La DGT endurecerá en 2026 los criterios de las pegatinas ambientales, y muchos coches podrían perder su actual clasificación
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En 2026, miles de coches perderán su pegatina de la DGT: las etiquetas 0 Emisiones, ECO, C y B cambian de criterio con el nuevo sistema.
La gran revolución de las etiquetas. El anuncio de la Dirección General de Tráfico (DGT) no ha pasado desapercibido: a partir del primer trimestre de 2026, las famosas etiquetas medioambientales que clasifican a los vehículos en función de su nivel de emisiones cambiarán de reglas. Lo que hasta ahora era una clasificación discutida y, en ocasiones, polémica, se endurece para alinearse con los estándares europeos más exigentes y con el ciclo de homologación WLTP, más realista que el anterior sistema NEDC.
El impacto será inmediato: muchos coches que hoy circulan con una etiqueta ECO o incluso C podrían perderla y quedar relegados a un distintivo inferior, o incluso sin derecho a pegatina. Y esto no es un detalle menor. En ciudades con Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) como Madrid, Barcelona o Bilbao, circular sin distintivo puede suponer multas de hasta 200 euros, además de perder beneficios fiscales o descuentos en aparcamiento.
Cómo quedará la clasificación
Aunque la DGT mantiene la estructura de cuatro etiquetas (0 Emisiones, ECO, C y B), los requisitos se redefinen. La etiqueta 0 Emisiones se reservará para eléctricos puros, de hidrógeno o híbridos enchufables con más de 90 km de autonomía eléctrica. La ECO quedará limitada a híbridos con menor autonomía, híbridos convencionales y vehículos a gas que cumplan la normativa Euro 6d. Los coches de gasolina más modernos pasarán a la C, mientras que los de gasolina más antiguos y los diésel menos eficientes conservarán únicamente la B, en muchos casos con restricciones crecientes en grandes urbes.
Se trata, según la DGT, de un intento de «homogeneizar» criterios en toda España y de evitar lo que varios colectivos ecologistas calificaban como un «greenwashing»: etiquetas que permitían a vehículos muy contaminantes, en la práctica, lucir un distintivo ECO o incluso Cero sin serlo del todo. El debate es intenso, porque organizaciones como Transport & Environment han denunciado que algunos híbridos apenas circulan en modo eléctrico y, aun así, gozan de ventajas frente a otros coches más limpios en emisiones reales.
Para el ciudadano, el cambio tiene consecuencias muy concretas. A partir de 2026 será necesario consultar la nueva clasificación en la web de la DGT, ya que muchos vehículos cambiarán de categoría. El distintivo, que actualmente cuesta 5 euros y se puede adquirir en Correos, talleres autorizados, gestores o estancos, seguirá siendo obligatorio en ciudades con ZBE.
Quien no lo lleve visible en el parabrisas, aun cumpliendo, se expone a sanciones. Y para aquellos vehículos que pierdan la etiqueta, el panorama será complicado: restricciones para acceder a los centros urbanos, prohibiciones de circulación en episodios de alta contaminación e incluso limitaciones en impuestos de circulación o aparcamiento regulado.
Alinear el sistema español con los estándares europeos
La DGT asegura que con esta revisión se busca alinear el sistema español con los estándares europeos y responder a la presión social y ambiental. El Gobierno, además, ha introducido en la nueva Ley de Movilidad Sostenible una cláusula que permitirá revisar el etiquetado en un plazo de doce meses, incorporando incluso el nivel de emisiones de CO₂ como criterio adicional.
Todo ello llega en un contexto en el que el transporte por carretera sigue siendo protagonista: según datos del Observatorio del Transporte y la Logística en España, en 2023, el 60 % de los desplazamientos al trabajo en España se realizaban en coche privado. Y aunque cada vez hay más eléctricos matriculados, siguen representando un porcentaje muy pequeño del parque automovilístico total.
Una etiqueta que ya no es solo un papel
Lo que parecía un simple adhesivo en el parabrisas se ha convertido en un factor decisivo en la movilidad de millones de españoles. Desde si puedes aparcar más barato en la zona azul hasta si podrás entrar con tu coche al centro de Madrid en 2026, la pegatina de la DGT marcará la diferencia entre libertad y restricción.
La reforma que viene promete mayor coherencia y rigor, pero también abre la puerta a un escenario incómodo para miles de conductores: el de descubrir que su coche, comprado hace apenas unos años con una etiqueta ECO, podría quedarse fuera de juego.