La historia del zaragozano que cambió el destino de 5.000 judíos durante el Holocausto

Hoy, su nombre brilla entre los «Justos entre las Naciones», un título que no llegó a recibir en vida, pero que lo consagró, décadas después, como uno de los mayores héroes aragoneses del siglo XX

Hay figuras que prueban que la valentía no precisa ruido. Una de ellas nació en Aragón y cambió el destino de miles de personas en plena Segunda Guerra Mundial. Se trata de Ángel Sanz Briz, un joven diplomático zaragozano al que hoy el mundo recuerda como el «Ángel de Budapest». Desde su puesto en la embajada de España en Hungría, desafió al régimen nazi con la única arma que tenía: su ingenio.

En 1944, cuando los trenes cargados de judíos partían hacia Auschwitz, Sanz Briz comenzó a enviar informes al gobierno de Franco alertando de lo que sucedía. Pero no se conformó con escribir, sino que decidió actuar, y lo hizo arriesgando su carrera, su posición diplomática y su propia seguridad. Aprovechó una antigua ley española de 1924 -ya derogada- que concedía nacionalidad a los judíos sefardíes y la reinterpretó para salvar la vida de miles de húngaros asquenazíes, los mismos que los nazis condenaban a muerte.

Desde la legación española en Buda, tramitó pasaportes falsos, firmó cartas de protección y transformó 200 salvoconductos en refugio para más de 5.000 personas, todo ellos mientras los bombardeos aliados caían sobre la ciudad y los nazis se acercaban poco a poco a la embajada. «Logré que el gobierno húngaro autorizara la protección por parte de España de 200 judíos sefardíes. Luego convertí esas 200 unidades en 200 familias, y esas 200 familias se multiplicaron indefinidamente», escribió, quien fuera alumno de las Escuelas Pías de Zaragoza, en un informe enviado a sus superiores desde Berna.

En silencio y sin reconocimiento inmediato, aquel zaragozano salvó la vida de 5.000 judíos con papeles, sellos y convicción. Hoy, su nombre brilla entre los «Justos entre las Naciones», un título que Sanz Briz no llegó a recibir en vida, pero que lo consagró, décadas después, como uno de los mayores héroes aragoneses del siglo XX.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Ángel San Briz continuó su carrera diplomática, siendo destinado en San Francisco, Washington, Lima, Berna, Bayona, Guatemala, La Haya, Bruselas y Pekín. El aragonés, nacido en zaragoza en 1910, se convirtió en el primer diplomático español en aparecer en un sello de Correos de España, y acumula reconocimientos tanto en Zaragoza como en Madrid y Budapest, la ciudad que fue testigo de su heroísmo.

EXPOSICIÓN «ÁNGEL SANZ BRIZ»

Una de las conmemoraciones más recientes es la exposición «Ángel Sanz Briz», impulsada por el Ayuntamiento de Zaragoza. Esta puede visitarse hasta el 2 de noviembre en la Capilla Yarza del Cementerio Antiguo, en horario de 9.30 a 13.30 horas y de 16.30 a 18.30 horas. La muestra rinde homenaje al diplomático zaragozano reconociendo su valor, su papel y su humanidad en uno de los episodios más oscuros del siglo XX.

MURAL PARA LA LIBERTAD

A miles de kilómetros de Zaragoza, concretamente en Budapest, se encuentra uno de los homenajes más visibles al diplomático. En el 50 aniversario (2016) de su reconocimiento como «Justo entre las Naciones» por parte de Israel, la Embajada española en Budapest, junto al Ayuntamiento del distrito Erzsébetváros de Budapest y la comunidad judía local, inauguró un mural dedicado a su memoria.

La obra, realizada por el grafitero español Okuda San Miguel, es una colorida pintura mural de 6 metros sobre un muro en el número 4 de la calle Dob, en pleno barrio judío de la capital húngara, muy cerca de la Gran Sinagoga. Este mural, lleno de color y simbolismo, refleja la visión contemporánea de Okuda sobre el diplomático zaragozano y su defensa de la libertad y la vida.

«LA ENCRUCIJADA DE ÁNGEL SANZ BRIZ»

El legado del llamado «Ángel de Budapest» también ha sido plasmado en la gran pantalla. «La encrucijada de Ángel Sanz Briz», dirigida por José Alejandro González y coproducido por Encrucijada Films y Aragón TV, este documental repasa en 59 minutos la labor del diplomático zaragozano durante la ocupación nazi en Hungría.

Mediante testimonios, documentos y recreaciones, la cinta narra como Sanz Briz utilizó su cargo en la legación española de Budapest para salvar a más de 5.000 judíos húngaros.

EL ÁNGEL DE BUDAPEST

Menos conocida, pero igualmente significativa, el zaragozano cuenta con una película en honor a su figura. Se trata de «El ángel de Budapest», un filme protagonizado por Francis Lorenzo y Ana Fernández, y dirigida por Luis Oliveros, estrenada en 2011 y basada en el libro «Un español frente al Holocausto», de Diego Carcedo.

La cinta, rodada en Budapest entre noviembre y diciembre de 2010, narra la historia real de Sanz Briz, un joven diplomático de 34 años recién casado con Adela Quijano, que fue testigo directo del horror nazi. Desde su puesto en la legación española, usó todos los recursos a su alcance para salvar a miles de judíos.

MONUMENTO A ÁNGEL SANZ BRIZ

Esculpido y pintado por Julián Alangua Puchet, el zaragozano cuenta con una estatua en su honor en la calle Andador del Palacio de Larrinaga, 20, en la capital aragonesa. Inaugurada el 14 de enero de 2003, esta estatua se sitúa en una plaza que también le conmemora, en el barrio de Montemolín.