El Supremo de EE.UU. acaba con décadas de discriminación positiva a negros e hispanos en las universidades

La sentencia anula los sistemas de selección de Harvard y Carolina del Norte, utilizados para aumentar el número de estudiantes negros, hispanos y de otros grupos minoritarios

En un fallo de consecuencias históricas, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el jueves la discriminación positiva en las admisiones universitarias, lo que implica que no podrá dar preferencia a minorías raciales a la hora de establecer cupos de acceso a estudiantes, como ha hecho hasta ahora para ampliar la diversidad en las aulas y apoyar a grupos afectados por la discriminación racial. Era una práctica que favorecía sobre todo a personas de raza negra y de etnia hispana.

Con el apoyo de la mayoría conservadora, el Supremo revocó los planes de admisión en Harvard y la Universidad de Carolina del Norte, las universidades privada y pública más antiguas del país, respectivamente. Supone un cambio radical en cómo las universidades, públicas y privadas, eligen a sus estudiantes. Hasta ahora, el mérito académico y la capacidad de pagar la matrícula no era siempre el único factor.

El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, dijo en el fallo que durante mucho tiempo las universidades han «concluido, erróneamente, que la piedra angular de la identidad de un individuo no son los desafíos superados, las habilidades adquiridas o las lecciones aprendidas, sino el color de su piel. Nuestra historia constitucional no tolera esa elección».

Lo que en EE.UU. se conoce como «acción afirmativa» es una política que se utiliza en las universidades y otras instituciones para ayudar a garantizar que las personas que han sido históricamente marginadas o desfavorecidas, como las personas de color y las mujeres, tengan oportunidades para ingresar a estas instituciones.

Tal es la relevancia del fallo, al que se oponen los demócratas y los grupos de defensa de los derechos civiles, que la jueza Ketanji Brown Jackson —la primera mujer negra de la corte— calificó la decisión en un voto de disidencia un como «verdaderamente una tragedia para todos nosotros».

El Supremo se desdice también a sí mismo, pues había respaldado dos veces los programas de admisión universitaria con discriminación positiva en los últimos 20 años, la última en 2016. Sin embargo, eso fue antes de que los tres nombramientos del ex presidente Donald Trump se sumaran a la corte, solidificando al bloque conservador.

La discriminación positiva ha resistido el escrutinio del Tribunal Supremo durante décadas, más recientemente en una sentencia de 2016 que implicaba a un estudiante blanco, respaldado por Blum, que demandó a la Universidad de Texas tras ser rechazado para la admisión. El Tribunal Supremo se ha desplazado hacia la derecha desde 2016 y ahora incluye a tres jueces que disintieron en el caso de la Universidad de Texas y tres nuevos designados por el expresidente republicano Donald Trump.