Satisfacción en Génova por el apoyo de Ayuso: «Ha dado la mejor versión, la de unidad»

El Partido Popular se rindió ayer ante Isabel Díaz Ayuso en Valencia. Esta es la convención de Pablo Casado, sí, pero quien ha marcado los tiempos, quien ha manejado la tensión interna a su antojo y quien ha soltado el bombazo de la semana, el gran titular, ha sido ella. Y lo ha hecho cuando ha querido, con una escenografía que hizo honor al Palacio de las Artes de Valencia, donde se celebraba la convención. En su turno de palabra, se dirigió personalmente al presidente de su partido y se autodescartó ante una supuesta competición con él por el liderazgo nacional: «Tengo claro que mi sitio es Madrid». Y la convención se vino abajo, con una ovación atronadora.

Más tarde se preguntó al secretario general, Teodoro García Egea, si había alivio en Génova tras el anuncio de Ayuso. Con cierto humor, el número dos de Casado aseguró que el secretario general «nunca» puede estar aliviado: «Cuando no es uno es otro», comentó en una charla informal con la prensa.

Ayer era el día de la presidenta madrileña y en Génova lo tenían asumido desde hacía tiempo, cuando se supo que Ayuso estaría de viaje en Estados Unidos toda la semana y solo podría llegar el sábado, para participar en una mesa junto al resto de barones para hablar de su gestión. La organización situó antes otro panel con los alcaldes, incluido José Luis Martínez-Almeida, y a última hora ‘coló’ una intervención del secretario general del PP, Teodoro García Egea, para agitar al público, ensalzar la trayectoria de Pablo Casado y advertir que «sin partido no hay Gobierno» posible. Pero todo eso dio igual, la expectación estaba fuera, a la espera de que llegara Ayuso, que lo hizo dos horas y media después de que se inaugurase la jornada de trabajo. Su paseíllo hasta la entrada del Palacio fue un enjambre de periodistas que buscaban una declaración, y también de militantes del PP que aplaudieron a Ayuso entre gritos de «presidenta, presidenta». En ese camino, Ayuso aclaró que llegaba a la convención en son de paz, con un mensaje de unidad.

«Su mejor versión»

En Génova reconocieron que fue el día de Ayuso, cierto, pero lo podía haber sido de muchas maneras, y lo fue «en su mejor versión, con un mensaje de unidad y de respaldo al proyecto de Pablo Casado», sostuvieron.

Dentro del auditorio, la presidenta madrileña escuchó la intervención de García Egea con aparente displicencia, según pudo verse en las imágenes. El secretario general del PP no ha disimulado en las últimas semanas su discrepancia con el movimiento de Ayuso al final de agosto, cuando anunció su candidatura para presidir el partido en Madrid, a pesar de que el congreso no está convocado siquiera. Ese paso eclipsó la convención de Casado, y el malestar en Génova derivó en una guerra interna que solo se apaciguó la semana pasada, para poder cerrar filas en torno al líder del partido.

Ayuso comprobó cómo García Egea provocaba una ovación para Juanma Moreno y otra para Alberto Núñez Feijóo, y para ella, nada. Pero llegó el momento de hablar del 4-M, y en la pantalla apareció la portada de ABC con su victoria en las urnas. Entonces llegó un aplauso espontáneo y todos ovacionaron a la ganadora, que se puso de pie para agradecerlo. García Egea elogió justo después el triunfo del PP de Madrid, pero incluyó a Casado en el tándem ganador, con Ayuso.

En la mesa de los presidentes autonómicos, Ayuso era una más entre Feijóo, Mañueco, Moreno, López Miras e incluso el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, al que Génova quiere tratar como el sexto barón. Los mensajes del resto de presidentes autonómicos fueron interesantes e intensos, pero entonces llegó el turno de Ayuso. Dedicó sus primeros minutos a defender su modelo de Gobierno. Advirtió de que el 4 de mayo generó una ola de ilusión que el PP, subrayó, debe aprovechar.

El anuncio

Fue en ese momento cuando anunció que había una cosa que quería dejar clara allí. Se hizo el silencio y la tensión subió varios niveles. Se refirió al debate que lleva dando vueltas desde que trasladó su intención de dar un paso al frente en el PP de Madrid. «Pero eso es lo de menos», avisó.

Recordó entonces que hace 16 años, Pablo Casado dio un paso al frente para presidir lo que se convirtió en una auténtica escuela de valores, Nuevas Generaciones de Madrid: «Confió en mí, y no dudé de estar con él». «Y tiempo más tarde –continuó– hizo lo mismo al frente de la portavocía del partido, lo hizo con brillantez y volvió a confiar en mí. Y luego dio un paso para renovar el PP, y no dudé. Confió en mí y me dio la mayor oportunidad de toda mi vida, que es presidir la Comunidad de Madrid, que es mi meta política», relató. «Hoy te quiero decir, Pablo, delante de tu mujer, del partido, de tu familia, de los medios, quiero dejarte claro que tengo meridianamente claro dónde está mi sitio, que es Madrid», sentenció.

Ayuso prometió que dará lo mejor para Madrid, «porque Madrid es España». «Necesitamos que tú llegues a ser el presidente del Gobierno», aseguró. Todo el auditorio se puso en pie para aplaudir a Ayuso, que acabó con otra frase rotunda: «Mi proyecto es el tuyo».

La presidenta de la Comunidad de Madrid despejó así cualquier duda sobre su supuesta intención de optar al liderazgo nacional del PP. Fue una aclaración que ella vio necesario hacer. Eso sí, también quedó claro que su determinación de ser presidenta del PP de Madrid sigue firme, algo sobre lo que Génova no quiso hacer ningún comentario después.

Casado había logrado su objetivo de que la convención nacional fuera una exhibición de cierre de filas y unidad en torno a su proyecto, como única alternativa a Sánchez. Desde primera hora, el Palacio de las Artes fue un desfile de dirigentes del PP con muestras de apoyo a Casado. El primero fue el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien situó a Ayuso como un «grandísimo activo» del PP, pero sin capacidad de ensombrecer, dijo, a Casado. Almeida tuvo su propia ovación cuando intervino en la mesa de alcaldes. Fue el mayor aplauso del día, y superó incluso a los que obtuvo Ayuso. A la hora del almuerzo, se sentó a la misma mesa de Casado y García Egea junto a los barones autonómicos. La comida transcurrió en un ambiente de celebración y unidad, según fuentes que estuvieron ahí.

A su llegada, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también subrayó que Casado es el presidente que España necesita «ahora». El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que todos los presidentes autonómicos estaban ahí para sumar y para apoyar a Casado: «El PP es un partido leal, no de codazos». Además, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, aseguró que «este partido está unido». «Los presidentes autonómicos venimos para arrimar el hombro con el objetivo común de cambiar el Gobierno», explicó.