El uso de cifras desactualizadas sobre la pesca retrasa el anuncio del acuerdo de pos-Brexit

Según está previsto, el Reino Unido y la Unión Europea anunciarán en las próximas horas que han alcanzado un histórico acuerdo comercial para sus relaciones económicas posteriores al Brexit, según los insistentes rumores que se difundieron ayer en Bruselas procedentes de fuentes diplomáticas. Sin embargo, la etapa final de las negociaciones para el pacto se retrasó después de que se supiera que la Comisión Europea estaba utilizando cifras desactualizadas para calcular la reducción en la cantidad de las cuotas de pescado que pueden pescar los estados miembros en aguas británicas después del 1 de enero.

El acuerdo debía anunciarse temprano esta mañana, pero el anuncio tuvo que posponerse cuando los funcionarios notaron una discrepancia entre dos conjuntos de cifras de pesca y se dieron cuenta de que las cifras utilizadas en la negociación parecían estar desactualizadas. Ahora se espera que las negociaciones se prolonguen durante varias horas más antes de que se llegue a un acuerdo.

Las discusiones sobre la pesca constituyen el mayor obstáculo para un acuerdo y la UE ya había advertido con anterioridad que difícilmente podría ir más lejos en sus concesiones. Las negociaciones sobre los últimos aspectos han continuado hasta últimas horas de la noche de ayer y se han reanudado esta mañana.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han intervenido personalmente en las negociaciones en los últimos días, con varias conversaciones telefónicas directas en un último intento por llegar a un acuerdo antes de que se produzca la desconexión del Reino Unido cuando abandone el mercado único el 31 de diciembre. Se esperaba el anuncio de una de estas conversaciones esta misma mañana, como preludio a la presentación formal del acuerdo.

Caos en la frontera

El caos que se ha producido en las aduanas británicas en los últimos días a causa del cierre de las comunicaciones con Europa ha servido para ilustrar qué podría suceder si antes del 1 de enero no hay un tratado que regule las reglas entre los dos antiguos socios.

Teóricamente, en caso de que se llegase a un acuerdo, la presidencia alemana tendría que convocar una reunión extraordinaria de los representantes permanentes, el Coreper, para que manifiesten si sus gobiernos respectivos aceptan el resultado del acuerdo. En cualquier caso, el tratado de libre comercio solo podrá ser aplicado de forma provisional porque el parlamento Europeo ya ha advertido que no estará en condiciones de ratificarlo antes de fin de año.

Por parte británica, la mayor parte de los análisis se centran en los esfuerzos de Boris Johnson para convencer a los más radicales partidarios del Brexit dentro de su propio partido para que no le acusen de traidor. En las últimas horas, sus servicios estaban ultimando un informe según el cual las posiciones británicas habrían prevalecido en el 43% de los puntos, el 40% habrían sido compromisos mutuos y la UE habría obtenido ventajas en el 17% restante. Desde Europa, fuentes gubernamentales francesas citadas en la prensa de este país aseguran, por el contrario, que «el Reino Unido ha hecho grandísimas concesiones» para evitar una ruptura sin acuerdo.