Más de un siglo después de su creación, la estructura de la fundación está orientada a promover la cultura, la formación continua y el apoyo social, especialmente entre colectivos vulnerables.
El 28 de junio de 1905 se aprobó el reglamento de la Caja Obrera de Ahorros y Préstamos de la Inmaculada Concepción, germen de lo que más tarde sería la Fundación CAI. Esta fecha marcó el inicio de una trayectoria que ha estado ligada a la transformación social y cultural de Aragón, combinando tradición y renovación.
La Fundación CAI ha evolucionado sin perder de vista su misión inicial: contribuir al bienestar colectivo. Hoy, su estructura está orientada a promover la cultura, la formación continua y el apoyo social, especialmente entre colectivos vulnerables.
Una de las iniciativas más destacadas en el plano cultural es su participación en la exposición ‘Goya, del Museo al Palacio’, ubicada en el Palacio de la Aljafería. En ella, Fundación CAI ha cedido sus cuatro series completas de grabados de Goya: Caprichos, Desastres, Tauromaquia y Disparates. Estas obras, procedentes de su fondo artístico, forman parte de una muestra permanente que ha superado ya las 90.000 visitas y que sitúa a Zaragoza como un punto de referencia para el legado gráfico de Goya. Una ocasión única para que el público aragonés redescubra esta obra fundamental del patrimonio universal en un espacio emblemático.

Asimismo, Fundación CAI ha organizado exposiciones en diversas localidades de Aragón con fondos de su patrimonio artístico, acercando el arte a públicos muy diversos. La fundación también ha colaborado en el desarrollo de jóvenes creadores a través de su Beca Artística, contribuyendo en su formación y favoreciendo el impulso de su desarrollo artístico.
Además de su trabajo expositivo, la fundación ha promovido iniciativas como la organización de festivales, encuentros culturales, ciclos de sensibilidad a través del cine y el respaldo a proyectos editoriales centrados en valores como la inclusión, la diversidad y la memoria colectiva.
En paralelo, la fundación refuerza su compromiso con la educación mediante una oferta formativa variada y accesible que abarca desde competencias digitales hasta humanidades, idiomas o programas de actualización profesional. En 2024, participaron más de 3.000 alumnos en cursos y talleres celebrados en sus centros, consolidando su papel como agente clave de aprendizaje a lo largo de la vida. También colabora estrechamente con entidades sociales del tercer sector en ámbitos como la inmigración, la salud, la cooperación al desarrollo, la atención a personas sin hogar, la juventud y la prevención de dependencias, entre otros. A través de la cesión de inmuebles, presta apoyo a fundaciones y asociaciones que trabajan en la inserción social, la atención a la salud y el acompañamiento a colectivos vulnerables.

En el ámbito académico, la fundación colabora con la Universidad de Zaragoza en la financiación de estancias de investigación en el extranjero. Estas becas, dirigidas a jóvenes investigadores, permiten fortalecer perfiles científicos y fomentar el retorno de conocimiento a Aragón.
A lo largo de su historia, la fundación ha servido de plataforma para artistas emergentes, ha contribuido al desarrollo de trayectorias profesionales en distintas etapas de la vida y ha sido punto de encuentro para la reflexión cultural. Este aniversario resulta también una ocasión para reconocer su papel en la articulación del tejido social y cultural aragonés.