Fernando Alonso logra la primera línea en un sábado de fábula

El español exigió el máximo al neerlandés, autor de la pole en Mónaco por solo 84 milésimas

Un sábado de fábula en Mónaco, superlativa la tarde de Fórmula 1 con una clasificación emocionante, como pocas veces en los últimos años, varios coches tan cerca de conseguir la pole, un Ferrari, un Alpine, un Aston Martin, un Red Bull. Magnífico todo y al final duelo entre gigantes. En el último instante, con el gong de la campana, Max Verstappen le arrebata la pole a Fernando Alonso, que lo hizo de cine, apretó como una bestia y se quedó a solo 84 milésimas de su 23 pole, once años sin conseguirlo. El duelo queda definido para hoy, domingo tal vez lluvioso en Montecarlo. Lucha de colosos desde la primera línea. Verstappen, con la ligera ventaja de siete metros sobre un Alonso en tono espectacular. Carlos Sainz clasificó quinto, pero saldrá cuarto por la sanción de tres puestos a Leclerc.

La singularidad de Mónaco consiste en que no concede un solo error. Una diferencia de 10, 15 o 20 centímetros implica la ruina del fin de semana. Es lo que muestra la tecnología vanguardista este fin de semana la Fórmula 1: el margen que hay entre los coches y las vallas de protección al tomar las curvas. El tamaño de una vela.

Por ahí se le marchó el gran premio a ‘Checo’ Pérez. Un desliz en el giro de la iglesia de Santa Devota, el Red Bull ligeramente pasado, la duda de si coger o no la escapatoria, y el choque contra las protecciones.

El primer eliminado de la clasificación es uno de los favoritos, el especialista en circuitos urbanos que ganó el año pasado en Mónaco. Un tachón importante, un enemigo menos, para una futura aspiración de Fernando Alonso o Carlos Sainz en conseguir la pole.

Aunque a Sainz le tocó vivir sudores fríos en la Q1, apurado por el tiempo, el tráfico y la idiosincrasia del circuito. Estaba en el puesto 17, eliminado, a falta de 58 segundos, cuando inició una vuelta a todo o nada para entrar o no en la siguiente ronda.

Sainz desplegó lo mejor de sí mismo, seguridad, confianza en el coche, manos y un tiempo respetable para no verse exigido (1.12:717), a tres décimas del mejor registro de Verstappen. Parecido le sucedió a Hamilton, último intento sin margen de error y séptimo.

Fernando Alonso ya había hecho el trabajo (1.12:886), a medio segundo de Verstappen, fácil los tiempos para el Aston Martin, aunque con el estrés inherente a Montecarlo.

Alpine, por sorpresa

La Q2 depara una sorpresa, los Alpine irrumpen entre los mejores, tanto que Gasly se cuela en los tiempos entre Verstappen y Alonso, con Esteban Ocon al rebote.

Alonso se maneja como pez en el agua, cada vez más cerca de los registros de Verstappen, el que domina. El riesgo de las vallas parece menor en las manos del español, que conduce con propiedad y paso firme. Acaba la ronda a menos de dos décimas del neerlandés.

Sufre de nuevo Sainz, obligado a jugársela, aunque el resultado vuelve a ser satisfactorio: solo tres décimas peor que Verstappen. Hay solo dos décimas de diferencia entre el mejor y el sexto, un síntoma de la igualdad total que preside la tarde.

Hacía tiempo que una Q3 no ofrecía una emoción tan apabullante, alternativas tan brillantes y un resultado tan esperanzador para Alonso. Durante minutos, el asturiano fue primero y Carlos Sainz segundo, brillantes los dos españoles.

Igualmente brillante fue el rendimiento del Alpine, con Esteban Ocon en pole provisional durante algunos instantes para sorpresa general. La pasión de Alonso se lo llevó por delante, autoritario el español que ya acariciaba el primer puesto, sin errores, como una máquina perfecta.

Pero quedaba Verstappen, el líder de esta generación, piloto superlativo, genial casi siempre, sin fallos. Así se merendó la emoción de la tarde, por nada, 84 milésimas dejó a Alonso sin la pole 23 de su vida.

No hubo decepción en el español, sino todo lo contrario. Así lo expresó por la radio de su equipo: «Bien hecho chicos, no estéis decepcionados, esto es mágico… Hace dos meses si pensamos en esto… bien hecho a todos».