EE.UU. ya vota: cinco preguntas que determinarán los resultados de los ‘midterms’

Los estadounidenses ya votan este martes en las elecciones legislativas de mitad de mandato

Los estadounidenses ya votan este martes en las elecciones legislativas de mitad de mandato, los llamados ‘midterms’, en la terminología anglosajona. Es una cita electoral clave, en la que se renuevan las dos cámaras del Congreso -la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado- y en la que se eligen además a miles de cargos estatales y locales.

En realidad, la votación arrancó hace días, con la posibilidad de voto anticipado o por correo, que se regulan de manera diferente en cada estado. Cada vez son más votantes quienes eligen esas modalidades, que han ganado peso en las elecciones de este siglo y que fueron utilizadas de forma masiva en las de 2020 por la incidencia de la pandemia de Covid-19.

Hasta este lunes, habían votado ya más de 42 millones de estadounidenses, lo que apunta a ser un récord para una elección de mitad de mandato.

Buena parte de los resultados se conocerán en la misma noche del martes. Pero en las elecciones más ajustadas y con mucha incidencia de voto anticipado, se espera que tarden días en conocerse los ganadores.

La elección definirá el futuro inmediato de EE.UU. y sentará el escenario para la elección presidencial de 2024. Estas son las principales preguntas que tendrán que responder las urnas:

¿Habrá ‘marea roja’?

Las encuestas apuntan a que los demócratas perderán poder en la cita electoral. Controlan la Casa Blanca y tienen mayorías, aunque exiguas, en las dos cámaras del Congreso y los votantes tienden a penalizar en los ‘midterms’ al partido en el poder. La cuestión es cómo de duro será el castigo que sufran. La perspectiva generalizada es que los republicanos pintarán de rojo, el color de su partido, buena parte del territorio estadounidense. Los sondeos dan casi por hecho que recuperarán la mayoría en la Cámara de Representantes, con la duda de cómo de amplia será. Lo más ajustado está en el Senado, donde los demócratas han peleado hasta el final en las elecciones más ajustadas -Pensilvania, Georgia, Arizona, Nevada- por mantener su mayoría por la mínima.

¿Es un referéndum a Biden?

Será imposible desligar el resultado electoral de la gestión del presidente, Joe Biden. Está hundido en las encuestas -su índice de aprobación apenas pasa del 42%- y es el cabeza de turco de la inflación, el principal asunto que mueve el voto este año. Biden dijo el año pasado que el crecimiento de precios era temporal, luego trató de responsabilizar solo a Vladimir Putin y se ha demostrado incapaz de ponerlo en cintura.

El presidente se percibe además como un líder inoperante, desgastado, con falta de energía. Apenas ha hecho campaña -muchos candidatos demócratas no han querido aparecer con él en mítines- y la segunda mitad de su presidencia quedará afectada por los resultados: con la probable toma de poder de los republicanos en el Congreso, su agenda legislativa se verá truncada y le asaltarán con comisiones de investigación.

¿Influirá la decisión del Supremo sobre el aborto?

A comienzos del verano, cuando el Tribunal Supremo dictó una sentencia que eliminaba las protecciones constitucionales al aborto, este sería el gran tema que dominaría la campaña. Los demócratas lo vieron como una tabla de salvación y mejoraron en las encuestas, con el empuje añadido de las exigencias de regulación del acceso a las armas tras la matanza en la escuela primaria de Uvalde (Texas).

Con el paso de la campaña, el aborto ha pasado a un segundo plano, con un mayor protagonismo de la economía y de la inseguridad como motivadores de los votantes. Pero habrá que ver qué impacto tiene en electorados clave, como el voto femenino en regiones suburbanas, que puede ser decisivo en estados bisagra, en los que, por ejemplo, se definirá la composición del Senado.

¿Seguirá el éxodo del voto hispano al partido republicano?

Durante décadas, los demócratas contaron con el voto hispano como algo que les pertenecía. Pocos presidentes republicanos -Ronald Reagan y George W. Bush son las excepciones- consiguieron convencer a porcentajes decisivos de este electorado. De hecho, la evolución demográfica de la minoría hispana -superó hace años a la minoría negra y se acaba de convertir en mayoría en un estado tan decisivo como Texas, el segundo más poblado del país- hacía pensar a los demócratas que les aseguraría el poder durante décadas.

Eso cambió con Trump. En la elección de 2016, consiguió un 28% del voto hispano. Cuatro años más tarde, con un discurso muy duro sobre inmigración, llegó al 38%. Esa tendencia podría reafirmarse en estas elecciones, donde los demócratas podrían perder su mayoría en distritos hispanos donde han dominado desde hace décadas, desde el sur de Texas a Miami.

¿Resistirán los bastiones demócratas?

Una de las señales de que la elección apunta mal para los demócratas es que están en juego carreras en las que han ganado con comodidad durante décadas. Sus candidatos han tenido que redoblar los esfuerzos e inyectar fondos adicionales en campañas como la del senador de Washington, el gobernador de Nueva York, distritos del río Hudson en ese mismo estado o circunscripciones antes liberales de Rhode Island o California.

Además de la marcha de la economía, el incremento del crimen desde la pandemia de Covid-19 y las políticas de ‘recortar la financiación’ a la policía defendidas por algunos demócratas han permitido el avance de los republicanos.

¿Triunfarán los candidatos ‘trumpistas’?

Más de la mitad de los candidatos republicanos en estas elecciones niegan o dudan de la legitimidad de la victoria de Joe Biden en 2020 y abrazan la fe del ‘robo electoral’ -infundado, según los tribunales- a Donald Trump.

Los demócratas han tratado de convertir el deterioro de la democracia que han supuesto Trump y su intento de dar la vuelta a las presidenciales de 2020 -culminado con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021- en un asunto central de campaña.

No parece, sin embargo, que esa sea una prioridad de los votantes y muchos de esos candidatos republicanos son favoritos en sus elecciones.

El impacto en próximos procesos electorales será fundamental, sobre todo si ganan sus elecciones los ‘trumpistas’ que optan a cargos -como los de gobernador o secretario de estado- que estarán encargados de supervisar las elecciones en 2024.