El embajador Jesús Silva abandona Venezuela: «Me han utilizado como chivo expiatorio»

A las 13 horas de este domingo, el embajador de España en Caracas, Jesús Silva Fernández, llegó al aeropuerto Internacional de Maiquetía para abandonar el país sudamericano, donde cumplió su misión como diplomático durante tres años. En 2017, fue designado por Mariano Rajoy para estar al frente de la legación española. En medio de una polémica tras la salida de Leopoldo López, el funcionario despegó rumbo a Madrid para asumir funciones en la Cancillería.

Silva ha dejado un país «que desgraciadamente sigue con muchos problemas, y sobre todo, problemas de entendimiento constructivo entre los venezolanos, el intentar todavía encontrar ese punto de encuentro donde pueda haber una solución pacífica, acordada, negociada y democrática en el país. Eso no ha sido posible hasta ahora», dijo a ABC en las afueras del aeropuerto.

«En mi caso, más siendo un embajador saliente, me han utilizado como chivo expiatorio y yo lo entiendo, pero no lo comparto y, sobre todo, no es cierto que haya habido algún tipo de complicidad o comportamiento que no sea el estricto de un diplomático», dijo también el exembajador a EFE.

El funcionario español, de 56 años, se ha marchado, dejando rencillas con el régimen venezolano, que lo ha señalado de ayudar al líder opositor a escapar del país y de liberarlo de la residencia diplomática que protegió a López por año y medio. El opositor venezolano protagonizó el 30 de abril, junto con el presidente interino, Juan Guaidó, en el levantamiento cívico-militar, conocido como Operación Libertad con el que se pretendió deponer a Nicolás Maduro del poder. Pero ese intento fracasó el mismo día, y Silva recibió a López, una decisión que incomodó al régimen chavista desde el primer día.

Las restricciones por el Covid-19 en la principal terminal aérea del país, y que sirve a Caracas, entorpecieron la cobertura de la prensa que aguardaba por el representante diplomático que ese día cesaba funciones. A partir de ahora, Juan Fernández Trigo asumirá su lugar luego de representar al país en Cuba. «Estoy seguro que él va a trabajar también con honestidad y para intentar hacer todo lo posible para mejorar la comunicación entre España y Venezuela, que es al final la función más importante de un embajador», respondió a este diario.

El mes pasado, la ministra Arancha González Laya anunció que Fernández Trigo cumplirá funciones como «encargado de negocios con cartas de gabinete», una vez toque suelo venezolano. Este rango resulta ser uno que está por debajo al de embajador. Pero, según Cristina Gallach, quien es secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, la decisión de no enviar un diplomático con rango de embajador sirve para que la Unión Europea y sus Estados miembros dejen constancia de que las cuestionadas elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que resultó electo Maduro, no fueron justas ni transparentes.

Una gestión turbulenta

Silva abandonó por tres meses Venezuela el 26 de enero de 2018, luego que fuera declarado como «persona non grata» por «continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos, por parte del Gobierno español». España respondió aquella vez dando 72 horas al diplomático para salir del país y abandonar su misión en Caracas.

La expulsión de Silva ocurrió luego del paquete de sanciones que lanzó la Unión Europea contra Venezuela, y que salpicaron a la expresidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena; al fiscal designado por la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, y al segundo hombre más fuerte del chavismo, Diosdado Cabello.

El embajador bromeó al principio de su gestión con que en el país «no se aburría». Silva que siempre se mostró abierto a la prensa y muy activo, recibió junto a otros diplomáticos a Juan Guaidó en el aeropuerto de Maiquetía, cuando el líder opositor regresó de su gira internacional en marzo de 2019.

A finales de octubre, y tras la huida de López, Maduro espetó en una transmisión televisada: «Te vas, Jesús Silva, y no te queremos ver más nunca. Ojalá pudiésemos ponerle un avión para que se vaya mañana», dijo al acusarlo también de participar en mayo en la Operación Gedeón, una presunta invasión marítima desarticulada por el régimen, y que según el Ministerio Público venezolano fue una maniobra gestionada desde Estados Unidos, con la supuesta colaboración de Colombia y la oposición venezolana.

«Deben saber que ese embajador que ha tenido España en Venezuela es un conspicuo militante de la derecha del PP española. Ese embajador Silva es un hombre antibolivariano, que odia Venezuela. Es un colonialista típico, despreciativo de nuestros valores patrióticos y republicanos», arremetió Maduro.

«Qué viva Venezuela»

A través de su cuenta en Twitter, Silva escribió que «hoy (por domingo) salgo de Venezuela y termino mis funciones como Embajador de España. Me habría gustado poder despedirme personalmente de tantas personas maravillosas que me han permitido sentirme un venezolano más en esta hermosa tierra».

«Han sido unos años muy intensos que me han aportado mucho. Gracias a todos. Seguiré conservando a este gran país en mi corazón. Perdón por lo que no hice y gracias por la ayuda de tantos grandes amigos que dejo aquí. Hasta pronto y que viva Venezuela». Un mensaje que fue aplaudido por varios de sus seguidores en la red social.