La Expo cumple 15 años con un parque empresarial pujante, pero con sus edificios icónicos vacíos

El 13 de junio de 2008, la Familia Real al completo, presidentes de varios países, el Gobierno de España y diversos líderes autonómicos y locales daban el pistoletazo de salida a tres meses inolvidables para Zaragoza. La Expo del Agua había nacido. Hoy, quince años después, el legado inmaterial de la Tribuna del Agua ha caído en el olvido, pero al menos el recinto de Ranillas ha despegado en los últimos tiempos y actualmente cuenta con un parque empresarial con una ocupación que ronda el 90% y unas 4.500 personas trabajan a diario en sus instalaciones.

Pero no todo ese gran recinto está aún recuperado. Algunos de los principales edificios icónicos como el Pabellón de Aragón y el Pabellón de España siguen deteriorándose sin uso. También siguen en estado de abandono los conocidos como cacahuetes de la Expo, para los que el Gobierno de Aragón, presidido por Javier Lambán, tenía un proyecto de 504 viviendas de alquiler para jóvenes, por lo que tras su derrota electoral del 28-M el futuro de estos pisos está en el aire.

Algo más de suerte ha tenido la Torre del Agua, que también fue una de las grandes referencias de la Muestra por su destacada altura. Gracias a unas obras de acondicionamiento este mes celebra su primer gran evento en cuatro años con una cena de gala dentro del Congreso de Ingeniería de Sistemas de Información que organiza la Universidad de San Jorge.

Situado entre el Pabellón Puente y el Puente del Tercer Milenio, este edificio de 76 metros fue uno de los más emblemáticos y representativos de la Expo. El objetivo del acondicionamiento realizado, según explica el gerente de Aragón Plataforma Logística y Expo Zaragoza Empresarial, Pedro Sas, es darle una segunda vida al edificio y que pueda albergar eventos periódicamente.

EL PABELLÓN PUENTE DE ZAHA HADID ES AHORA EL MOBILITY CITY

Uno de los edificios más espectaculares que se construyeron fue el Pabellón Puente de la arquitecta Zaha Hadid. Costó 70 millones de euros y fue una de las obras más caras de la Muestra junto al Palacio de Congresos, que superó los 80. Este espacio se ha recuperado para albergar Mobility City, el primer museo tecnológico dedicado a la movilidad sostenible, conectada y autónoma, que abrió sus puertas al público durante el fin de semana de la pasada Cincomarzada.

Los visitantes pueden encontrar en sus instalaciones un espacio gratuito y exposiciones temporales a un precio “simbólico”. O también pueden darle un uso más práctico y utilizarlo como puente para cruzar de La Almozara al Actur.

La Expo 2008 ayudó a poner en el mapa a Zaragoza, que durante esa época, además de miles de visitantes internacionales, recibió inversiones millonarias por parte de las instituciones. La ciudad se dotó de infraestructuras vanguardistas y unas riberas del Ebro adecentadas por las que poder pasear. Los años previos se inauguraron cinturones viarios, la Intermodal de Delicias se ponía en marcha y el Aeropuerto ampliaba sus instalaciones.

Durante tres años y medio, Ranillas se llenó de máquinas, arquitectos y obreros dispuestos a crear edificios emblemáticos que perdurarán en el tiempo. Todos fueron diseñados con el objetivo de que tras la Expo, la estructura se mantuviera y el interior se convirtiera en oficinas.