La cámara se ha posicionado a favor de ampliar los horarios, en la línea de los deseos del Gobierno de Aragón
230 millones de euros y más de 1.000 empleos directos. Esta sería la repercusión que tendría sobre el comercio minorista la ampliación de horarios en domingos y festivos, según el último informe que la Universidad de Zaragoza ha elaborado como encargo de la Cámara de Comercio de la capital aragonesa. Conviene distinguir aquí entre el pequeño comercio y las grandes superficies, ambos dentro de ese amplio espectro, aunque esta medida solo beneficiaría a las segundas. Y es que, con la legislación actual en la mano, los establecimientos de proximidad tienen libertad horaria, mientras que las cadenas y distribuidoras (más de 300 metros cuadrados) están limitados a abrir en un máximo de 10 festivos anuales.
En cualquier caso, desde la cámara no han dudado en posicionarse del lado de esta iniciativa, que el Ejecutivo autonómico quiere desarrollar en los próximos meses. El espejo en el que se ha fijado el estudio académico ha sido Madrid y la liberalización que Esperanza Aguirre impulsó en 2012, por la cual las grandes superficies tienen barra libre en los 66 domingos y festivos que tiene el año. Con todo, pese a que desde la cámara aseguran que el pequeño comercio «no se vería afectado», desde esta parte del sector no lo tienen tan claro.
Se trata de un debate que, de hecho, siempre ha generado suspicacias tanto en los comerciantes más modestos y también en los sindicatos, estos últimos especialmente por las posibles afecciones laborales para los trabajadores de las grandes cadenas. Consultados por este diario, desde la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos) prefieren esperar a conocer en detalle el documento para pronunciarse, aunque algunos de los negocios de proximidad de la capital aragonesa no dudan en mostrar su rechazo.
Es el caso, por ejemplo, de Comercial Allo, una empresa familiar con medio siglo de historia, ubicada en la plaza Mariano Arregui, que se dedica a la venta de muebles y productos relacionados con la decoración del hogar. «La limitación actual está bien, porque la competencia es muy desleal para el pequeño comercio», analiza Rafael Allo, actual gerente, que anticipa que «luchar contra los domingos de apertura supondría ampliar personal y los costes se disparan».
Rafael Allo, en su tienda de muebles de Zaragoza. / RUBÉN RUIZ
En ese sentido, Allo explica que su tienda suele cerrar los festivos y esta medida «nos obligaría a abrir varios, porque la gente se acostumbra». Y eso que el gerente del negocio matiza que su sector «no es el más afectado» en relación a otros como «el textil», pero «también se notaría bastante», según concluye.
Varios contras
Más cruda y directa se muestra Cecilia Montañez, propietaria de CyC Moda y Complementos del paseo Teruel desde hace once años. «La decadencia del pequeño comercio sería aún mayor que la actual», asevera. En su caso, dice, está en contra de ampliar los horarios para las grandes superficies por dos motivos.
En el que le atañe a su negocio, por lo ya mencionado. «Los grandes ya absorben muchísimo dinero y nos quitan muchas ventas. De normal, cierro ya los sábados por la tarde, además de domingos y festivos, porque la gente está acostumbrada a ir los fines de semana al centro comercial, donde tienen de todo, y por aquí no pasa nadie», enumera, pese a estar ubicada en una céntrica vía de la capital aragonesa.
«Las campañas serían súper fuertes y no lo podríamos equiparar, porque yo un festivo no vendería nada», concluye en esa línea. Asimismo, Montañez también se solidariza con los trabajadores de las cadenas y distribuidoras. «Con esta medida se rompe su conciliación familiar», sentencia.