Casado rechaza la abstención del PP con un Gobierno de Sánchez y los comunistas en la vicepresidencia

El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido con el líder del PP, Pablo Casado, en el Congreso, después de ignorarle durante más de un mes, tras el 10-N. Sánchez ya ha elegido a sus socios, los populistas y los independentistas, y Casado le ha transmitido el «no» del PP a su investidura. El presidente de los populares le ha tendido la mano para llegar a 11 pactos de Estados una vez eche a andar el nuevo Gobierno.

La reunión en el Congreso ha durado solo 40 minutos, y ha estado presidida por la frialdad, algo que se ha visto desde el saludo inicial. Casado ha llegado acompañado de su núcleo duro, junto al secretario general, Teodoro García Egea; la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, y el portavoz del partido, Pablo Montesinos. Cuando acabe el encuentro, está previsto que Casado comparezca ante los medios de comunicación en el Congreso.

El líder del PP ha encontrado a Sánchez «cerrado», con una única oferta a su partido: la abstención. Casado se lo ha preguntado cinco veces: «¿Esta es tu única oferta al PP?». La respuesta ha sido que sí. «La única oferta que se ha planteado es que nos abstengamos. Con Podemos en la vicepresidencia», ha subrayado después, en su comparecencia ante los medios. Casado ha rechazado que el PP pueda ser «coartada» de ese pacto.

Casado ha insistido en que el PP «no puede abstenerse ante un Gobierno del PSOE y los comunistas, sería letal para España, un suicidio para el partido y muy malo para los españoles». A su juicio, pedir la abstención del PP es como si se pidiera lo mismo a Sánchez ante un Gobierno de los populares con Vox en la vicepresidencia.

El presidente del PP ha recordado a Sánchez que su opción con Podemos y ERC no es «inevitable», porque tiene otras alternativas para intentar ser investido, sin depender de los independentistas. Así, Casado sostiene que una abstención de Ciudadanos y de Navarra Suma podría facilitarlo, así como un Gobierno apoyado por Podemos y Ciudadanos, «como se intentó en 2016».

Casado llamó por teléfono a Sánchez en la misma noche electoral, después de conocerse los resultados y la victoria del PSOE. Pero el líder socialista nunca le contestó. Dejó claro desde el principio que quería pactar con Iglesias, Torra y Junqueras.

Después de la ronda de consultas del Rey, Sánchez decidió llamar a Casado y a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas. El líder del PP ya advirtió la semana pasada de que si Sánchez fracasa en sus negociaciones con Podemos y ERC, debe dar un paso atrás, pero insistió en que la postura de los populares seguiría siendo en ese caso la de presentarse como alternativa de Gobierno.

Casado también quiere dejar claro a Sánchez que si debe intervenir en Cataluña, en el caso de que el desafío independentista continúe, podrá contar con el PP. También ha vuelto a ofrecer un pacto para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, sin tener que contar con la extrema izquierda y los independentistas.

Entre los pactos también se incluyen la gobernabilidad en Navarra, la reforma de la ley electoral para evitar situaciones de bloqueo, además de un pacto educativo y un acuerdo nacional contra la despoblación, para hacer frente al invierno demográfico. A esos acuerdos se añaden cinco más, sobre la justicia, contra la violencia de género, la sostenibilidad de las pensiones, la política internacional y de Defensa, un pacto por el Agua y las infraestructuras.