La RAE rechaza la nueva Selectividad con 25 preguntas tipo test y comentarios de 150 palabras máximo

La nueva Selectividad diseñada por el Ministerio de Educación, que está previsto que entre en vigor de forma progresiva a partir de 2024, está encontrando más de una piedra en el camino en ese intento por buscar el consenso para que el nuevo modelo contente a todos los actores implicados. La última institución que ha mostrado su descontento ha sido la Real Academia Española, después de que un grupo de coordinadores de las pruebas de acceso a la universidad se hayan dirigido a la RAE para mostrar su malestar.

Así, después de examinar el borrador elaborado por el Ministerio de Educación y FP, la institución comparte con los coordinadores cree que la prueba diseñada es “insuficiente”. Entre otras cosas porque “reduce considerablemente los contenidos de lengua y literatura que los estudiantes deben dominar, con el argumento de que han de potenciarse en su lugar las competencias que supuestamente han de adquirir”.

En la nueva propuesta de prueba de acceso, los alumnos habrán de contestar a 25 preguntas de tipo test y no podrán sobrepasar las 150 palabras en cada uno de los textos que redacten con lo que “pierden el lugar preponderante que hasta hace poco tenían la reflexión y la argumentación lingüística, la capacidad para compendiar y ordenar discursos, así como la interpretación, la valoración y el análisis de los textos literarios”.

Tampoco entiende muy bien la RAE el significado de “enseñar y evaluar de modo competencial”, el nuevo modelo educativo que implanta la nueva Ley de Educación. Entre otras cosas porque “no aclara cuáles son exactamente las competencias que se suponen esenciales, y tampoco explica por qué su adquisición se habría de oponer al conocimiento de los contenidos que hasta ahora se consideraban imprescindibles. Entre otras ausencias notables que el documento manifiesta, llama la atención que pase por alto el hecho de que las capacidades argumentativa y crítica no pueden ser adquiridas en ninguna materia sin el conocimiento profundo de los contenidos a los que hayan de aplicarse”.

Por último, lamenta que el documento haya sido elaborado “sin contar con la opinión de los profesores de bachillerato y sin consultar tampoco con los coordinadores de las pruebas de acceso a la universidad, sea cual sea la comunidad autónoma en la que estos desempeñen su labor”. En su opinión, las directrices sobre los conocimientos y las capacidades que se deben enseñar y evaluar en lengua y literatura “han de ser establecidas tras consultar con los profesionales de larga experiencia docente que imparten esas materias en la enseñanza secundaria, en el bachillerato y en la universidad. También debería tenerse en cuenta la opinión de las academias”.