No, ese pajarillo no está solo y abandonado: no lo cojas (y mucho menos lo atiborres a pan)

Cada año por estas fechas aparecen en las calles muchas crías de pájaro en apariencia solas y desvalidas. No lo están. Una campaña llama a no capturarlas, aunque sea con la buena intención de salvarlas

‘Mira, pobrecillo, vamos a salvarlo’. El gesto obedece a un buen propósito: el de ayudar a un polluelo que, en apariencia, esta solo y desvalido en mitad de la calle. Quizá se ha caído del nido o ha sido abandonado por sus padres, solemos creer. La respuesta automática es echarle mano, cogerlo y llevárnoslo a casa ‘para cuidarlo’. Sin embargo así comienza una cadena de errores que, casi con total seguridad, va a acabar mal para la pobre avecilla.

Porque es muy extraño que ese polluelo estuviera solo y desamparado. Seguramente sus padres andaban por allí cerca, observándolo atentamente y sin dejar de protegerlo. Esa intranquilidad que mostró el pobre pajarillo al vernos era fruto de nuestra presencia, no de su sensación de desamparo. No piaba de hambre, ni de dolor, sino de miedo. Intentaba llamar así la atención de sus padres. Unos padres que, para su horror, vieron cómo alguien se llevaba a su cría mientras daba sus primeros pasos bajo su atenta mirada.

Los daños causados a la avifauna silvestre por esa reacción de buenismo errado son considerables. Cada año mueren miles de pollos de aves urbanas (gorriones, mirlos, carboneros, golondrinas y muchas otras especies) tras ser capturados en calles, plazas, parques y jardines y confinados en el interior de una caja de cartón o una vieja jaula recuperada del trastero.

Foto: Nido de golondrina común. (EFE)

Para evitarlo, la organización conservacionista SEO/Birdlife, que vela por la conservación de las aves silvestres y sus hábitats, ha lanzado una campaña de sensibilización cuyo explícito lema lo dice todo: ‘No lo cojas’. En ella nos recuerdan que, salvo que estén en una situación de peligro inminente, en riesgo de atropello o de ser capturados por un gato, lo mejor que podemos hacer al encontrarnos con un polluelo es no intervenir, alejarnos de él y dejar que sus progenitores lo sigan criando en libertad.

No lo conseguiremos

El objetivo de la campaña es evitar que, aunque obedezca a la mejor de las intenciones, se arrebaten crías de pájaro a sus padres sin necesidad. Y es que, como nos recuerdan desde esta oenegé, en la mayoría de los casos, esos pollitos no están huérfanos, ni enfermos, ni abandonados, sino que se encuentran en una primera fase de su desarrollo que incluye los primeros vuelos y paseos de reconocimiento, siempre custodiados por los padres.

La mayoría de las aves urbanas abandonan el nido antes de poder volar con soltura. Durante esos días suelen permanecer en el suelo, en las ramas bajas de los árboles o entre el matorral del parque mientras sus padres los siguen alimentando y vigilando de cerca. Retirarlas de su entorno natural y separarlas de sus progenitores, no solo interrumpe el proceso natural de adquirir mayor independencia, sino que reduce notablemente sus posibilidades de sobrevivir pues no conseguiremos criarlo como ellos.

placeholderImagen de la campaña 'No lo cojas' (SEO/Birdlife)
Imagen de la campaña ‘No lo cojas’ (SEO/Birdlife)

Por todo ello, desde SEO/Birdlife han elaborado un breve listado de consejos prácticos para saber cómo actuar en caso de tropezarnos con una cría de pájaro en apariencia desvalida.

Observar a distancia: si el ave no está herida o en peligro inminente de ser atacada por un gato, es mejor no intervenir. Vigilar si los adultos están cerca: suelen permanecer atentos y alimentando a la cría en el suelo. Alejarse y permitir que ellos actúen es la mejor opción.

Evitar llevarlo a casa: criar aves silvestres sin autorización está prohibido y no mejora su bienestar. En caso de que resulte necesario intervenir, la primera opción debe ser ponerlo a resguardo de depredadores y del tráfico rodado (un carril bici o una vía urbana) pero dejándolo en el mismo lugar, por ejemplo en el interior de un arbusto o en la rama baja de un árbol.

placeholderUn gorrión alimentando a sus pollos (Andrea Lighfoot/Unsplash)
Un gorrión alimentando a sus pollos (Andrea Lighfoot/Unsplash)

Si es un pollo recién nacido lo mejor es recogerlo con sumo cuidado, intentar localizar el nido y volver a depositarlo dentro para que sus padres sigan alimentándolo. No forzarlo a beber con una jeringuilla ni alimentarlo con miga de pan mojada en leche, pues le provocaríamos directamente la muerte.

Si se trata de un pájaro herido o con claras muestras de haber sufrido un golpe de calor es mejor contactar con un centro de recuperación de fauna o con los agentes forestales llamando al 112. En todo caso, llevarnos la cría a casa para intentar sacarla adelante debe ser siempre la última opción, pues en la mayoría de los casos (más del 80%) no lo conseguiremos. Además, cuidado porque si se trata de una especie protegida podemos meternos en un lío y acabar recibiendo una sanción.

Esta campaña forma parte del programa de biodiversidad urbana de SEO/BirdLife, que promueve una convivencia más respetuosa con la naturaleza. La presencia de crías de pájaros silvestres en el suelo es una señal de que las aves siguen criando en nuestras ciudades, algo muy positivo, que debemos potenciar y mantener con la ayuda de todos.