El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos se enfrenta por la reforma fiscal con la que el Ejecutivo quiere aplicar una notable subida de impuestos. Y el debate no es que el incremento vaya ser importante, algo que se da por descontado, sino por las medidas concretas de ese incremento y, sobre todo, por quién debe liderar el proceso.
María Jesús Montero tiene claro que es una medida que le atañe totalmente, que su Ministerio debe marcar los tiempo y el proceso. Por ello, no le ha gustado en absoluto que, apenas unas semanas antes de conocer las conclusiones de su grupo de expertos, Unidas Podemos haya presentado una propuesta fiscal que incluye una subida de impuestos por valor de 30.000 millones de euros. «La irrupción la calificaría como inoportuna«, ha apuntado este miércoles.
«Lo lógico era esperar al documento de los expertos», ha proseguido Montero, que ha criticado la actuación de Podemos en hasta otras dos ocasiones: «Hubiese preferido que se hubiese esperado al documento de los expertos«; y «no es conveniente discutir en paralelo«, ha afirmado en declaraciones realizadas a La 1.
Y la respuesta de Unidas Podemos apenas ha tardado en llegar unos minutos. La reacción de Montero ha terminado de crispar los ánimos en Unidas Podemos, que acusa al sector socialista del Gobierno de acaparar la voz en los grandes debates del seno de la coalición gubernamental y dejar sin peso la opinión de los morados en el Consejo de Ministros.
«Quiero recordar que somos un Gobierno de coalición y, por tanto, los dos socios tienen que poder participar de los debates centrales, igual que en materia presupuestaria», ha reclamado la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra.
Este martes, desde La Moncloa se desoyó el plan fiscal de Unidas Podemos y se redujo a una propuesta «de partido», ajena a la línea de trabajo desarrollada por el comité de expertos designado por el Gobierno. No obstante, Belarra insiste en que su proyecto de reforma fiscal está «sobre la mesa» del Ejecutivo, ya que completa el pacto entre el PSOE y Unidas Podemos de manera «verdaderamente ambiciosa» en comparación con la remodelación que plantea el ala socialista.
«Es urgente que todos hagamos parte del debate sobre la reforma fiscal«, ha reiterado la dirigente morada. La propuesta de Unidas Podemos cuenta con el agrado de socios fundamentales del Gobierno, como ERC o EH Bildu, que estuvieron presentes en el acto de lanzamiento del plan, el pasado lunes.
Así, el miembro minoritario del Consejo de Ministros entiende que estudiar su propuesta no sólo permite a Unidas Podemos recobrar peso en el seno del Ejecutivo, sino también recuperar alianzas parlamentarias fundamentales para lo que resta de legislatura después de la grieta que la reforma laboral ha abierto en el bloque de investidura.
LOS PLAZOS Y MEDIDAS DE LOS EXPERTOS
Los expertos deben entregar sus propuestas a finales de este mismo mes, y después el Gobierno se dará «el tiempo que necesite para estudiar» el documento, ha explicado Montero. El texto, en cualquier caso, estará muy en línea con lo que desea Hacienda y el Gobierno, no en vano la ministra colocó a personas de su total confianza en puestos clave.
A falta de que se conozca el informe completo, en el seno del grupo de se han discutido medidas como la armonización de los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones, o la aplicación de tasas medioambientales que incluyen la subida de las figuras que grava los combustibles.
Como medidas previa, la Comunidad de Madrid, a la que Montero ha acusado en repetidas ocasiones de incurrir en dumping fiscal por bonificar impuestos, ya ha a probado la Ley de Autonomía Fiscal. El objetivo es tratar de impedir que Hacienda obligue a una armonización, pero desde el propio Ministerio apuntan que esta medida del Ejecutivo de Díaz Ayuso tiene poco recorrido.
«Los impuestos cedidos son eso, cedidos«, explican en Hacienda, aludiendo al hecho de que la potestad última sobre esas figura recae en el Estado.
La propuesta de Podemos
Entre las medida que Podemos presentó el pasado lunes se incluye la creación de un impuesto estatal que grave la vivienda vacía, de cara a motivar que salgan al mercado del alquiler, desplegar un nuevo tributo que grave los alimentos de mala calidad nutricional, un nuevo marco de fiscalidad verde y ampliar la lista de alimentos y bebidas no alcohólicos al tipo de IVA superreducido del 4%.
La formación morada recupera su propuesta de crear un nuevo impuesto a las grandes fortunas, para sustituir el actual tributo al Patrimonio, que se centraría en fortunas a partir de un millón de euros, con una exención por vivienda habitual de 400.000 euros y que no sería bonificable por las comunidades autónomas.
A ello se suma un recargo del 10% en el tipo del impuesto de Sociedades a las empresas eléctricas por un periodo mínimo de cinco años, con posibilidad de prórroga, y cuya recaudación (unos 1.500 millones) se destinaría para abaratar el recibo de la luz a los consumidores, informa Europa Press.
