicamente fue el presidente finlandés, Sauli Niinistö, quien afirmó en una entrevista con el medio alemán “Der Spiegel” que “proponer a otro país algo así como modelo es completamente erróneo”. Niinistö es probablemente el líder de la Unión Europea que mantiene un diálogo más fluido con Putin, con quien siempre ha sido firme en la defensa de las posturas europeas, entre ellas las sanciones a Rusia tras la anexión de Crimea y el respeto a la soberanía y la integridad territorial de las naciones.