La dieta ‘marca España’ que lucha contra el alzhéimer y mantiene el cerebro joven, según la ciencia

Un estudio científico que duró 12 años demuestra que las personas mayores de 65 años que consumen estos alimentos tienen menos riesgo de deterioro cognitivo

La lucha contra el alzhéimer está en su punto álgido, aunque todavía quedan por resolver las principales incógnitas entorno a esa enfermedad. Aunque sea la principal causa de demencia en el mundo, todavía se desconoce a ciencia cierta por qué aparece o por qué afecta a unos sí y a otros no. La buena noticia es que los intentos de los investigadores médicos por poner coto a su progresión son cada vez más atinados y, poco a poco, se descubren qué factores de nuestro estilo de vida protegen al cerebro de padecerla.

La alimentación ha demostrado ser útil para frenar el riesgo de desarrollar alzhéimer y, de manera reciente, varios estudios a nivel internacional han puesto de relieve que la dieta alimenticia propia de España es una de las mejores (si no la mejor) para prevenir la demencia y proteger al cerebro de sufrir trastornos neurodegenerativos. Ahora, una investigación 100% española ha podido confirmar los beneficios de este menú tan conocido: la dieta mediterránea.

¿El principal logro de este trabajo? Demostrar que «los ancianos que siguen una dieta mediterránea tienen menos riesgo de deterioro cognitivo», tal y como apunta el estudio publicado en la revista científica Molecular Nutrition and Food Research. En concreto, la investigación ha sido liderada por Mireia Urpí-Sardá, profesora e investigadora del grupo Biomarkers and Nutritional & Food Metabolomics de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación del Instituto de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Barcelona, así como del grupo CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (Ciberfes).

La relevancia de este estudio es que aporta nuevas pruebas para comprender mejor el impacto de la dieta en la salud cognitiva de la población que envejece. No solo en la población joven o adulta. Además, cabe destacar que este proyecto europeo se llevó a cabo durante 12 años y en él participaron 840 personas mayores de 65 años (el 65% de las cuales eran mujeres) de las regiones francesas de Burdeos y Dijon.

Cómo mantener una dieta sana puede mejorar el cerebro de los ancianos

«En el marco del estudio se diseñó un índice metabolómico dietético (basado en biomarcadores obtenidos del suero de los participantes) sobre los grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea. Una vez conocido este índice, se evaluó su asociación con el deterioro cognitivo», explica Cristina Andrés-Lacueva, catedrática de la UB y responsable del grupo Ciberfes.

Por un lado, se tomaron muestras de biomarcadores (niveles basales de ácidos grasos saturados e insaturados, metabolitos de polifenoles derivados de la microbiota intestinal y otros fitoquímicos en suero) para ver cuánta exposición a la dieta mediterránea tenían los sujetos. Por otro, el deterioro cognitivo se evaluó mediante cinco pruebas neuropsicológicas a lo largo de doce años. Como resultado, el estudio revela una asociación protectora entre una mayor puntuación de la dieta mediterránea y el deterioro cognitivo en personas mayores.

Según Mercè Pallàs, catedrática del Instituto de Neurociencias de la UB, «el uso de índices de patrones dietéticos basados en biomarcadores de ingesta de alimentos es un paso adelante hacia el uso de metodologías de evaluación dietética más precisas y objetivas que tengan en cuenta factores importantes como la biodisponibilidad» individual.

¿Qué alimentos contiene la dieta mediterránea?

La dieta mediterránea se basa principalmente en comer alimentos como el pescado, las frutas y verduras, las legumbres, granos integrales y panes con alto contenido de fibra, y aceite de oliva. La carne, los lácteos y los dulces están muy limitados, aunque se pueden tomar. Los pescados al menos 2 veces por semana y mejor si son azules. La carne solo algunas veces al mes en pequeñas cantidades y los postres solo algunas veces por semana (contando bebidas gaseosas, aunque lo mejor sería eliminar los procesados y que fueran artesanos).

Dieta mediterránea
Dieta mediterránea MÁS MADRID MÁS MADRID

La dieta mediterránea anima a comer una gran variedad de frutas y verduras cada día, como uvas o arándanos azules (que se han demostrado ser muy buenos para la memoria), tomates, brócoli, pimientos, higos, aceitunas, espinacas, berenjenas, frijoles, lentejas y garbanzos. También anima a tomar arroz integral, pasta y cuscús. Asimismo, se puede consumir grasa, pero aquella que proviene de alimentos sanos como las nueces o el aceite de oliva.

La experta Alba Tor-Roca, primera autora del estudio e investigadora del Ciberfes de la UB, explica que «encontramos que la adherencia a la dieta mediterránea se asocia inversamente con el deterioro cognitivo a largo plazo en personas mayores. Estos resultados apoyan el uso de estos indicadores en evaluaciones de seguimiento a largo plazo para observar los beneficios para la salud asociados a la dieta mediterránea u otros patrones dietéticos y, por tanto, guiar el asesoramiento personalizado en edades avanzadas».

Otros estudios anteriores (con biomarcadores) también han determinado que las personas con puntuaciones más altas en adherencia a la dieta mediterránea tenían cantidades promedio de placas amiloides y ovillos tau en el cerebro equivalentes a personas con 18 años menos, en comparación con las personas que obtuvieron puntuaciones más bajas.

En el estudio actual han colaborado equipos de la UB, pero también han participado departamentos de la Universidad de Burdeos y del centro INRAE de la Universidad de Clermont-Ferrand (Francia), del King’s College de Londres (Reino Unido), de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) y de la Parcelsus Medical University de Salzburgo (Austria).

La financiación se ha obtenido a través de las Acciones de Programación Conjunta Internacional PCIN-2015-229, los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) y del antiguo Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (MINECO) a través de la Iniciativa de Programación Conjunta «Una dieta sana para una vida sana».