La UE apoya la reivindicación de España y define a Gibraltar como colonia británica

España ha extendido su política de que la Unión Europea no podrá firmar ningún acuerdo que incluya a Gibraltar sin su consentimiento a los preparativos de un Brexit sin acuerdo. Para España no es nuevo recordar que la ciudad es legalmente una colonia británica, pero los medios británicos han descubierto que una vez que abandonen la Unión, Bruselas estará siempre del lado de España. Lo acaban de ver en el acuerdo sobre la regulación provisional de la libre circulación de los británicos en territorio europeo, publicado ayer, en el que Gibraltar aparece como una «colonia británica». Así España ha hecho notar nuevamente que el Peñón no forma parte del Reino Unido y que las relaciones futuras de sus habitantes con Europa ya no pasan por Londres sino por Madrid.

En la última reunión de embajadores (Coreper) en la que aún participa el representante Británico, Sir Tim Barrow, este consideró como insultante el que a la hora de mencionar este territorio la UE aceptase una nota a pie de página en la que se describe a Gibraltar con la denominación que exige España y que se refiere a su consideración en las Naciones Unidas como territorio pendiente de descolonización, es decir, una colonia.

La reunión se refiere a los requisitos legales para que el Reino Unido y la Unión Europea reconozcan mutuamente el derecho a viajar en una y otra dirección sin necesidad de visado. El problema es que existe una miríada de territorios dependientes de Londres y cuyos pobladores ostentan una ciudadanía en algunos aspectos distinta a los británicos. En su día, el Reino Unido logró imponer el hecho físico de que Gibraltar se encuentra en suelo europeo para conseguir que los ciudadanos que residen en Gibraltar participasen en las elecciones europeas, aunque fuera como inscritos en una circunscripción situada físicamente en Gran Bretaña. Pero una vez que el país deje la UE, la legislación europea dejará de aplicarse en Gibraltar, que solo tendrá comunicación con la UE a través de España.

El Gobierno actual ha mantenido la política de sus predecesores defendiendo a toda costa esta oportunidad. Tanto en la negociación sobre el Brexit a través de la UE como en los tratos bilaterales con Gran Bretaña, España ha impuesto la tesis de que a partir de ahora ningún acuerdo futuro entre la UE y el Reino Unido puede aplicarse en Gibraltar sin que España dé su visto bueno, algo que los británicos ya descubrieron con amargura en el momento mismo del cierre del acuerdo de Retirada, cuando el presidente Pedro Sánchez exigió la redacción de una carta anexa en la que esto quedaba claro a pesar de las maniobras británicos de último minuto en la negociación. Después llegaron a escribir una «contracarta» para desmentir parcialmente este propósito.

Ahora mismo, en los preparativos de un Brexit sin acuerdo, el tema ha vuelto a surgir en un ambiente todavía más enrarecido en la política británica.

Las nota a pie de página, que es una fórmula habitual en los documentos europeos para matizar las posiciones de un Estado miembro, dice que «hay una diferencia entre España y el Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar para la cual se debe alcanzar una solución». Además se recuerda que «está en la lista de las Naciones Unidas como territorio pendiente de descolonización». Los británicos, que no hacían mucho caso ante este tipo de menciones que no son nuevas, han reaccionado con un tono escandalizado que probablemente tiene que ver con el hecho de que una inmensa mayoría de gibraltareños hubiera preferido que el Reino Unido se quedase en la UE.

Preguntado por este asunto, un portavoz del Gobierno de Londres ha dicho a algunos periódicos locales que en este caso «es completamente inaceptable describir Gibraltar de esta manera» puesto que «es una parte integral de la familia del Reino Unido con el que tiene una relación constitucional madura y moderna. Esto no cambiará debido a nuestra salida de la UE». Incluso en este caso, hay que notar que el discurso británico no puede citar a Gibraltar como «una parte» del Reino Unido, sino solamente «parte de la familia».