2-D: La hora de los 512.000 indecisos

La campaña andaluza echó ayer el cierre con una cifra estimada de indecisos que se mueve alrededor de los 512.000, según la proyección de las encuestas de NC Report. A fecha 19 de noviembre, el sondeo estimaba que esta «bolsa» estaba en los 694.000, y el 26 de noviembre se había reducido a los 597.000.

Los indecisos no pueden dar un vuelco a los resultados, pero sí son determinantes en el puesto que ocupará el PP en ellos. De esta cifra de andaluces que todavía no tienen decidido su voto depende que el PP siga siendo la segunda fuerza en el Parlamento andaluz y frene el temido «sorpasso» por parte de Ciudadanos. Y cómo se resuelva finalmente esta ecuación puede tener un importante efecto en la política nacional y en la batalla dentro del centro derecha en todos los próximos comicios electoralesque se avecinan: autonómicas y municipales, y generales. El calendario está tan apretado que el efecto rebote se encuentra encima de la mesa de trabajo de todos los partidos.

Si Vox obtiene finalmente representación en el Parlamento andaluz, hay una elevada probabilidad de que el PP pase a ser la tercera fuerza en esta comunidad, según la estimación de NC Report para LA RAZÓN. Y esta hipótesis, que en el «cuartel general» de los populares siguen sin tener como principal referencia, tendría duros efectos en el estado de ánimo del principal partido de la oposición y también en el de su electorado a nivel nacional. El candidato popular, Juan Manuel Moreno, tiene a sus dos principales enemigos dentro de su propio espectro ideológico, y frente a los dos se ha reivindicado como el único voto útil para frenar otro gobierno de Susana Díaz.

Aunque todas las encuestas han coincidido en aventurar una nueva victoria del PSOE, por menos fuerza aún que en los anteriores comicios donde ya rebajaron su suelo electoral, sin embargo todos los partidos políticos afrontan hoy la tradicional jornada de reflexión con bastante incertidumbre. Los restos pueden afectar hasta a 6 escaños en un escenario en el que las encuestas han pronosticado la caída de todas las fuerzas, menos de Ciudadanos (Cs), si bien los de Albert Rivera no alcanzarían las altas expectativas marcadas por el sondeo preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Adelante Andalucía, por su parte, se beneficia territorialmente de la alianza con IU, aunque baje ligeramente en porcentaje de voto a nivel global.

Salvo la victoria socialista, todo lo demás son, por ahora, incógnitas y no están claras las posibles mayorías que puedan conseguirse. Este escenario tan abierto hace que los indecisos sean el principal objeto de deseo de todos los partidos. Y, por este motivo, hacia ellos han orientado tanto su estrategia mitinera de las últimas horas como también algunas de sus propuestas más singulares.

En las elecciones de marzo de 2015, el partido preferido por los indecisos andaluces fue el PSOE. Y la encuesta postelectoral del CIS confirmó que el 4,4 por ciento de los que no sabían a qué candidatura apoyar dudaron entre el PSOE y otro partido. Aquel sondeo confirmó también que el 80,2 por ciento de los andaluces ya tenía tomada una decisión el mismo día de la votación y que un 19,2 por ciento tenía dudas.

Ciudadanos no ha renunciado, aunque parezca difícil, al reto de adelantar al PP, pero oficialmente se protege en el mensaje de que el objetivo no es quedarse escaño arriba o abajo respecto a los populares, sino mejorar sus resultados.

En esta batalla por el voto indeciso y de los que por primera vez acuden a las urnas, el protagonismo de la campaña se lo ha llevado el choque entre los candidatos del PP y de Ciudadanos, y también entre Susana Díaz y la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez. Pugna dentro de los bloques naturales, con la diferencia de que en la izquierda, la candidata de Adelante Andalucía ha asumido el compromiso de no votar jamás a Susana Díaz para su investidura, mientras que el PP y Ciudadanos han optado por la estrategia de competir desde la reivindicación de una alianza entre ambos partidos si consiguen escaños suficientes como para formar un gobierno alternativo al de Susana Díaz.

El descenso en el número de indecisos que ha ido recogiendo la evolución de la campaña ha ido acompañado, al mismo tiempo, de un incremento en la participación prevista. En el sondeo del pasado 19 de noviembre, la participación en los comicios andaluces se fijaba en el 61,1 por ciento, y en el del 26 de noviembre, en el 62,3 por ciento.

Las estadísticas apuntan a que a medida que va subiendo la participación va mejorando el porcentaje de voto de la derecha andaluza. En las elecciones de marzo del pasado 2015, la derecha sumó el 37 por ciento del voto. En la encuesta del 26 de noviembre tenía una expectativa del 40,9 por ciento, incluyendo a Vox. El incremento es de 3,9 puntos, al tiempo que la izquierda rebaja su porcentaje, el cual pasaría del 58 por ciento obtenido en la cita de 2015 al actual 55,9 por ciento, con un retroceso de 2,1 puntos.

► PSOE-A: «Nervios» por el desgaste y la dificultad de pactar

La suerte está echada y en el PSOE andaluz hay «nervios», pese a que todos los sondeos dan a su candidata a la reelección, la presidenta de la Junta Susana Díaz, como la vencedora de la noche electoral de mañana. Los socialistas temen a una carga de pólvora que se esconde tras el 2D: el «desgaste» que, saben, padecen sus siglas tras más de tres décadas de gobiernos consecutivos y que no pueden medir «cómo es de grande» ni cómo afectará a su cosecha de sufragios. «Parece que está claro que seremos los primeros y a bastante distancia del resto», sostienen varias fuentes de la formación, que matizan que la «clave» estará en «a cuánto de lejos». De ello puede depender el que mantengan el poder en una comunidad en la que esta legislatura han contado con 47 diputados en un Parlamento con un global de 109.

► PP-A: Confianza en evitar el «sorpasso» y forzar el «bloque del cambio»

Los populares tienen la sensación de que «nadie sabe a ciencia cierta qué puede ocurrir», pero afirman tener «buenas vibraciones» y que «es posible sumar» hasta lograr un «bloque del cambio». Están contentos con una campaña que plantearon desde el arranque como «un examen a 40 años de socialismo». «Cuando el PSOE se dio cuenta de ello era tarde, faltaban cuatro o cinco días y sacó a pasear a Vox para tratar de llevar la campaña al terreno del debate ideológico izquierda-derecha», apuntan fuentes del partido. Su propuesta «estrella», el BMI –Bajada Masiva de Impuestos–. Y han hecho algo novedoso: «1.200.000 llamadas a hogares» para localizar a votantes potenciales. Cuentan con 33 parlamentarios que serán el listón para sacar conclusiones el 2D. Se la juega no sólo Juanma Moreno, también Pablo Casado, que ha tenido caravana propia.

► Adelante Andalucía: El test de los 20 escaños para medir el éxito de la fusión

En la confluencia etiquetada como Adelante Andalucía que integran Podemos, IU y varias formaciones menores saben que este domingo algunos irán a ejercer su derecho al voto entendiéndolo con una parte de ellos que no es la razón y a esto, al sentimiento andalucista, han apelado durante su campaña. Fuentes de la multiformación expresaron su «enorme satisfacción» por el trabajo desarrollado estos últimos 15 días y la «evolución» que ha experimentado, dicen, su candidata Teresa Rodríguez. Creen, como otros partidos, que una de las claves de lo que suceda estará en la participación, en si ésta es mayor o menor que el 62,5% que se registró en 2015. «A nosotros nos viene bien una participación alta, a alguna y algunos me da que no…», lanzan. Si no logran más de 20 escaños, los que suman ahora, el experimento de la fusión habrá sido un cierto fracaso.

► Ciudadanos: Miedo a duplicar pero no cumplir las expectativas

En Ciudadanos tiene casi carácter de convicción una idea: «Cualquier cosa» puede pasar en estas elecciones andaluzas, dado que «está todo muy abierto». Consideran, como sus rivales en liza, que los resultados que arrojen las urnas estarán supeditados en buena medida a la «movilización» y a que se sobrepasa el umbral del «60% habitual de participación» en los comicios celebrados en la región. Los naranjas trasladan su esperanza en que «en varias provincias» como Córdoba o Jaén logren arañar el «puñado» de votos que hagan que «el siguiente escaño» caiga a su favor. Barajan incluso «poder ganar en Málaga». Si se coloca en segunda posición, si da el cacareado «sorpasso», será un golpe de efecto a nivel nacional de su líder Alber Rivera. Pero gestionar esas expectativas si no se cumplen puede ser complicado. Parten de nueve diputados con Juan Marín a la cabeza.

► Vox: El protagonista sorpresa que puede hacer historia

A ritmo de Manolo Escobar y animados por el hecho de que algunos de los aspirantes a la Presidencia de la Junta de Andalucía como la socialista Susana Díaz ha agitado el fantasma del miedo a lo que representan, el partido liderado por Santiago Abascal ha ido «in crescendo» a lo largo de la campaña electoral. Vox no tiene representación en el Parlamento autonómico y de obtenerla el 2D se convertiría en una fecha histórica. Con todo, está por ver si son capaces de pasar de reconquistar a Andalucía, a lo que aluden en sus vídeos con líderes a caballo, a conquistar escaños en la Cámara regional que ha reflejado hasta ahora la preferencia de los andaluces por el centro-izquierda. Desde el entorno de su candidato, Francisco Serrano, muestran su seguridad en que las urnas les tienen reservados «cuatro o cinco» parlamentarios.