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El PP se frena en las encuestas por la «estrategia perdedora» de las batallas internas

Ya advertían algunos dirigentes del PP hace un par de semanas que abrir una guerra interna por el control del partido en Madrid era «un suicidio» para las siglas. Y lo cierto es que ese mal presagio no ha tardado en materializarse en las encuestas. Dos de los sondeos electorales más recientes -el de IMOP Insights para El Confidencial y el de DYM para 20 minutos– ya pronostican no sólo que el PP pierde parte del fuelle que había ganado tras las elecciones del 4-M y que se mantuvo especialmente en las semanas previas a los meses centrales del verano. Los populares mantienen la primera posición, pero por la mínima: de celebrarse elecciones generales en España este domingo, Sánchez y Casado estarían ante un empate técnico, según las mencionadas casas demoscópicas.

En ambos casos, el PP salvaría los muebles con algo más del 26% de los votos y entre los 108 y los 114 escaños, lo que por otra parte implicaría un freno en el crecimiento que venía registrando en los últimos meses y que le han llegado a situar por encima del 30% de los votos en algunos casos. Los populares tendrían que hundirse mucho más para registrar los niveles en los que se situó el partido a principios de 2021, cuando el calendario judicial apretaba y el proyecto de Pablo Casado no terminaba de despegar. Entonces, las principales encuestas del país no situaban al PP por encima del 23%, mientras Vox sí crecía por su derecha.

De acuerdo con el escenario que dibujan los principales institutos demoscópicos privados tales como Sigma Dos, NC Report, Sociométrica, Celeste Tel, Invymark o GAD3, la perspectiva electoral del PP no comenzó a subir hasta abril, cuando arrancó la precampaña electoral en la Comunidad de Madrid. Los del 4 de mayo fueron unos comicios que no entraban en los cálculos del PP y que dieron un balón de oxígeno a Casado que, aún por la mínima, conserva a día de hoy. La mayoría de sondeos privados siguen ubicando a los populares en primera posición por delante del PSOE, aunque el PP tratará de mejorar sus perspectivas electorales y recuperar su ventaja respecto a Sánchez mostrando un partido «unido» y «cohesionado» en torno al líder tras la convención nacional de Valencia.

Según la media mensual de los sondeos publicados por las principales encuestadoras privadas desde principios de año y hasta el mes de agosto, el PP registró su peor marca en los sondeos en el mes de febrero (22,8%) cuando se celebraron las elecciones en Cataluña y Vox arrebató al PP -y a Ciudadanos- el papel de principal partido de la oposición en el Parlament. No fueron tiempos fáciles para la dirección de Pablo Casado, que tomó decisiones tan drásticas como el anuncio de la mudanza de la sede de Génova para romper amarras con el pasado que tanto les desgastaba y tratar de reflotar el proyecto.

El valor más bajo del PP en las encuestas desde principios de año se registró en la encuesta de GAD3 para NIUS el pasado 1 de marzo, cuando se quedaron en el 22,2% de los votos. La misma encuestadora registró el porcentaje más alto para los populares en lo que llevamos de año: 31,10%, más de 10 puntos por encima de la marca que registró Pablo Casado en las últimas elecciones generales. El PP alcanzó ese valor en la encuesta de GAD3 para ABC que se publicó el pasado 26 de julio, el pico de una tendencia ascendente que comenzó tras las elecciones del 4-M. Si analizamos la media de las encuestas publicadas por los principales institutos demoscópicos de enero a agosto, los populares han mantenido una marca sobresaliente tanto en junio como en julio, si bien en agosto remitió levemente: del 29,4% d e julio se pasó al 28,7% en el mes posterior.

«Después de las elecciones del 4-M, atendimos a un fenómeno en que la izquierda frenó y la derecha demostró que estaba muy movilizada», valora el presidente de GAD3, Narciso Michavila, una tendencia que reflejaron la mayoría de sondeos… salvo el CIS. En su barómetro de septiembre, el instituto público de José Félix Tezanos vuelve a augurar una pronunciada caída del PP hasta el 20,5% de los votos mientras que Sánchez escalaba al 29,6% y aumentaba su ventaja respecto a Casado en nueve puntos.

No es la tendencia que apuntan el resto de encuestadoras. El crecimiento del PP en los sondeos a lo largo de los últimos meses ha sido inversamente proporcional a los resultados que iba obteniendo el PSOE, que acentuaba su caída mes a mes. En lo que va de año, los meses de febrero y marzo han sido los mejores para Sánchez electoralmente hablando (en ambos registró una media del 28%) de los votos, mientras que el verano -y la aprobación de los indultos– marcó el inicio del declive de un Partido Socialista que tampoco consigue remontar el vuelo.

El electorado del PP, desmotivado

En declaraciones a El Independiente, el presidente de GAD3 advierte a los populares sobre la necesidad de poner punto y final a las batallas internas que, históricamente, han tenido un impacto negativo en las urnas del partido que las tolera. Afirma que, según los cálculos del citado instituto demoscópico, el crecimiento del PP se ha ralentizado, una circunstancia que no duda en atribuir a la polémica de las últimas semanas por el control del PP de Madrid y a la imagen de división interna que tiene como primera consecuencia la «desmotivación» e «indecisión» de su electorado.

«Las estrategias de enfrentamiento interno son una estrategia perdedora que afecta a todos. Los resultados de Ayuso no hubiesen sido tan espectaculares si se hubiesen producido episodios como los de las últimas semanas (…). Si la pelea termina en enfrentamiento total, se hundirán. Si logran reconciliarse sin derramamiento de sangre, les catapultará», sentencia Michavila, quien advierte de otra tendencia que está fluctuando en las últimas semanas: una «desmovilización» electoral que afecta muy especialmente a los dos partidos históricos -PP y PSOE- y que vuelve a beneficiar a los extremos: tanto Vox como Podemos vuelven a rearmarse.