Casademont gana una dura batalla a Andorra (86-75) en la reaparición de Bojan Dubljevic

Los de Fisac hiceron una pobre primera mitad, pero la intensidad de Yusta y Bell-Haynes indicaron el camino de la victoria.

El Casademont Zaragoza se ha llevado esta mañana la victoria por 86 a 75 ante un combativo Andorra, en un partido en el que los de Fisac jugaron una paupérrima primer mitad, pero se entonaron después del descanso. La agradable sorpresa de la jornada fue el regreso de Bojan Dubljevic a las pistas, tras casi dos meses de su lesión. Además, el montenegrino cumplió sobradamente: 8 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes. Bell-Haynes fue el mejor del partido, cambiando la cara al equipo y con mucho acierto desde el triple: 20 puntos para el canadiense.

La puesta en escena de Casademont fue desastrosa. Sorprendidos por la intensidad defensiva andorrana, enseguida los visitantes se pusieron por encima con facilidad. Un 0-6 en los primeros tres minutos hablaba muy a las claras de las imprecisiones y los rojillos atacaban con una espesura desesperante. Andorra era muy dura en defensa, muy agresiva y con muchos contactos, lo que provocaba una sucesión de fallos, incluso en bandejas, que hacían que el partido fuera difícil de ver. Hasta el minuto tres y medio no anotó el Casademont su primera canasta y los de Joan Plaza seguían a lo suyo (2-9 minuto 5). Sule quiso abrir la lata con un triple de Sule, pero no había manera. Salió Dubi en el minuto 6 para cambiar la inercia del partido, pero continuaron las pérdidas (7 en el primer cuarto) con un Spissu especialmente desatinado. Incluso en el banquillo se produjo una pequeña bronca entre Trae y Fisac, que evidenciaba lo enrarecido que estaba todo. Menos mal que la producción ofensiva de los del Principado también se paró y se llegó al final del primer cuarto con un pobre 14-16 y la certeza de que lo mejor era el marcador.

Fallos en los tiros libres

No mejoró el equipo en el inicio del segundo cuarto. Tres pérdidas en dos minutos dieron alas de nuevo al Andorra. Un triple de Dubi, tras 54 días de baja, tampoco servía para recortar (18-23) y Andorra sabía encontrar mejor sus ventajas. Un Casademont falto de ideas y con Trae castigado en el banquillo anotaba un paupérrimo 3/10 en tiros de dos y otro tanto desde el perímetro. Con un tiempo muerto con 20-26, Andorra se puso temprano en bonus, pero Bango falló dos libres y Mencía otros dos seguidos. El partido de los locales no podía ser peor con 20 tristes puntos en 16 minutos, un -8 y el pívot angoleño inédito. Un triple de Bell-Haynes trató de acercar un poco a su equipo, pero el 1/6 en libres era una losa. Yusta sacó un 2+1 para dejar el partido en un punto y, después, el capitán robo un balón y machacó el aro para poner el 31-30. Tras el parcial de 9-0, Plaza lo paró para tratar de ordenar ideas pero el Casademont subió líneas. Volvió aparecer Yusta, que hay minutos que parece tocado por los dioses, y con un triple y 10 puntos seguidos puso la máxima (36-30). El encuentro se fue al descanso con un 36-34 por mérito de un triplazo increíble de Evans (unos 24 metros de distancia) y unas sensaciones agridulces. Si los rojillos despertaban y corrían podrían llevarse la batalla, si renunciaban al contraataque, Andorra aprovecharía los muchos errores de su juego estático.

En la reanudación, el Casademont comenzó golpeando y mostrando mucha intensidad, sobre todo, atrás. Un matazo de Yusta matazo abrió un parcial en el que Bell-Haynes no se cansó de correr al contraataque. Las pérdidas tontas aún penalizaban y Andorra no se descolgaba gracias a que los desajustes de los dos contra uno les daban canastas fáciles. Un por fin entonado Bell-Haynes a la carrera colocó el 47-41, pero Harding quería aparecer como máximo anotador de la liga que es. Gracias a la agresividad defensiva, los locales pusieron el +10 (56-46) y Plaza movió el banquillo. Una jugada polémica, con varias faltas no pitadas y un mate de Bango invalidado evitó que creciera la ventaja y, con los árbitros muy cuestionados, un mal último minuto de cuarto impidió que Casademont llegara a romper el partido: 59-52.

Para los diez últimos minutos, Fisac se guardó a Bell-Haynes de inicio y eso el equipo lo pagó. En un minuto, Andorra colocó el 62-60 con dos triples, uno de Kuric y otro de Harding. El Casademont mantenía exiguas ventajas, pero el hecho de que Bango metiera su primera canasta en juego en el minuto 34 da idea de la identidad perdida del equipo. Lo paró Fisac porque, a falta de seis minutos, era Andorra el que corría y ponía el 68-64. Había que lucharlo hasta el final y las sensaciones no eran buenas. Spissu, desacertado pero valiente, metió un triple. Contestó Kuric con otro. Dio entonces repuesta Dubi también desde el 6,75. El electrónico indiciaba un 74-67 a falta de cuatro minutos y Fisac volvió a poner dos bases en pista. Esta fórmula parece que siempre funciona: un contraataque de Sule y un triple de Trae abrieron la brecha hasta el 79-67 cuando restaban tres minutos. Dos errores de Lammers impidieron que su equipo se agarrara y el Casademont se dedicó a dormir el partido.

La victoria, mucho más sufrida de lo esperado, sirve para que los zaragozanos sigan mirando hacia arriba y pongan tierra de por medio con los farolillos rojos. Cortan así los de Fisac una racha de cuatro derrotas y endosan al Andorra su octava consecutiva.