Manifestación en defensa de la unidad de España: del ‘Novio de la muerte’ a ‘Viva la vida

Es difícil contar lo que pasa en España. Lo que pasará mañana de Andalucía. Lo que pasó hoy en Colón. Puede que la playlist del acto lo explique mejor: a El novio de la muerte le seguía Viva la vida de Coldplay.

Hoy, jornada de reflexión, Denaes y la Plataforma España Viva convocaron una concentración para protestar porque el Gobierno de España se apoye en separatistas y golpistas. Los asistentes no se ponían de acuerdo. ¿Pinchazo? La plaza de Colón estaba llena pero no desbordada, como reconocían algunos. «Aún así hubo más gente que en la convocatoria de España Ciudadana hace unas semanas», comentaba un ex votante de Ciudadanos.

El único partido que había respaldado la convocatoria era Vox. Un apoyo encarnado en Santiago Abascal y cientos de personas que ya se decían votantes de la formación. «Yo no he votado nunca pero ahora estoy ilusionado. Las autonomías son un cáncer», explicaba un señor evidentemente de orden.

Entre el público un ambiente excitado, sorprendentemente joven que recordaba a aquel electorado que en los 90 se decantó por Aznar. «Los que gritaban ‘Pujol, enano, habla castellano’ y luego se llevaron el chasco del Majestic», recordaba un cuarentañero con sus zapatillas blancas, el barbour gastado y tres niñitos rubios. Pero había de todo: desde el constructor Luis del Rivero y su familia a unos chavalines con piercings que prototípicamente cualquiera hubiera supuesto en la subsección más anticapi de Podemos. Por lo demás mucho veinteañero variopinto. Desde los que van a los conciertos de Taburete hasta chicas guapetonas de trap y extrarradio pasando por gigantones con coleta y camisetas negras.

Por supuesto, había un protagonismo evidente de la bandera española. La constitucional. Algunos, comentaba un grupito, la habían llevado en patinete desde Chamberí.

Denaes había invitado a sumarse a todos los partidos. Tanto PP como Ciudadanos declinaron hacerlo.

«La ausencia de algunos partidos en esta convocatoria evidencia el tacticismo paralizante que aqueja a nuestro panorama político», comentaba Iván Vélez, director de la Fundación. Y sentenció seriote: «La política española se mueve desgraciadamente entre el aldeanismo y los grandes despachos «.

Sin embargo, tanto José Luis Martínez Almeida, concejal del PP en Madrid, como la vicesecretaria Isabel Díaz Ayuso decidieron asistir a título personal. «Hay diferencias con Vox pero coincidimos plenamente en el discurso por la unidad de España. Por eso estamos aquí», decía el azote de Carmena en el Ayuntamiento de la capital.

Santiago Abascal, presidente de Vox, durante su intervención. | EFE

Sobre las doce y media habló Santiago Abascal. No hizo discurso electoral alguno ni habló de Andalucía para evitar polémica en el día de reflexión previo a las elecciones autonómicas. Apeló a la España viva y dio Vivas al Rey. Los oradores que le habían precedido (entre ellos los periodistas Carlos Cuesta y Luis del Pino) ya se habían encargado de repartir leña a separatistas, golpistas y podemitas.

Al final del acto sonó el himno de España.

Después, muchos esperaron la salida de Abascal al grito de «presidente presidente».

Todo dependerá del resultado de mañana en Andalucía. Las encuestas vaticinan que Vox obtendrá entre un 5,5% (220.000 votos) hasta 7,1% (287.000). Es decir: entre uno y cuatro escaños. «Pero van a ser más», decía una señora mayor. «Hay muchos españoles que están hartos de todos estos».