El inglés es duda contra el Braga por la lesión de hombro en su momento más inspirado, con el Madrid a la espera de que el brasileño afine el tiro
Las crisis deportivas, como las rupturas, los despidos o las bancarrotas, no aparecen por una sola causa. Sin embargo, siempre hay una razón que pesa más que el resto, el motivo que hace caer la primera ficha y provoca el efecto dominó. En este Madrid de Lopetegui tan débil que no consigue salir de urgencias, el peor achaque es la falta de gol: promedia 12,8 disparos por tanto; tira mucho, pero mete poco. Frente al Plzen pudo costarle otro disgusto, y ganar así no tranquiliza.
Hay alguna excepción, pero desde agosto el Madrid ha demostrado alma fiestera. Se viene arriba fácilmente y se asoma al gol con frecuencia, pero se deja más veces de lo oportuno la puntería en casa. Con todo, en el partido en el que menos ha chutado, ante el Getafe en la primera jornada de LaLiga, probó con diez balas: fueron a puerta cinco, de las que dos hicieron diana, y otras cinco fuera. La tarde más prolífica fue la del Levante, la del tercer batacazo seguido de octubre, con 34 disparos que sólo valieron para un gol.