El Salud pide «cautela» con los test rápidos comprados por particulares

Los 28.800 test rápidos para el diagnóstico del coronavirus con los que cuenta Aragón ya se están repartiendo entre los hospitales y las residencias de la comunidad. La consejera de Salud, Pilar Ventura, ha destacado que se usarán como complemento a la prueba PCR -la más fiable para la detección- y que se emplearán en los entornos «con más prevalencia de contagios». El reparto de estos elementos se hará desde el almacén centralizado de Plaza, en Zaragoza.

Por otro lado, el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, pidió a los consistorios y particulares que no se dejan llevar «por las emociones y el miedo» a la hora de gestionar la compra privada de estos elementos de detección y ha recomendado «cautela». Por un lado, consideró que no se contribuía a mejorar el mapa de la epidemia ya que solo se consideran válidas para pruebas hechas dentro del sistema sanitario general. Además, consideró que el mercado privado de este tipo de test rápidos es «absolutamente especulativo», por lo que recomendó cautela a la hora de tomar decisiones. Falo realizó esta reflexión ante la decisión de Valderrobles de comprar estos productos para usarlos en su residencia de mayores.

Desde el Gobierno de Aragón recordaron que el uso de estos test presenta varios inconvenientes. «Son ideas en las que habrá que insistir para que calen», precisó. Por un lado, los test solo tienen validez en el caso de detectar un positivo. Para los casos negativos es necesario realizar seguidamente una prueba PCR que garantice el resultado. Y por otro lado, estos sistemas tienen la particularidad de analizar los anticuerpos que se han generado. Esto hace que solo sean efectivos uno días después de haber desarrollado síntomas. «Antes de las siete jornadas es muy difícil que de positivo», ha señalado Falo. Por este motivo no se consideran útiles para detectar pacientes asintomáticos.